El sector lácteo gallego, sacudido por continuas crisis desde la entrada de España en la Comunidad Económica Europea, atraviesa ahora una situación insostenible.

Las explotaciones luchan a duras penas por la supervivencia, entre el encarecimiento de los insumos durante los últimos años y el abaratamiento de los precios en origen por debajo de los costes de producción. Se encarecen el combustible, la electricidad, los fertilizantes y suben los piensos debido al  aumento del precio de los cereales en las lonjas que marcan el precio mundial.

 

Los costes de producción  rondan los 30 céntimos por litro, mientras el precio medio que están cobrando los productores (el más bajo del estado) se sitúa en los 26/28 céntimos, sin olvidar  las cerca de 1200 explotaciones (entre el 10-11% de las existentes en Galicia  -10.000-) que están percibiendo entre 18 /20 céntimos por litro de leche producido.

A esto ha venido a sumarse en el mes de julio el cese directo de las recogidas  a las explotaciones por parte de varias empresas lecheras.

Para entender la prepotencia de los monopolios industriales y las grandes superficies y la exitosa presión a la baja sobre los precios en origen, que abocan al sector a su práctica desaparición, hay que tener en cuenta, por un lado,  la naturaleza débil y atomizada de la estructura de las explotaciones, a pesar del proceso de concentración capitalista que se operó desde el ingreso de España en la Comunidad Económica Europea, imponiendo cuotas de producción que supusieron la desaparición del 90% de las explotaciones existentes entonces. Y en contraste, el  carácter concentrado y altamente monopolístico de la industria láctea y la distribución al por menor.

Del alto grado de concentración monopolista en la  industria y la distribución dan cuenta los siguientes datos: de los  75 compradores de leche gallega  que operaron en la última campaña, los cinco más importantes (LACTALIS , LEITE RÍO, CORPORACION ALIMENTARIA PEÑASANTA,LEITE CELTA,  FEIRACO) recogieron el  57% de toda la leche  producida en Galicia.

Tanto la industria transformadora  como el sector de la distribución  están altamente concentrados. Las ventas de leche al consumidor se realizan fundamentalmente en hipermercados y supermercados, estando en extinción las ventas en pequeños establecimientos y las ventas directas de los productores. El proceso de concentración monopolística en el comercio de la alimentación alcanza cotas cada vez mayores. En 2011, 5 firmas (MERCADONA, CARREFOUR, EROSKI, DÍA, ALCAMPO)  concentraron el 53% de la facturación.

En tales circunstancias los grandes grupos que emplean las marcas blancas para fijar precios están en las mejores condiciones para presionar a la baja sobre el precio del producto en origen.

Las empresas de la industria láctea pactan precios  por debajo de los costes de producción; solicitan  de los productores bajadas de producción (en un contexto que ya es de reducción en un 7,5% de la producción desde el pasado año) y /o directamente no les recogen el producto como anunciaron Leite Río y Leitegal en el mes de julio y ya hiciera anteriormente Pascual.

Las grandes distribuidoras alimentarias, por su parte, presionan sobre el precio  mediante el uso de las marcas blancas (que representan más del 50 % del mercado)  y la utilización de la leche como producto reclamo en las grandes superficies.

Aprovechando las ventajas del  "mercado libre", libre para los monopolios, tras la aprobación del nuevo "Paquete Lácteo", se sucedieron los incumplimientos de los contratos firmados entre las explotaciones y la industria , continuó la caída de los precios y se agravó la situación con el cese de la recogida en origen por parte de las empresas lecheras.

Que la actual "liberalización del mercado" tras el levantamiento de las cuotas lácteas sea nefasta para los intereses y la propia supervivencia de los pequeños y medianos productores no significa que las cuotas lo fueran menos. Ambas responden, en diferentes coyunturas,  a los intereses   de las grandes corporaciones alimentarias europeas, que defiende y representa la PAC.

