Pues eso, este Febrero vuelve la Champions League y lo hace cargada de emociones y sobretodo de jugadores con fichas astronómicas, uno de los partidos con más dinero sobre el césped será el Real Madrid – PSG, sin nada que envidiar al Barcelona – Chelsea en el cual también hay mucho dinero en juego. Hablamos de partidos nivelados debido al alto coste de las plantillas, plantillas que en sus respectivas ligas locales contrastan con otros clubes más austeros. Y esto es lo que vende, que es de lo que va realmente este rollo del futbol moderno como hemos comentado en otros artículos, de vender, de tener equipos con todos los cracks y que los buenos jueguen con los buenos y a los equipos pequeños que les den. Y por ahí van las apuestas de la ECA (la asociación de clubes de fútbol), por crear una liga europea con los 20 mejores clubes de Europa que sustituiría a la Champions.
De entrada el cambio de formato es una involución en toda regla, si algo tiene el formato eliminatorio respecto al formato liga es que permite que un equipo pequeño planteando una buena eliminatoria sea capaz de eliminar a un grande (si no que se lo digan a los aficionados del Alcorcón que seguro que recordarán aquella mítica eliminatoria contra el Real Madrid en Copa del Rey). Bien, más allá del cambio de formato, ya vemos como se introducen algunos cambios en la Champions que apuntan a una competición solo para los grandes, por ejemplo el hecho de que las grandes ligas tengan 4 clubes en la máxima competición, esto les reserva a Inglaterra, España, Italia y Alemania 16 plazas, dejando otras 16 para que se maten por ellas el resto de países, si a eso le añadimos que Francia, Rusia y Portugal se aseguran 2 cada uno, tenemos 22 de 32, quedando las 10 restantes a repartir entre el resto del continente. Con el nuevo formato que se jugaría entre semana (como la actual Champions) esto empeoraría, ya que, si hablamos de ligas de 20 equipos, seguramente gran parte de los equipos de las ligas pequeñas ni siquiera tendrían la oportunidad de competir y representar a sus países en esa Superliga.
Otro cambio sería como se devaluarían las ligas nacionales, es decir, aumentaría exponencialmente la atención de los medios a los grandes clubes (Barcelona y Madrid en nuestro caso) en detrimento de los pequeños que cada vez pintan menos y aumentando esto también los ingresos de estos clubes con respecto los demás y desnivelando la competición. Lo peor es que uno viendo ciertos programas y tertulias deportivas ve que los periodistas deportivos no denuncian estas cosas sino que las apoyan, apoyan que dos clubes gasten millones para situar una distancia abismal entre ellos y los otros 18.
Yo sinceramente preferiría una competición con menos estrellas, pero donde a principio de temporada no se pueda a adivinar quien ganará. Y creo que incluso los aficionados de esos dos clubes preferirían no ganar tantos títulos a cambio de tener más emoción en la temporada. Y es que, pese a todo, siempre nos quedarán clubes como el Leicester, el Euroalavés, el Leganés... que sigan demostrando que el mayor placer del fútbol es ver que David también puede ganar a Goliath y que el trabajo duro y bien organizado puede poner en serios aprietos hasta a los que tienen más dinero, y no hablo solo de fútbol.