Después de nueve meses, como si de un embarazo se tratara, el próximo día 1 de enero la nueva norma laboral entrará en vigor.

Algunos medios del capital se atreven a decir que mejorará la vida laboral de muchos trabajadores y trabajadoras, otros menos optimistas y más de derechas, dicen que no creará empleo.

Parece que lo único importante es que la patronal, el gobierno y dos sindicatos hayan conseguido ponerse de acuerdo, aún cuando la mayoría sindical de nuestro estado no esté de acuerdo, ni ha sido invitada, ni lo será.

CCOO y UGT nos tienen acostumbradas a espaldas de sus afiliadas y afiliados a llegar a acuerdos sin la participación de los mayores interesados, la clase obrera. La política sindical desarraigada de las asambleas, de la participación de todos. El sistema de el “valor de representación” de todas las y los trabajadores y por enésima vez volvemos a ser traicionados.

El veto que algunos partidos políticos que en algunas ocasiones se han unido a la socialdemocracia preocupa a la ministra Calviño, que públicamente ha pedido colaboración.

A todo esto, le llaman modernización del mercado laboral, dicen que, para estar a la altura de Bruselas, todo a cambio de la “pasta”. Paolo Genttiloni, comisario europeo de economía, declaró la importancia que para Europa tiene que los “agentes sociales· lleguen a acuerdos con el gobierno. Así que queda claro que se refiere a la Europa del Capital.

Algunos aspectos de la nueva norma facilitarán a los empresarios a realizar ERTE, ahora llamados “mecanismo red de flexibilidad y estabilización de empleo”, mismo perro con distinto collar, que además los empresarios serán bonificados por este uso. Recordemos que durante la pandemia las empresas han dejado de pagar el 100 % de los Seguros Sociales y del IRPF, parece que la patronal se olvida de quién pagó todo eso.

Ya sabíamos, hace meses, que nunca derogarían la Reforma Laboral que, en cualquier caso, tratarían de darle un “barniz” a lo que ellos denominaban, en aquel momento, los “elementos mas lesivos del RDL 3/2012”.

Fue demasiado optimista nuestra reflexión, porque ni a eso han llegado, se han entregado a cambio de nada, el núcleo central de la Reforma; los despidos, los salarios de tramitación, la reducción de los días de indemnización, la simple minoración parcial de la cuenta de resultados, o la previsión de disminución de ingresos, el descuelgue de los convenios y un larg etc, permanecen inalterables.

Considerábamos, que no se trataba de un cambio legislativo exclusivamente, sino que estábamos ante un cambio de paradigma en las relaciones laborales y que este ponía fin a derechos conquistados en decenios de lucha por el movimiento obrero y sindical.

Pues bien, hoy nos encontramos con que CC.OO. y UGT han aceptado el cambio de paradigma en las relaciones entre el capital y el trabajo, y se muestran como cómplices directos de la aplicación de las políticas neoliberales y del ataque frontal a la clase obrera.

De histórico, han calificado esos sindicatos del pacto social, el acuerdo, en eso si podemos estar de acuerdo, puesto que, teniendo la conjunción del tiempo político y del tiempo histórico, es decir, la mayoría social y política suficiente, para derogar la Reforma Laboral el aquelarre socialdemócrata ha optado por mantener en toda su dureza una legislación que consagra la explotación y arruina a las y los trabajadores.

Firman el acuerdo bajo la tutela del capitalismo europeo y a la amenaza de la patronal, que les ha puesto como condición, que el acuerdo no debe ser modificado ni una coma, en su trámite parlamentario. De lo contrario, Garamendi, jefe de la patronal, ha amenazado con abandonar el acuerdo.

Si les quedara un poco de honestidad y un puñado de coraje, semejante amenaza al sistema parlamentario habría sido suficiente para dar por rota la negociación.

Pero sería una ingenuidad pedir honestidad y coraje a quienes entregan al capital la lucha de los trabajadores.

Cabría preguntarle a CC.OO. y a UGT, ¿dónde queda el éxito de la movilización de marzo de 2012?, ¿dónde quedó la reivindicación en la calle de la derogación de la reforma?, ¿cómo le van a explicar a sus afiliados/as semejante venta de principios?

Las y los trabajadores debemos seguir exigiendo en las calles, en las asambleas y en los centros de trabajo, la derogación completa y absoluta de la Reforma Laboral.

Isabel Talavera

Miembro Consejo Nacional del Frente Sindical Obrero de Canarias