La democracia en el Estado español hace aguas por todos lados. Es muy frecuente que en los medios de comunicación se tachen a ciertos países como regímenes autoritarios. Normalmente, se refieren a gobiernos que, bien forman parte de la facción burguesa opuesta (Rusia, Irán, Argelia, etc.), o bien representan a la clase antagónica, a la clase obrera (Cuba o la RPDC). El principal argumento que esgrimen para tal caracterización es la ausencia de elecciones a la hora de elegir a sus representantes políticos. Evidentemente, esta afirmación es rotundamente falsa en la mayoría de los casos. Sin embargo, no es objetivo de este artículo desmentir las calumnias de los medios burgueses, sino profundizar en los límites de una democracia bajo el yugo de la dictadura del capital.

A la hora de difundir las propuestas electorales, los partidos y agrupaciones minoritarios se encuentran con grandes dificultades, más aún si el programa tiene un carácter revolucionario. Al final, se depende exclusivamente de las redacciones de los medios de comunicación, que, normalmente, no ven más que inconvenientes y, sin más, dejan que la propuesta caiga en la papelera del correo. La mayoría de las veces, los inconvenientes son meramente económicos, por lo que se solucionaría acudiendo a espacios alternativos. Sin embargo, en casos de censura ideológica, las opciones se reducen drásticamente. Cuando en la Constitución se dice que no se permite la censura previa, se refieren a la censura gubernamental y pública, no a la censura de las empresas privadas. De nuevo, el interés de la mayoría de conocer los programas revolucionarios se subordina a los intereses de la inmensa minoría que posee medios de producción, en este caso, medios de comunicación.

Por otra parte, es frecuente escuchar a las políticas y políticos burgueses que nuestro sistema electoral es estupendo, porque permite a la ciudadanía elegir a sus representantes al Congreso y al Senado libremente. Y sobre el papel es así, pero ¿y si un colectivo se quedase sin representante? La ley Electoral requiere a los partidos políticos sin representación parlamentaria recoger las firmas del 0.1 % de la población censada en la circunscripción en la que se quiera lanzar candidatura. Eso implica que para presentarse por Madrid habría que justificar 6642 firmas; para Barcelona, 5575; y para A Coruña 1122. ¿Qué partido minoritario puede soportar esta carga de trabajo? Muy pocos. En las ocasiones en que hemos decidido presentar candidaturas, el PCPE lo ha aguantado prácticamente siempre, gracias a la elevadísima disciplina militante..



Existe una clara relación entre la reciente incursión israelí en el campo de Yenín y las leyes de causa y efecto. Entender el catalizador que llevó a la creación del campo de refugiados es, por tanto, crucial para comprender tanto la guerra israelí contra el campo este mes, como su destrucción en 2002. Todo esto puede resumirse en una breve frase: El campo de Yenín es tan antiguo como "Israel". 

En 1948, "Israel" se fundó sobre las ruinas de más de 535 aldeas y ciudades palestinas, y la limpieza étnica de aproximadamente 800 mil palestinos nativos expulsados de sus hogares. El campo de Yenín surgió como hogar para algunos de los que se vieron obligados a desalojar sus pueblos y aldeas.

En 1950, las Naciones Unidas crearon el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (OOPS) para administrar 58 campos de refugiados, 27 de ellos situados en Cisjordania, Gaza y la parte oriental de al-Quds.

Estos campos de refugiados albergaron a casi un tercio de todos los refugiados palestinos registrados en 1948. Daban cobijo a los más vulnerables e indigentes, los últimos de la clase baja. Al escribir esto, no estoy presentando un análisis, sino que me baso en mi experiencia vital personal, ya que crecí en uno de estos campos. He escrito mucho sobre este tema, incluidos libros sobre la vida y la formación de estos campos. En mi primer libro, "Hijos de la catástrofe", en el guión que figura a continuación, explico cómo se crearon estos campos:

José Martí, en su carta inacabada a Manuel Mercado, expresaba su intención de:”… impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América”.

Hoy, en un momento histórico más complejo de desarrollo del imperialismo, podríamos parafrasear a Martí diciendo: La heroica resistencia de Cuba al criminal bloqueo yanki, durante más de sesenta años, impide que la, hasta ahora, primera potencia mundial se abalance sobre el resto de los pueblos del mundo con total impunidad.

La demostración práctica de que es posible resistir a las más criminales acciones del imperialismo, y vencerlas con el apoyo del pueblo, manteniendo el proyecto soberano y emancipador de Cuba, es determinante en las actuales luchas de clases. 