La situación del rural gallego se viene deteriorando aceleradamente desde la entrada del Estado español en la CEE (actualmente UE) en 1986.

La cuota láctea fijaba la producción en  una cantidad muy inferior al consumo interno (estimado en  9 millones de toneladas), constreñía el desarrollo de las capacidades productivas existentes y  forzaba un déficit de unos 3 millones de toneladas, destinado a hacer hueco para colocar excedentes de productos lácteos de Francia y otros países miembros pertenecientes al eje dominante de ese polo imperialista. La bajada de los precios está vinculada a la importación de leche fundamentalmente francesa. La prosperidad del modelo francés que algunos plantean  como solución ejemplar para Galicia, basado en la subvención al precio de la leche, sería impensable sin esta penetración hecha a la fuerza de los monopolios lecheros franceses en el mercado europeo  usando los instrumentos de la PAC imperialista.

Esta bajada de los precios de compra al productor liquidó a aquellos que no pudieron competir en el precio a la baja con las grandes explotaciones vinculadas a grupos monopolistas. Esto produjo eso que llaman "reestructuración del sector”, caracterizada por la concentración, la ruina de los pequeños productores y la disminución del número de explotaciones y el aumento de su tamaño y producción. Desde la imposición de la cuota láctea Galicia sufrió la destrucción  del 90% de las explotaciones y la desertización y despoblamiento del medio rural.

Las imágenes de estos días de productores y productoras gallegos abocados a la ruina  vertiendo al suelo cisternas de leche como señal de protesta ante el desmantelamiento del sector, no es desconocida en ninguna cuenca lechera a lo largo y ancho del mundo capitalista. Los industriales lecheros argentinos justifican los precios ruinosos que pagan en origen invocando el bloqueo de Rusia (segundo importador mundial de lácteos)  y la contracción de la importación de lácteos por China. El precio internacional de la leche en polvo argentina en los últimos 15 meses bajó en un 63% y sigue bajando. Instaban los industriales a “cada eslabón de la cadena a trabajar fuertemente sobre sus costos, tratando de mejorar constantemente la eficiencia y la productividad”.

El fenómeno es mundial. El precio de la leche se viene abajo en todo el mundo capitalista expulsando del mercado a millones de productores. Miles de campesinos marchan a  Bruselas, Estrasburgo, se movilizan en Francia, Bélgica, Alemania, Portugal, Suiza, Indonesia, República Dominicana y  Estados Unidos

Informa la organización internacional Vía Campesina que, aunque solo una pequeña parte de la leche producida en el mundo se comercializa a nivel internacional, la "liberalización" de este mercado ha llevado a todos  los productores de leche a depender de los precios en los mercados mundiales. La OMC enfrenta entre sí a todos los productores de leche del planeta en una puja a la baja  ya que las grandes compañías de comida procesada como Nestlé, Fonterra, Kraft, se benefician del acceso a leche barata. El precio de la leche está principalmente influido por el bajo costo de producción en los grandes países exportadores como Nueva Zelanda y Australia, y por el dumping de la sobreproducción de EEUU y Europa en el mercado mundial. Aun así, en vez de reducir la producción lechera, la UE y EEUU han reactivado recientemente las ayudas para la exportación, forzando unos precios para la leche internacional aún mas bajos.

En cualquier lugar del mundo capitalista  los precios de la leche son muy bajos como para que las productoras y los productores puedan sobrevivir como tales,  pero suficientemente altos como para que la inmensa mayoría de la humanidad trabajadora no tenga acceso a ella, para  que  los monopolios, la industria de la leche y las grandes superficies de distribución, amasen una fortuna a expensas de los productores y de los consumidores.

El elemento determinante de las crisis de sobreproducción es la concentración del capital. En el capitalismo el capital se va concentrando cada vez más hasta que el sistema alcanza su fase monopolista, fase en la que todos los sectores económicos acaban en manos de unas pocas corporaciones que se aprovechan imponiendo situaciones de monopolio.

