La violencia de género es un fenómeno de múltiples causas que está respaldado por diversas estructuras de poder y dominación que conforman el orden social patriarcal y capital. Esto tiene como resultado que las mujeres hayamos sido relegadas a en una condición colectiva de inferioridad tanto en la vida privada como en la pública.

Este tipo de violencia no es una problemática nueva sino que está enraizada en el tiempo. Tampoco se trata de un fenómeno exclusivo del estado español, sino que nos encontramos ante un fenómeno social muy generalizado, que afecta a gran número de mujeres.

La violencia física, sexual y los asesinatos de mujeres es todo lo referente a este tema que tratan los medios de comunicación de este sistema: nos informan del número de mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas desde un punto de vista macabro que tiende a criminalizar a la víctima por no haber tomado las riendas de la situación y a desculpabilizar al agresor, con añadidos irrelevantes del vecindario como: “pues eran una pareja muy normal”  o “se les veía muy enamorados” que lo único que logran es desvalorizar la situación de violencia que se daba en la relación.

De las agresiones sexuales poco se hablaba, hasta que se ha dado el resonado caso de San Fermín, que ha confirmado el alto grado de opresión y machismo que hay en las instituciones de este sistema podrido que cuestiona y culpabiliza de manera constante a la joven, desvalorizando continuamente a su persona en defensión de esos cinco hijos del patriarcado.

Esta DESinformación no permite ampliar las miras, se limita a narrar las más visibles consecuencias del sistema patriarcal como si además fuese la única forma de violencia de género actual. Estos medios, que forman parte de la ideología dominante de opresión capitalista y patriarcal, no pretenden darnos esa información, no les interesa lo más mínimo que seamos conscientes del origen de esas diferencias de género, del por qué hay una división sexual del trabajo, ni de la colaboración tan intrínseca que tiene el sistema capitalista con el patriarcado para lograr subsistir.

Además de este sesgo de la violencia de género los medios son cómplices de esta violencia, ya que  publican y difunden mensajes e imágenes estereotipados que de manera directa o indirecta promueven la explotación de mujeres, sus imágenes y cuerpos atentando contra nuestra dignidad.  

Como se ha mencionado antes existen otros tipos de violencia además de la física, la sexual y mediática. Una de las más peligrosas, debido a las dificultades que puede tener identificarla, es la violencia psicológica. Ésta va ganando popularidad entre la juventud con nuevos mecanismos de control y constatación de dónde y con quién estás (redes sociales y móviles), formas sutiles en la comunicación, control también en la vestimenta, hacer creer que estás loca… Todas ellas son fomentadas por la violencia simbólica: aquella realizada a través de patrones estereotipados, valores y mensajes que reproduzcan la dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones entre géneros.

La violencia laboral es la que discrimina a las mujeres en los ámbitos de trabajo públicos y privados y que obstaculiza su acceso al empleo, contratación, ascenso, estabilidad, permanencia en el mismo, igual remuneración por misma función, etc. exigiendo requisitos sobre estado civil, maternidad, edad, apariencia física… la institucional es la violencia ejercida por personal perteneciente a cualquier órgano o institución pública que tenga como fin retardar, obstaculizar o impedir que las mujeres tengan acceso a políticas públicas y ejerzan derechos.

Y otra tipología que cada vez denunciamos más las mujeres es la violencia obstétrica que se ejerce desde el personal de la salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres que denunciamos el trato deshumanizado, el abuso de medicalización y la patologización de los procesos naturales como la menstruación.

Si únicamente nos centramos la punta del iceberg y no vamos al origen del problema ni tenemos en cuenta la de herramientas y mecanismos que tiene el sistema para inculcar esos comportamientos no tendremos un análisis completo desde el que partir nuestra intervención feminista.

Lo perverso del patriarcado es que es una estructura cambiante y adaptable a cualquier realidad estructural, económica, política, social y cultural, manifestándose a nivel social de diversas maneras y tipologías. Pero hay una serie de mecanismos utilizados por el sistema que son comunes en todos los contextos:

El sistema capital tiene una alianza inmutable con el patriarcado, se alimenta de este para poder mantener así el orden productivo mediante: la división sexual del trabajo, la concepción social de que las mujeres son quienes deben tener la responsabilidad de las tareas reproductivas y de cuidado de familiares de manera altruista, la invisibilización de las mujeres... Dentro de este sistema la emancipación de la mujer no tiene cabida, una sociedad que se basa en la desigualdad de clases no tiene cabida para la igualdad de los géneros y su diversidad, ni las orientaciones sexuales no normativas que amenazan la estabilidad de la concepción burguesa de familia, ni la emancipación de la mujer.

Para luchar contra todas estas manifestaciones del patriarcado hay que organizarse y luchar contra el capitalismo y el patriarcado al mismo tiempo, hasta erradicar la violencia de género en todas sus formas. Luchar por la defensa de nuestros derechos y  levantar un movimiento feminista de clase con el que hagamos conscientes a las mujeres de las opresiones que sufren por este sistema capital y patriarcal. Hagamos del día 25 un día de lucha y combativo que nos ayude a llamar a las filas de la lucha por el socialismo a las mujeres de esta clase sangrada por el capitalismo.

¡Basta de violencia hacia las mujeres! ¡Viva la lucha de la mujer obrera!

Natalia Martínez


 

1 Según la OMS (2016): alrededor de una de cada tres mujeres (35%) en el mundo han sufrido violencia física y/o sexual de pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida; la mayoría de estos casos son violencia infligida por la pareja. En todo el mundo, casi un tercio de las mujeres que han tenido una relación de pareja refieren haber sufrido alguna forma de violencia física y/o sexual por parte de su pareja en algún momento de su vida. Y un 38% de los asesinatos de mujeres que se producen en el mundo son cometidos por su pareja masculina.

 

2 http://adolescenciayjuventud.org/sala-de-prensa/noticias/ampliar.php/Id_contenido/126899/

Pascual Pastor, P. (25 de 11 de 2013). Mujeres para la Salud. Obtenido de 25 de Noviembre: Por la erradicación definitiva de la violencia contra las mujeres: http://www.mujeresparalasalud.org/spip.php?article535

Perela, M. (2010). Violencia de género: violencia psicológica. FORO. Revista de Ciencias Jurídicas y Sociales, Nueva Época (11-12), 353-376. Obtenido de https://revistas.ucm.es/index.php/FORO/article/view/37248

 

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