La reciente celebración del 17º Congreso de la Federación Sindical Mundial, que ha tenido lugar en Durban (Sudáfrica), obligaba de una manera urgente y coherente a complementar la información sobre tan exitoso acontecimiento con una brevísima historia del nacimiento, desarrollo y situación actual de la FSM, para así poder valorar en su justa medida la extraordinaria importancia del evento.

La historia de la FSM forma parte y es consustancial a la historia de la lucha de clases a nivel mundial desde 1945. Nació como consecuencia de la victoria de las fuerzas aliadas antifascistas y populares sobre el nazi-fascismo y por extensión sobre los monopolios capitalistas de todo tipo a los cuales representaban y servían. Esta victoria militar, política y económica significó en el terreno sindical la aparición de un sindicato unitario, profundamente democrático, antifascista, antimonopolista, antiimperialista y de clara influencia social-comunista, por la importancia que la URSS y sus aliados habían tenido en la derrota de las potencias fascistas y por el prestigio que el socialismo como proyecto político, ideológico y social alcanzó entre la clase trabajadora mundial y los sectores populares.

No obstante y a pesar de esta gran victoria inicial en la construcción de este proyecto unitario, clasista y revolucionario, las fuerzas imperialistas, reaccionarias y capitalistas en general empezaron desde el primer momento a conspirar, para acabar o debilitar al máximo a la FSM. La AFL norteamericana, diseñada y financiada por la CIA, se negó a entrar en la FSM desde el primer momento porque ya estaba en clave de Guerra Fría.

A partir de 1947 lo que en principio había sido un intento de ruptura fracasado se convirtió en toda una operación política tendente a acabar o debilitar hasta hacer inoperante a la FSM. Las Trade Unions británica y sus sindicatos afines de carácter socialdemócrata, entre los que estaba la UGT, más sindicatos de influencia cristiana, se salen de la FSM ante la imposibilidad de reconvertirla a la línea determinada por el imperialismo. Fue la primera ruptura que en su breve vida tuvo la FSM. No obstante la FSM continuó siendo la central sindical de referencia mundial para la inmensa mayoría de los pueblos del mundo, gozando de enorme prestigio por la organización de luchas y por la defensa irreductible de los intereses de la clase obrera mundial.

La siguiente ruptura vino desde sus propias filas. El eurocomunismo como doctrina contraria a los principios de clase se apoderó de algunos sindicatos, fundamentalmente europeos, que trataron no solo de debilitarla ideológica y organizativamente, sino que pusieron todo su esfuerzo en acabar con ella. También perdieron esta batalla.

Y por último el tercer intento para acabar con la FSM viene de los sindicatos del antiguo bloque socialista en santa alianza con la CES. Solo la posición firme de importantes organizaciones como las griegas, las cubanas, las sirias, las asiáticas, evitaron su desaparición.

La FSM es hoy una potente organización sindical mundial, con 95 millones de afiliados, gracias al coraje, la lucha por los principios de clase y al inquebrantable principio de la solidaridad.

JM. Lucas

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