El sistema polariza la distribución de la riqueza hasta tal punto que deja buena parte de la producción sin posibilidad de ser absorbida por el consumo.¿Significa esto que "sobra la leche”? No.

Decía el economista soviético P. Nikitin: "¿Es en efecto “excesiva” la producción de pan, ropa, combustible, etc., en la sociedad capitalista? ¡No! La superproducción de mercancías que da lugar a las crisis no es absoluta, sino relativa. El exceso de mercancías sólo existe si se tiene en cuenta la demanda solvente, pero no en comparación con las verdaderas necesidades de la sociedad.  

La causa más profunda de las crisis económicas de superproducción bajo el capitalismo reside en la contradicción fundamental de dicho régimen: la contradicción entre el carácter social de la producción y la forma capitalista privada de apropiación de los resultados de la producción.”

En las épocas de crisis se destruyen enormes riquezas al mismo tiempo que dejan de satisfacerse las necesidades más perentorias de las grandes masas populares. "Así, durante la crisis de 1929-1933 se demolieron 92 altos hornos en los Estados Unidos, 72 en Inglaterra y 28 en Alemania. En 1933 en los Estados Unidos, se arrasaron, labrando de nuevo los sembrados, 10.400.000 acres de algodonales.”

Vía Campesina informó que en enero de 2009 el Sindicato de Agricultores de Indonesia exigió al gobierno que protegiera a los productores de leche locales de llegar a la quiebra completa. La compañía transnacional Nestle, primera compradora de leche del país, comenzó a reducir el precio de compra en las granjas aunque aumentó el precio de venta al consumidor. Todas las grandes compañías procesadoras de leche le siguieron los pasos. Esto pareció ser el ultimo golpe para la industria láctea doméstica, que venía siendo atacada durante los últimos 25 años de desregularización. En 1983, bajo la regulación del FMI, el Gobierno anuló la ley que obligaba a las empresas que operaban en Indonesia a comprar un cierto porcentaje de la leche usada en sus productos al margen de la leche que importasen de otros países terceros. En 2003, el Gobierno de Indonesia, fue mas allá, reduciendo los aranceles de la leche importada de un 5% a un 0%. Como resultado, hoy en día, el 70% de la leche consumida en Indonesia proviene de Nueva Zelanda y Australia, y en consecuencia, las productoras y los productores se preguntan si serán capaces de mantenerse en el mercado. Esto se llama capitalismo en su fase imperialista.

En Galicia estamos ante  una  gigantesca operación de desmantelamiento del sector lácteo, que  se materializa en la liquidación del pequeño productor para favorecer a la agro-industria arrasando  con un pequeño y mediano campesinado  arruinado o en vías de proletarización, que no  dispone de la tierra para la autosuficiencia en los forrajes, destinado a destruir el  sector lácteo gallego para hacer hueco a los sobrantes de producción de los países del eje dominante en la UE.

Ante esta situación las organizaciones agrarias promovieron la constitución de una plataforma de defensa del sector y un calendario de movilizaciones para reclamar medidas urgentes a los gobiernos español y autonómico.

No se puede acusar de falta de iniciativa al gobierno autonómico ni al español: ambos desarrollaron amplias iniciativas para implementar sin temblarles la mano una política económica de desmantelamiento de los sectores productivos bajo el dictado de la UE, al servicio de las grandes empresas y a costa de la ruina de los pequeños productores  que no tienen cabida en un modelo orientado a las grandes explotaciones para alimentar a los monopolios de la alimentación.

Dicho de otro modo, salvar el sector lácteo sólo es posible en el marco de un programa que rompa con la UE y el euro, que fomente el cooperativismo y avance hacia la nacionalización de las grandes explotaciones y de todos los eslabones de la producción, la transformación y la distribución en el marco de una economía planificada  socialista que acabe con la anarquía de la producción y el imperio omnímodo de los cartels alimentarios y tenga como único objetivo la satisfacción de las  necesidades del pueblo trabajador y la autosuficiencia alimentaria de nuestro país.


