Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Indonesia (150 millones de habitantes en aquel momento) proclamó su independencia en 1945. Concluían así tres siglos y medio de colonialismo holandés y con ellos centenas de años de saqueo de sus recursos naturales: oro, cobre, petróleo, etc.

La dirección del Festival, que tiene lugar en La Habana entre los días 4 y 14 de este mes de diciembre, ha decidido dedicarlo este año al Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, fallecido a los 87 años la pasada primavera. El escritor colombiano fue un entusiasta del evento cinematográfico habanero y ello desde sus primeras ediciones, siendo elegido desde 1985 presidente de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano. Gabo tuvo siempre una buena relación con el 7º Arte, fue uno de los fundadores de la conocida Escuela de Cine de San Antonio de los Baños en la provincia de la Habana y son abundantes las adaptaciones cinematográficas de varias de sus novelas.

Soy de los que piensan que una obra artística o literaria no es propiedad exclusiva de nadie. Ni del autor que la realiza ni de quien con su dinero la produce. El dueño real y definitivo es el público (el pueblo queremos decir), a quien le va destinada desde el primer instante de su elaboración.

Para las noches frescas del mes de agosto, durante el cual la redacción de Unidad y Lucha descansará hasta septiembre, no me viene nada mejor a la cabeza que recomendarles cinco magníficas películas para disfrutar este verano: una por cada fin de semana: “Alejandro Newski” (1938) de S. M. Eisenstein, “La sal de la tierra” (1954) de Herbert J. Biberman, “Novecento” (1976) de Bernardo Bertolucci, “Un profeta” (2009) de Jacques Audiard y “El capital” (2014) de Costa-Gavras. Cinco películas inolvidables tanto por el interés de los temas tratados como por la calidad de sus puestas en escena.

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