Las subidas salariales en las últimas décadas, han sido formalizadas a través de la dinámica del pacto social, eliminando así los conceptos de clase que entendía la clase obrera, apartando a esta de la lucha y llevadas a cabo desde el capitalismo, entre una patronal que no cede en ni una coma en su propósito de explotación y ganancia de plusvalía y unos sindicatos mayoritarios ninguneados, incapaces de movilizar para de defender ni tan siquiera, los incrementos del IPC.

 El IPC, cifra manipulada que nunca llega a reflejar la realidad del incremento de vida en el consumo de subsistencia de la clase obrera, clase obrera que ya ve mermada su capacidad económica con la precariedad laboral, el exceso de horas, el trabajo en temporalidad y muchos otros atropellos de derechos que se agudizan y se hacen persistentes en el tiempo, nunca es suficiente cifra para poder subsistir dignamente.

Cada vez se ve, en más ocasiones, como los sindicatos mayoritarios pactan sobre un coeficiente porcentual exclusivamente, por debajo del mínimo que anteriormente se tenía en cuenta, el famoso IPC, en periodos anteriores, cuando la movilización y la lucha empujaban en el juego de la negociación, no había ningún convenio o sector industrial que no tuviera un incremento de todas las tablas salariales del IPC más un coeficiente porcentual, aparte de modificar sustancialmente los derechos básicos de la clase obrera en cualquier convenio, se demuestra así que el capital no negocia cuando no se para su producción.

La patronal está muy cómoda con esta situación de claudicación, entreguismo y desmovilización, imponiendo, que no negociando, sus propósitos, viéndose cada vez más favorecida y fuerte en su posición de explotadora, quedándose con más parte de la plusvalía, arrebatándonos derechos conquistados a base de sacrificios y luchas que a la clase obrera le costaron sangre, sudor y lágrimas, muchos sacrificios y luchas duraderas a resistir.

 La clase obrera, no puede ver como referente a unos sindicatos que no defienden sus intereses de clase, fruto de su descomposición personal de los dirigentes y el apoltronamiento, convirtiéndolos en una pandilla de burócratas de sillón, que más que pensar en la movilización y la lucha de clases, pensaron durante décadas como desactivarla, para preservar sus intereses personales y sus puestos de trabajo como liberados, aplicando políticas de calculadora en leyes que no defienden a nuestra clase, sino al capitalismo.

La única ley que defiende a la clase obrera, la única ley a respetar por los trabajadores, es la ley de la lucha de clases, la lucha por la conquista de sus derechos, la lucha contra la explotación capitalista, solo si la patronal ve peligrar sus intereses, es posible llegar a conquistar lo arrebatado y conquistar nuevos derechos  para  mejorar nuestras vidas, la patronal solo lo verá, si nos movilizamos de manera organizada, si luchamos unidos, si ve peligrar sus intereses, si se convocan huelgas parciales o  generales, y se les da continuidad en el tiempo, cambiando el rumbo de la situación actual.

Desde el PCPE, hacemos un llamamiento a la clase obrera a organizarse, tanto en el PCPE, como en los Comités para la Unidad Obrera (CUO), solo la unidad de la clase obrera y la lucha organizada en una misma dirección, puede revertir esta situación.

Miguel de la Cruz

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