 

Salvar o leite = Saírmos da UE

O SECTOR LÁCTEO galego, sacudido por continuas crises desde a entrada de España na Comunidade Económica Europea, atravesa agora unha situación insustentable.

As explotacións loitan a duras penas pola supervivencia, entre o encarecemento dos insumos durante os últimos anos e o abaratamento dos prezos en orixe por baixo dos custos de produción. . Encarecen o combustible, a electricidade, os fertilizantes e soben os PENSOS debido ao aumento do prezo dos cereais nas lonxas que marcan o prezo mundial.

Os custos de produción roldan os 30 céntimos por litro, mentres o prezo medio que están a cobrar os produtores (o máis baixo do estado) sitúase nos 26/28 céntimos, sen esquecer as preto de 1200 explotacións (entre o 10 e o 11% das existentes en Galicia -10.000- ) que están a percibir entre 18 /20 céntimos por litro de leite producido.

A isto veu sumarse no mes de xullo o cesamento directo das recollidas ás explotacións por parte de varias empresas leiteiras.

Para entender a prepotencia dos monopolios industriais e as grandes superficies, e a exitosa presión á baixa sobre os prezos en orixe, que abocan ao sector á súa práctica desaparición, hai que ter en conta, por unha banda, a natureza débil e atomizada da estrutura das explotacións, a pesar do proceso de concentración capitalista que se operou desde o ingreso de españa na Comunidade Económica Europea impondo cotas de produción que supuxeron a desaparición do 90% das explotacións existentes entón. E en contraste, o carácter concentrado e altamente monopolístico da industria láctea e a distribución polo miúdo.

Do alto grao de CONCENTRACION MONOPOLISTICA na INDUSTRIA e a DISTRIBUCION dan conta os seguintes datos:

Dos 75 compradores de leite galega que operaron na última campaña,

o cinco máis importantes (LACTALIS , LEITE RÍO, CORPORACION ALIMENTARIA PEÑASANTA,LEITE CELTA, FEIRACO) recolleron o 57% de todo o leite producido en Galicia.

Tanto a INDUSTRIA TRANSFORMADORA como o sector da distribución están altamente concentrados.

As vendas de leite ao consumidor realízanse fundamentalmente en hipermercados e supermercados, estando en extinción as vendas en pequenos establecementos e as vendas directas dos produtores.

O proceso de concentración monopolística no comercio da alimentación alcanza cotas cada vez maiores. En 2011, 5  sinaturas (MERCADONA, CARREFOUR, EROSKI, DÍA, ALCAMPO) concentraron o 53% da facturación.

En tales circunstancias os grandes grupos que empregan as marcas brancas para fixar prezos están nas mellores condicións para premer á baixa sobre o prezo do produto en orixe.

As empresas da industria láctea pactan prezos por baixo dos custos de produción; solicitan dos produtores baixadas de produción (nun contexto que xa é de redución nun 7,5% da produción desde o pasado ano) e /ou directamente non lles recollen o produto como anunciaron Leite Río e Leitegal no mes de xullo e xa fixera anteriormente Pascual.

As grandes distribuidoras alimentarias pola súa banda presionan sobre o prezo mediante o uso das marcas brancas (que representan máis do 50 % do mercado) e a utilización do leite como produto reclamo nas grandes superficies.

Aproveitando as vantaxes do "mercado libre", libre para os monopolios, tras a aprobación do novo "Paquete Lácteo", sucedéronse os incumprimentos dos contratos asinados entre as explotacións e a industria , continuou a caída dos prezos e agravouse a situación co cesamento da recollida en orixe por parte das empresas leiteiras.

Que a actual "liberalización do mercado" tras o levantamento das cotas lácteas sexa nefasta para os intereses e a propia supervivencia dos pequenos e medianos produtores non significa que as cotas o fosen menos. Ambas responden, en diferentes conxunturas, aos intereses das grandes corporacións alimentarias europeas que defende e representa a PAC.

