La táctica consiste en determinar la línea de conducta del proletariado durante un período relativamente corto de flujo o de reflujo del movimiento, de ascenso o de descenso de la revolución; la táctica es la lucha por la aplicación de esta línea de conducta mediante la sustitución de las viejas formas de lucha y de organización por formas nuevas, de las viejas consignas por consignas nuevas, mediante la combinación de estas formas, etc., etc. (). La táctica es una parte de la estrategia, a la que está supeditada, a la que sirve. (Stalin: Fundamentos de leninismo)

El concepto “alienación” constituye uno de los pilares fundamentales del marxismo-leninismo. Bajo la categoría alienación resume Marx la relación de extrañamiento que se produce entre la clase obrera y el fruto del trabajo bajo condiciones capitalistas de producción.

Dejando a un lado los planteamientos de la filosofía idealista a este respecto (sintetizado, por ejemplo, en Hegel, en una especie de despliegue de la Idea que se autodespoja para ser Naturaleza), para el marxismo-leninismo la raíz de la alienación hay que buscarla no en el mundo de las ideas, sino en la base material que relaciona a los seres humanos entre sí y con la naturaleza.

El pasado 10 de enero murió en Roma a los 92 años de edad el director de cine Francesco Rosi. ¿Qué no lo conocen? Pues un cineasta como la copa de un pino; de la talla de los Vittorio De Sica, Roberto Rossellini, Luchino Visconti, Pier Paolo Pasolini, Mario Monicelli, Michelangelo Antonioni, Ettore Scola, Bernardo Bertolucci, etc.

“El primer acto en que el Estado se manifiesta efectivamente como representante de toda la sociedad: la toma de posesión de los medios de producción en nombre de la sociedad, es a la par su último acto independiente como Estado. (…) El gobierno sobre las personas es sustituido por la administración de las cosas y por la dirección de los procesos de producción. El Estado no será <abolido>; se extingue”. (F. Engels: Anti-Dühring)

Entre el análisis que hacemos de la realidad y la propuesta que realizamos para intervenir en ella debe existir siempre coherencia. Es por ello que el análisis que hagamos para responder a la pregunta ¿Qué es el Estado? va a marcar indefectiblemente nuestra táctica.

En este sentido, a propósito de la caracterización del Estado, sólo hay dos respuestas: de un lado, la que concibe al Estado como un factor neutral llamado a conciliar los intereses de todas las clases sociales. De otra parte, la que va en la línea de conceptualizar al Estado como una herramienta de coerción en manos de una clase para ejercer su dictadura sobre otra(s).

El fetichismo de la mercancía constituye una de las aportaciones más valiosas que hace Marx en El capital. En coherencia con su método de trabajo, Marx le dedica a esta categoría, fundamental en la economía política, unas páginas preciosas en el Libro Primero.

“Para la revolución no basta con que las masas explotadas y oprimidas tengan conciencia de la imposibilidad de seguir viviendo como viven y exijan cambios; para la revolución es necesario que los explotadores no puedan seguir viviendo y gobernando como viven y gobiernan: Sólo cuando “los de abajo” no quieren y “los de arriba” no pueden seguir viviendo a la antigua, sólo entonces puede triunfar la revolución” [Lenin La enfermedad infantil del <izquierdismo> en el comunismo]

“La LOMCE hace que la música y las enseñanzas artísticas pasen a ser opcionales tanto en Primaria como en ESO. Eso conlleva a que las personas interesadas en ellas tengan que pagar unas matrículas elevadísimas”

En estos últimos años mucho se habla de los recortes en educación a todos los niveles, desde la primaria hasta la educación superior. Y no solo eso, sino que además, la juventud de extracción obrera y popular lo vivimos en nuestras propias carnes, pues cada día se hace más cuesta arriba poder seguir estudiando por la subida de tasas (cada vez más desorbitada) o por los problemas que tenemos a la hora de entrar a una FP.

La malintencionada idea posmoderna de que el arte debe estar ligado al arte en sí mismo y por tanto alejado de la vida real y de la reflexión política, ha acabado por implantarse lamentablemente en el mundo profesional de las artes escénicas, y el mínimo roce con la aplastante realidad que nos rodea es tachado inmediatamente de arte panfletario.

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