Desde UyL siempre se ha destacado que, cuando examinamos la realidad en la que vivimos, nos encontramos con la existencia de clases y con que la clase obrera siempre está en peores condiciones. Basta con ver lo que pasa en la Seguridad Social.

Por ejemplo, en el mes de octubre de 2010, la Inspección de Trabajo y Seguridad Social se persona en una obra para averiguar si se ha producido un grave accidente laboral de un albañil, trabajador de la subcontratista.

“Los americanos pueden estar en España mientras los rusos mantengan tropas en Checoslovaquia”. El secretario general del PCE en 1975, Santiago Carrillo, defendió así la presencia de las bases que por entonces tenía EEUU en suelo español, según un informe del espionaje de EEUU desclasificado esta misma semana por la CIA. El documento recoge además las críticas del líder del PCE a su homólogo portugués, Alvaro Cunhal, por su papel en la Revolución de los Claves y las consecuencias que pudiera tener en España.

En los días siguientes al fallecimiento de Fidel Castro, un representante del gobierno de la isla, contestando a un periodista sobre la cuestión del multipartidismo, dijo: “Nosotros eso ya lo tu-vimos en Cuba, y no funcionó”.

Miramos a la actual realidad española y no es difícil contestar lo mismo, sólo que en presente. En España hay un sistema multipartidista, y no funciona. Nada que ver con la democracia, nada que ver con las libertades, nada que ver con la justicia social, por muchos partidos que se puedan registrar.

La actualidad política nos ofrece de forma permanente, no ya solamente los casos de corrupción tan frecuentes, sino las continuas guerras internas en el seno de los partidos burgueses. Estos partidos son un tipo de organización donde, como parte de su misma naturaleza, fraguan grupos y camarillas que se enzarzan en disputas internas recurriendo a todo tipo de artimañas, zancadillas y traiciones. Quienes se reclaman como “nuevos partidos” no han tardado nada en protagonizar estas mismas prácticas.

Hace ya 40 años del asesinato de Atocha, pero ese día siempre estará presente para muchos compañeros y camaradas y por supuesto para mí, pues en esa fecha yo militaba en CC.OO., y viví la angustia, rabia, dolor  e impotencia de muchos compañeros y compañeras ante esta vil matanza llevada a cabo por asesinos  fascistas

Las realidades que componen el título del artículo tendrían poco o nada que ver. Aparentemente, así es. Sin embargo para la actividad de los y las militantes y del Partido, hay un nexo especial y necesario.

Sin querer abusar del principio de autoridad, aunque a veces sea saludable, ya Lenin advertía que “La clase obrera va de modo espontáneo hacia el socialismo, pero la ideología burguesa, la más difundida (y constantemente resucitada en las formas más diversas), se impone, no obstan-te, espontáneamente más que nada al obrero". Razón por la que se impone la necesaria intervención del Partido comunista con toda su capacidad y tensionado al máximo para aminorar la espontaneidad y conseguir que la clase trabajadora pase a ser una clase independiente política, ideológica, cultural y organizativamente.

Ahí es donde confluyen las dos realidades. Porque el centralismo democrático no es solo, insistamos en esto, un mecanismo organizativo más perfecto que otros. Que lo es. Tampoco es solamente el lugar en el que se encuentran dialécticamente la democracia y el centralismo, prevaleciendo una sobre el otro según las circunstancias. Con el centralismo democrático se produce la cristalización de la actividad de cada militante y de cada célula, al succionar de la masa trabajadora toda la situación real en que esta se encuentra: su estado de ánimo, sus inquietudes, sus vicisitudes económicas y de otro tipo, su predisposición a la lucha y a la organización, su actitud ideológica.

Mas media, esa fábrica de ideología.

Recibíamos hace unas semanas la noticia de la muerte del Comandante en Jefe Fidel Castro, y vimos como los medios de comunicación manipulaban a su antojo la historio del pueblo cubano y la imagen de uno de los más grandes luchadores por la liberación del pueblo trabajador. Días antes llegó la noticia del fallecimiento de Rita Barberá, la mártir del año.

Este es un ejemplo claro de cómo los medios de comunicación tergiversan y nos cuentan lo que quieren construir e implantar en la conciencia de todos y cada uno de nosotros y nosotras.

Y es que… ¿a  quién pertenecen  los medios de comunicación? Con una breve búsqueda es fácil obtener esa respuesta: los grandes monopolios empresariales y financieros. Por citar uno de los más conocidos, el grupo PRISA, que  no requiere de mucha presentación, tiene entre sus mayores accionistas empresas como Telefónica, Liberty seguros y bancos como CaixaBank, Banco Santander, HSBC Holdings plc. Este último acusado, entre otras cosas, de financiar a través de otra de sus filiales a dos terroristas que secuestraron los aviones del 11-S. Además encontramos entre esos honrados accionistas a la familia Polanco poseedora de una de las mayores fortunas del Estado y que, por cierto, acaba de invertir en una petrolera de Sudán del Sur.

Cada día en nuestro país se generan aproximadamente 450 kg de residuos por habitante y año. ¿Qué sucede con ellos? ¿Realmente se recicla? ¿La ley de residuos favorece el reciclado? En este artículo vamos a entrar en estas cuestiones y más concretamente en el reciclado de plástico y en el papel de Ecoembes en todo esto.

¿Se recicla en España?

Según los datos, la cantidad reciclada de residuos urbanos es únicamente del 30% (del cual un 10% se destinó a la fabricación de compost), obteniendo que únicamente un 20% de los residuos que generamos es realmente reciclado. De aquí tenemos que ir a la siguiente pregunta, ¿Qué hacemos con el 70% restante? Un 60% se envía directamente a vertederos mientras que un 10% se emplea como combustible para la generación térmica. Con estos datos podemos afirmar categóricamente que el reciclaje a dia de hoy en nuestro país es una absoluta mentira.

Ha comenzado la legislatura y, con ella, el debate sobre la reforma constitucional. La clase dominante, tras casi una década de crisis capitalista, tratará de poner en marcha una reforma limitada de la Constitución del 78. Se trata de un ejercicio de autorregulación del Estado capitalista, en el que PP y PSOE marcarán los límites y en el que la clase obrera tendrá que enfrentar, de nuevo, la falsa ilusión del parlamentarismo más estrecho.

Reorganización del Estado y reforma constitucional.

La Constitución de 1978 ha envejecido. La clase dominante lo ha comprobado durante los más de ocho años transcurridos desde que se manifestó en España la crisis capitalista. Como si de un viejo modelo de teléfono móvil se tratase, el texto constitucional no cumple con las funciones que hoy demanda el mercado. Pero, el bloque oligárquico-burgués que ostenta el poder, dada la correlación de fuerzas en su seno y las contradicciones que lo atraviesan, en vez de sustituir el viejo teléfono, ha decidido repararlo.

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