A situación do rural galego vénse deteriorando aceleradamente desde a entrada do estado Español na CEE (actualmente UE) en 1986.

A cota láctea fixaba a produción nunha cantidade moi inferior ao consumo interno (estimado en 9 millóns de toneladas), constreñía o desenvolvemento das capacidades produtivas existentes e forzaba un déficit duns 3 millóns de toneladas destinado a facer oco para colocar excedentes de produtos lácteos de Francia e outros países membros pertencentes ao eixo dominante dese polo imperialista. A baixada dos prezos está vinculada á importación do leite fundamentalmente francés. A prosperidade do modelo francés que algúns expoñen como solución exemplar para Galicia , baseado na subvención ao prezo do leite, sería impensable sen esta penetración feita á forza dos monopolios leiteiros franceses no mercado europeo,  usando os instrumentos da PAC imperialista.

Esta baixada dos prezos de compra ao produtor liquidou a aqueles que non puideron competir no prezo á baixa coas grandes explotacións vinculadas a grupos monopolistas. Isto produciu iso que chaman "reestruturación do sector" caracterizada pola concentración, a ruína dos pequenos produtores , a diminución do número de explotacións e o aumento do seu tamaño e produción. Desde a imposición da cota láctea Galicia sufriu a destrución do 90% das explotacións e a desertización e despoboamento do medio rural.

As imaxes destes días de produtores e produtoras galegos abocados á ruína verquendo ao chan cisternas de leite como sinal de protesta ante o desmantelamento do sector, non é descoñecida en ningunha conca leiteira ao longo e ancho do mundo capitalista. Os industriais leiteiros arxentinos xustifican os prezos ruinosos que pagan en orixe invocando o bloqueo de Rusia (segundo importador mundial de lácteos) e a contracción da importación de lácteos por China. O prezo internacional do leite en po arxentina nos últimos 15 meses baixou nun 63% e segue a baixar. Instaban os industriais a "cada elo da cadea a traballar fortemente sobre os seus custos, tentando mellorar constantemente a eficiencia e a produtividade" .

O fenómeno é mundial. O prezo do leite vén abaixo en todo o mundo capitalista expulsando do mercado a millóns de produtores. Miles de campesiños marchan a Bruxelas, Estrasburgo, mobilízanse en Francia, Bélxica, Alemaña, Portugal, Suíza, Indonesia, República Dominicana e Estados Unidos

Informa a organización internacional Vía Campesiña que, aínda que só unha pequena parte do leite producido no mundo se comercialíza a nivel internacional, a "liberalización" deste mercado levou a todos os produtores de leite a depender dos prezos nos mercados mundiais. A OMC enfronta uns cos outros  a todos os produtores de leite do planeta nunha poxa á baixa xa que as grandes compañías de comida procesada como Nestlé, Fonterra, Kraft, benefícianse do acceso ao leite barato. O prezo do leite está principalmente influído polo baixo custo de produción nos grandes países exportadores como Nova Zelandia e Australia, e polo dumping da sobreproducción de EEUU e Europa no mercado mundial. Aínda así, no canto de reducir a produción leiteira, a UE e EEUU reactivaron recentemente as axudas para a exportación, forzando uns prezos para o leite internacional aínda mais baixos.

En calquera lugar do mundo capitalista os prezos do leite son moi baixos como para que as produtoras e os produtores poidan sobrevivir como tales, pero suficientemente altos como para que a inmensa maioría da humanidade traballadora non teña acceso a ela, para que os monopolios, a industria do leite e as grandes superficies de distribución amasen unha fortuna a expensas dos produtores e dos consumidores.

O elemento determinante das crises de sobreproducción é a concentración do capital. No capitalismo o capital vaise concentrando cada vez máis ata que o sistema alcanza a súa fase monopolista, fase na que todos os sectores económicos acaban en mans dunhas poucas corporacións que se aproveitan impondo situacións de monopolio .

