I

La salida de Mariano de La Moncloa, intempestivamente y por primera vez en la historia del Estado español, puede y tiene múltiples lecturas. No más al revisar los encabezados de los medios de comunicación se puede atender a diagnósticos psicológicos, grupales e incluso los más destacados, aquellos que hacen de la farándula política la quinta esencia del análisis.

Sin embargo existe la posibilidad de comprender lo que viene sucediendo en la "tierra de los conejos" desde la perspectiva del materialismo histórico y llegar a elementos más concretos que nos permitan entender de mejor manera las coincidencias entre el PP de Rajoy y el PSOE de Sánchez y, en última instancia la causa de este proceso que se expresa desde el momento en que entre el 2015 y 2016 la sociedad española vivió la pesadilla de no contar con un Ejecutivo en razón de unos resultados electoral demostrativos de la crisis política existente.

Dicha crisis política tiene su anclaje en una progresiva depreciación de la economía española. Economía sustentada históricamente en cinco sectores: el financiero con firmas expresivas como Santander, BBVA, Mapfre y la Caixa; el sector de la construcción con el grupo ACS a la vanguardia y Ferrovial, las empresas proveedoras de suministros básicos como Gas Natural-Fenosa, Repsol, Abertis, Telefónica y otras; el sector de la distribución con firmas como Inditex, Mango, Mercadona y el Corte Inglés y el sector turístico representado por Meliá y Barceló.

Las fuertes contracciones del sistema capitalista mundial han hecho mella en ese núcleo duro de la economía española, transnacionalizada a partir de las políticas económicas de tendencia neoliberal aplicadas por el PP y que las obligan a desplazarse hacia el exterior buscando replantear su tendencia a la caída de la ganancia. Situación no muy agradable vista la política internacional del PP, seguidora "a rajatabla" de las orientaciones del Departamento de Estado (revisemos Irak, Lybia, Syria y Venezuela por ejemplo) lo que trae no pocos inconvenientes como los advertidos en el Canal de Panamá (caso AVE). De igual forma, los niveles de endeudamiento asumidos por estos grupos transnacionalizados están presentes en los vaivenes de la economía peninsular.

Los resultados no se han hecho esperar: desde la venta de filiales (ACS vende Urbaser, Syntax; OHL vende su división eléctrica); hasta los procesos de reconversión (Isolux y Abengoa), pasando por el traspaso a capitales extranjeros (caso de la irrupción del mexicano Slim en tierras de Cervantes y del capital chino por toda la geografía peninsular).

En todo caso es importante resaltar que las transnacionales españolas se debaten entre un elevado endeudamiento y la creciente y acelerada presencia del capital financiero transnacional. El fenómeno se expresa entonces, en una oleada de inversiones en forma de fondos de inversión (rentabilidad a corto plazo y el incentivo a la acción depredadora contra la naturaleza y las fuerzas productivas) como se puede observar en dos ejemplo bien concretos: Uber y Amazon.

En resumidas cuentas, la economía española se puede caracterizar como débil, altamente dependiente del sector financiero internacional y, por tanto, con contradicciones importantes en el seno de su clase dominante y entre ésta y su representación política fundamental.

II

Llegados a este punto es necesaria la comprensión de la relación que existe entre los partidos políticos "fundamentales" y los grupos económicos que los financian y a cuyos intereses están anclados. Ignorancia supina no asumir que entonces, el PP y el PSOE en cuanto organizaciones policlasistas, son parte de un entramado que disputa los intereses -económicos- de estos grupos y de ahí sus "diferencias" en términos de política económica y de política internacional.

El caso venezolano es expresivo: Mariano (PP) y Felipe (PSOE) atrincherados en la línea de acción de la OEA con los grupos más radicales de la derecha latinoamericana y de USA a favor de una línea dura y contundente de acción mientras Zapatero abría frente con la socialdemocracia ligh latinoamericana por lograr "acuerdos" y tránsitos menos traumáticos al "problema Venezuela". Obviamente las chequeras de los diferentes grupos económicos españoles, en razón de sus trayectorias históricas de vinculación con la burguesía venezolana y sus intereses, se iban bien hacia La Moncloa o hacia la representación liderada por Zapatero.

Este nivel de contradicciones en el seno de la burguesía española, que en un momento pareció "alumbrarse" ante el proyecto neocolonialista que expresaba el PP (fiel heredero de España Una, Grande y Libre franquista) comienza a revisar sus libros contables y encuentra fallas importantes.

Ante esta situación Mariano, como exponente de una pequeñaburguesía cuya función es administrar el estado Capitalista y llevarlo por caminos que superen la objetiva caída de la tasa de la ganancia, no logra encontrar, por más que use su limitado y tosco verbo para ello, nuevos correctivos para enfrentar la situación que lleva a la burguesía española a entrar en terrenos de "búsqueda" de nuevos proyectos. Aquí aparece nuevamente el PSOE y Sánchez como figura emblemática de "lo nuevo" para algunos sectores.

Todo esto, debatiéndose en la Cortes y negociándose en las oficinas principales de las transnacionales.

Seguirá por algún tiempo esta disputa intraburguesa española advirtiendo como sus socios catalanes y vascos, principalmente, comienzan a ensayar posiciones más radicales bien desde el seno de la careta auntonómica (Partido nacionalista Vasco) o abiertamente independentista (Cataluña). De ahí el apuro de mantener la unidad del Estado español, sin corregir el hecho cierto y necesario de gobiernos de la burguesía (pequeña y no tanto) que viene viviendo en el bandidaje de políticas clientelares y corruptas que tan bien le saben a la monarquía de los Borbones y la Iglesia Católica quienes se incorporan al festín de los pícaros y bribones que cobran comisiones, abriendo cauce para que el "nuevo" Sánchez haga gala de agilidad y catalice los intereses y descontentos de quienes no chupan lo suficiente del erario público. Cuando no todos se satisfacen en la orgía, algún dueño de burdel publicita ofertas….

Así, la estrellada de Mariano tiene que ver con su incapacidad por reportar beneficios y estabilidad a la burguesía española y no a las masas trabajadoras.

Armiche Padrón | Miembro del Comité Central del Partido Comunista de Venezuela


Publicado en www.aporrea.org

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