A pesar de tener mayoría en el Congreso, los mencheviques viéronse obligados, para no enfrentarse con los obreros, a reconocer la fórmula de Lenin en cuanto al artículo primero de los estatutos, sobre la condición de miembro del Partido.

En el problema agrario Lenin defendió la nacionalización de la tierra, pero sólo la consideraba posible si triunfaba la revolución, si se derrocaba al zarismo. En estas condiciones, la nacionalización de la tierra facilitaría al proletariado, en alianza con los campesinos pobres, el paso a la revolución socialista. Los mencheviques defendían el programa de la municipalización, un programa oportunista: no podía movilizar a los campesinos para una lucha revolucionaria, no se proponía como objetivo la supresión completa de la propiedad terrateniente.

Los bolcheviques tuvieron que decidirse acerca del problema de tomar parte en la segunda Duma o boicotearla. Decidieron participar en las elecciones a la segunda Duma, para utilizarla como tribuna al servicio de la revolución.

En cambio el Comité Central menchevique hizo un llamamiento para que se pactasen acuerdos electorales con los kadetes y se les apoyase en la Duma, considerando a ésta como un organismo legislativo, capaz de poner un freno al gobierno zarista. Los bolcheviques exigieron que se convocase un nuevo Congreso del Partido, reuniéndose en Londres en mayo de 1907 el V Congreso del Partido. Trotski intentó formar en este Congreso un grupito centrista, es decir, semimenchevique.

Debía lucharse por conseguir que la dirección ideológica y política de los sindicatos estuviese en manos del Partido.

La primera revolución rusa había terminado con una derrota. A ello contribuyeron las siguientes causas:

  1. La revolución no contaba aún con una sólida alianza de los obreros y los campesinos contra el zarismo.
  2. La resistencia de una parte considerable de los campesinos a marchar de acuerdo con los obreros por el derrocamiento del zarismo se dejó sentir también en la conducta del ejército.
  3. Tampoco los obreros actuaron con la suficiente unanimidad.
  4. Aunque la clase obrera era la fuerza de vanguardia, la fuerza fundamental de la revolución dentro de las filas del Partido de la clase obrera, no existían la unidad y la cohesión necesarias. El P.O.S.D.R., el partido de la clase obrera, hallábase escindido en dos grupos: el de los bolcheviques y el de los mencheviques.
  5. La autocracia zarista contaba, para ahogar la revolución de 1905, con la ayuda de los imperialistas del occidente de Europa.
  6. Una ayuda importante para el zar fue la paz con el Japón, concertada en septiembre de 1905.
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