O sistema polariza a distribución da riqueza até tal punto que deixa boa parte da produción sen posibilidade de ser absorbida polo consumo.Significa isto que "sobra o leite" ?Non.

Dicía o economista soviético P. NIKITIN: "É en efecto "excesiva" a produción de pan, roupa, combustible, etc., na sociedade capitalista? Non! A superproducción de mercadorías que dá lugar ás crises non en absoluta, senón relativa. O exceso de mercadorías só existe se se ten en conta a demanda solvente, pero non en comparación coas verdadeiras necesidades da sociedade.

A causa máis profunda das crises económicas de superproducción baixo o capitalismo reside na contradición fundamental do devandito réxime: a contradición entre o carácter social da produción e a forma capitalista privada de apropiación dos resultados da produción. "

Nas épocas de crises destrúense enormes riquezas ao mesmo tempo que deixan de satisfacerse as necesidades máis perentorias das grandes masas populares. "Así, durante a crise de 1929-1933 demoéronse 92 altos fornos nos Estados Unidos, 72 en Inglaterra e 28 en Alemaña. En 1933 nos Estados Unidos, arrasáronse, labrando de novo os sementados, 10.400.000 acres de algodonales. "

Vía Campesiña informou que en xaneiro de 2009 o Sindicato de Agricultores de Indonesia esixiu ao goberno que protexese aos produtores de leite locais de chegar á quebra completa. A compañía transnacional Nestle, primeira compradora de leite do país, comezou a reducir o prezo de compra nas granxas aínda que aumentou o prezo de venda ao consumidor. Todas as grandes compañías procesadoras de leite seguíronlle os pasos. Isto pareceu ser o ultimo golpe para a industria láctea doméstica, que viña sendo atacada durante os últimos 25 anos de desregulación. En 1983, baixo a regulación do FMI, o Goberno anulou a lei que obrigaba ás empresas que operaban en Indonesia a mercar unha certa porcentaxe do leite usado nos seus produtos á marxe do leite que importasen doutros países terceiros. En 2003, o Goberno de Indonesia, foi mais alá reducindo os aranceis do leite importado dun 5% a un 0%. Como resultado, hoxe en día, o 70% do leite consumido en Indonesia provén de Nova Zelandia e Australia, e en consecuencia, as produtoras e os produtores pregúntanse se serán capaces de se manter no mercado. Isto chámase capitalismo na súa fase imperialista.

Na Galicia estamos ante unha xigantesca operación de desmantelamento do sector lácteo, que se materializa na liquidación do pequeno produtor para favorecer á agro-industria arrasando cun pequeno e mediano campesiñado arruinado ou en vías de proletarización, que non dispón da terra para a autosuficiencia nas forraxes; coa consecuencia de destruír o sector lácteo galego para facer oco aos sobrantes de produción dos países do eixo dominante na UE.

Ante esta situación as organizacións agrarias promoveron a constitución dunha plataforma de defensa do sector e un calendario de mobilizacións para reclamar medidas urxentes aos gobernos español e autonómico.

Non se pode acusar de falta de iniciativa ao goberno autonómico nin ao español: ambos desenvolveron amplas iniciativas para implementar sen tremerlles a man unha política económica de desmantelamento dos sectores produtivos baixo o ditado da UE , ao servizo das grandes empresas e á conta da ruína dos pequenos produtores que non teñen cabida nun modelo orientado ás grandes explotacións para alimentar aos monopolios da alimentación.

Dito doutro xeito: Salvar o sector lácteo só é posible no marco dun programa que rache coa UE e o euro, que fomente o cooperativismo e avance cara á nacionalización das grandes explotacións e de todos os elos da produción, a transformación e a distribución, no marco dunha economía planificada socialista que remate coa anarquía da produción e o imperio omnímodo dos cartels alimentarios e que teña como único obxectivo a satisfacción das necesidades do pobo traballador  e a autosuficiencia alimentaria do noso país.

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