Cada trimestre del año hemos oído por lo general, cómo los niveles de paro descienden y nos lo enfocan como una manifestación clara de prosperidad y aparente fin de la crisis capitalista. Nada más lejos de la realidad.

El Sistema en el que vivimos necesita de la clase trabajadora para producir y generar su riqueza, siempre la ha necesitado, pero para que esa riqueza aumente y la crisis capitalista frene su declive, necesitan abaratar los costes y la psicosis generada por la propia crisis, el miedo inculcado durante años sobre la población para que no puedan perder sus puestos de trabajo, sus casas a las que muchos estamos eternamente hipotecados, para poder seguir comprando los, cada vez más caros, productos de primera necesidad como la energía, la educación de nuestros hijas e hijos o los propios medicamentos, han provocado que la destrucción masiva de puestos de trabajo que se ha ido sufriendo en los últimos años y donde se mantenía una cierta estabilidad y antigüedad, unos derechos adquiridos por la lucha histórica de la clase obrera y unos salarios que te permitían vivir, hayan podido ser sustituidos por trabajos de miseria, eventuales, en jornadas parciales, con despidos casi gratuitos y derechos ninguneados o directamente eliminados. Esta tesis es refrendada cada tres meses por la propia EPA (encuesta de Población Activa) que publica el Estado.

El Gobierno se jacta siempre que puede de la bajada de niveles de paro que se han ido publicando a lo largo del año pero no explica a qué precio: El 27% son contratos eventuales (el más alto de Europa solo superado por Polonia) de hecho, de los contratos registrados de enero a octubre de 2017 (unos 18 millones) indefinidos fueron tan solo un 9,02% frente al 90,98% de los contratos temporales que se firmaron sin contar la eventualidad o la pérdida de derechos que sistemáticamente están sufriendo muchos Convenios colectivos. Es decir; el capitalismo ha cambiado de estrategia o mejor dicho a avanzado a la siguiente fase en su terrible y miserable necesidad de acumulación de riqueza: desde que no tiene que disimular frente a un bloque socialista que mejoraba claramente las necesidades de la sociedad, el capitalismo ha querido desmontar todo el fingido “Estado de bienestar” y su propia Crisis capitalista le ha servido para destruir todo aquello que la clase obrera había conquistado ejemplificando las luchas revolucionarias que provocaron las primeras experiencias socialistas en el mundo, hoy, el capitalismo más salvaje no se esconde tampoco en el ámbito laboral y tras la destrucción de infinidad de puestos de trabajo, ahora toca volver a contratar pero con la idea de que lo antes costaba pagar el salario a una persona, ahora se paga a dos (disminución de los niveles de paro con recortes salariales y/o de derechos) y el trabajo que antes hacían dos personas, ahora lo tiene que hacer una (aumento de la productividad de forma forzosa y con la amenaza del despido) esta es la fase del capitalismo violento y explotador que nos encontramos en la actualidad que manifiestan las encuestas de población activa.

Como decíamos, la EPA está dando buenos números, pero no para la clase trabajadora sino para las empresas que se enriquecen aprovechándose de la psicosis que han inculcado en la sociedad para hacernos creer que la única solución al paro, es la esclavitud laboral y el sometimiento a penosas condiciones laborales que incrementen sus multimillonarias cuentas de resultados a costa nuestro trabajo.

Probablemente, en los próximos trimestres, el paro seguirá descendiendo al mismo ritmo que irán creciendo los problemas de las familias obreras, habrá menos personas sin empleo y sin poder vivir dignamente y más personas trabajando con duras condiciones laborales e igual que ayer, sin poder vivir dignamente.

La única solución a este cáncer social es derrotar al miedo, creernos dueños de nuestro futuro, saber que no debemos agradecer cobrar miserias para generar sus riquezas, organizarnos, luchar y volver a luchar hasta la victoria. Es nuestros futuro y el de nuestras familias lo que está en juego.

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