Con 12 millones de pobres y España vendida a precio de saldo, el corrupto banquero Botín está contento porque (le) llega dinero “de todas partes”. Octubre de 2013.

El discurso mussoliniano de corte populista contra "políticos y banqueros" va suavizándose y guiñando el ojo a estos últimos.

Botín, "el único banquero que ha salido de un banco para meterse en una caja", el hombre más rico del cementerio, campeón de la usura y del robo de viviendas a familias trabajadoras, mafioso y corrupto como digno representante de la caterva de oligarcas y explotadores que fue, defraudador fiscal y ventrílocuo que manejó por igual, cual sus muñecos, a los falsimedia, a los políticos burgueses, lo hizo sin exclusiones: entre éstos está su joven manager, Podemos, de quien cabe preguntarse si es realmente el partido de la gente o de la gentuza. Sobre todo tras las declaraciones para El País de Jesús Montero, miembro del Consejo Ciudadano de Podemos y Secretario General del partido en Madrid: “Hay dos culturas empresariales. Una es casta, la otra quiere contribuir al bienestar social, como la familia Botín en el Banco Santander”. El dirigente de Podemos confía en la existencia de empresarios “de buena voluntad”. Ignorar el papel objetivo de este (y de cualquier) grupo monopolista no es una expresión de idealismo ingenuo. Ingenuo será el trabajador que confíe en el nuevo partido al servicio de la oligarquía monopolista española y otra vez más, sin escarmentar nunca, ponga su voto obrero a trabajar para el burgués.