En toda Europa durante la Segunda Guerra Mundial las mujeres estuvieron en la lucha antifascista. Es conocido el 588º regimiento de Bombarderos Nocturnos, algo menos las cien mil partisanas que  lucharon en el ejército de liberación de Yugoslavia.  Más de 2.000 alcanzaron el rango de oficial y 91 de ellas la distinción más elevada: el título de héroe del pueblo. Maria Alda, nombre propio de esta columna, es  parte de ese contingente de mujeres luchadoras contra el fascismo.

Fue en el barrio   obrero  de Alcântara donde nació  el 19 de marzo de 1923. Hija de  obreros, estudió en el  Liceo Doña Filipa de Lencastre y en  1946 se licenció en Ciencias Físico-Químicas por la Facultad de Ciencias de Lisboa, habiendo participado activamente, entre 1942 y 1944, en las luchas estudiantiles, principalmente  contra la  subida  de las tasas de matrícula.

María Alda Nogueira participó, entre 1945 y 1947, en el Consejo Nacional de Mujeres Portuguesas. También participó activamente en el  Socorro Rojo Internacional. En 1942 se incorporó al PCP y en 1958 desarrolló  un papel destacado  en la candidatura de Arlindo Vicente a la Presidencia de la República.

Una vida de lucha, a veces  en  clandestinidad,  por los derechos de las mujeres, la libertad, la emancipación social y la paz.  Detenida por la  policía secreta (PIDE) en 1959,  pasó 10 años en prisión.  Habiendo sido la mujer con más años consecutivos en una sola prisión, fué en la cárcel donde comenzó a escribir libros para niños, como  A Viagem Numa Gota de Água y Viagem Numa Flor.

No sólo libros infantiles, organizada con otras comunistas presas, denunciaron internacionalmente la situación de las mujeres presas  y la represión de la policía política. También  escribió el poema de la postal  que la delegación portuguesa obsequió en 1963 a las congresistas del V Congreso de la FDIM.  «En prisión me quitaron los mejores años de mi vida. Entré a los 35 años, salí a los 45 años», dijo.

Tras  la Revolución de los Claveles, María Alda Nogueira fue miembro de la Asamblea Constituyente en 1975 y de la Asamblea de la República entre 1976 y 1987. Durante este período fue miembro del Consejo Directivo de la Asamblea Interparlamentaria. También presidió  la Comisión Parlamentaria de la “Condiçao Femenina”.

En reconocimiento a su  intervención y lucha por el derrocamiento del fascismo  recibió, en 1989, el grado de Gran Oficial de la Orden de la Libertad. Dos años antes había recibido la Distinción de Honor del Movimiento Democrático de Mujeres (MDM), del que era dirigente.  Murió el 5 de marzo de 1998.

Para la mitad femenina de la clase obrera es muy importante el reconocimiento del espacio legítimo que le corresponde en las páginas que interpretan lo que es relevante y lo que es insignificante para la Humanidad.  Tarea  atrasada, que  incluso las más destacadas protagonistas minimizan la importancia de su epopeya antifascista, este 50  aniversario de la  Revolución de los Claveles Maria Alda ha recibido merecido homenaje, junto con otras destacadas luchadoras de la  resistencia antifascista.

María Luna

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