La revolución no solo resiste, sino que también se desarrolla. En las condiciones más difíciles de desabastecimiento, con desfavorables fenómenos meteorológicos que se dan periódicamente, la revolución busca caminos para perfeccionar su tarea y para, al mismo tiempo, mantener el protagonismo del pueblo en el proceso de construcción del socialismo.  

Como una metáfora de su destino histórico y ejemplo de su miserable existencia, la burguesía se hunde junto al Titanic.

Ni la genialidad creativa de Buñuel podría ya recrear ninguno de los “discretos encantos de la burguesía” porque, se le mire por donde se le mire, ya solo es capaz de supurar robo, horror y muerte.

Es una clase decadente que no tiene nada que aportar al desarrollo humano. Es necesario acabar con ella, derrotándola revolucionariamente para impedir, incluso, que siga manteniendo su hegemonía cultural.

Por todas estas razones y, tantas otras por las que luchamos a diario por el Poder Obrero y el Socialismo, mostramos nuestro más absoluto repudio a la cobertura mediática, arbitrariamente prioritaria y sensacionalista, que se da a la búsqueda de un sumergible con cuatro millonarios ávidos de aventuras absurdas.

Frente a ello, centenares de personas han muerto, perdón, han sido asesinadas esta pasada semana en el Mediterráneo por la leyes migratorias de la UE, tratando de salir del infierno de la guerra y del hambre y solo ocupan un espacio secundario en los medios de comunicación oligárquicos y del Estado (perdón por la redundancia). El mismo tratamiento de sectarismo informativo se aplica a las y los trabajadores muertos y asesinados en los tajos el año pasado, que ascendieron a 679, sin haberse abierto expedientes contra las empresas que actuaron con la negligencia que su cuenta de resultados le provocaba.

Palestina vuelve a ser bombardeada y las fuerzas de ocupación de la ilegítima entidad sionista (con la que España y la UE mantienen relaciones preferentes a todos los niveles) y los medios nos informan que un cierto número de palestinos –algunos de ellos menores, para más detalle- han muerto. ¿De un susto, un infarto, por apoplejía? ¡No! Han sido asesinados

El consumo de sustancias tóxicas legales o ilegales como una forma de ocio o de evasión ha ido evolucionando al igual que la percepción que se tiene de ellas en estas últimas décadas. Incluso ha ido perdiendo su parte transgresora y reivindicativa con el paso de los años y la información de sus efectos nocivos. 

Aunque en el caso del cannabis, existe una tendencia en los adolescentes a percibirlo cada vez menos como una sustancia nociva. Además de ser la droga ilegal más consumida en el mundo.

Actualmente la prevalencia de consumo de cannabis diario en España se sitúa alrededor de un 3 %, estando los trastornos mentales como la esquizofrenia, la depresión o la ansiedad entre un 3 % - 4 %, sumando el hecho de que el cannabis es un factor de riesgo con mayor o menor causalidad con estas enfermedades.

Después tenemos al fentanilo que, pese a ser un opiáceo cuyo uso clínico es el tratamiento analgésico, su consumo fuera de este marco es una realidad muy patente en: Estados Unidos, Canadá y, aunque en menor medida, en España comienza a ser un problema de salud pública por el gran riesgo de consumo abusivo y generar dependencia.  

Comentarios al Comunicado sobre la paz y el alto el fuego en la guerra de Ucrania de un grupo de militares de las Fuerzas Armadas españolas


La Coordinación Estatal Contra la OTAN y las Bases (CECOB), agrupación de fuerzas en todo el territorio español, reconoce el indudable interés que tiene el que militares españoles se pronuncien sobre un tema de tanta transcendencia y lo hagan pública y abiertamente, en contra del discurso dominante sostenido por nuestra clase política, las propias Fuerzas Armadas, los medios de comunicación y la opinión pública construida por ellos. Una valiosa contribución antibelicista y una actitud que no se somete a las corrientes dominantes.

Consideramos que es una señal inequívoca de que en el seno de las Fuerzas Armadas, conscientes de lo que supone la extensión de la guerra, existe una importante fractura en la consideración del sometimiento ciego a la disciplina militar de la OTAN.

El esfuerzo realizado se ve ensombrecido, sin embargo, al condenar sin mas la Operación Militar Especial de la Federación Rusa, denominada en Occidente como “invasión rusa de Ucrania”. La justificación de la OTAN y del Occidente colectivo para intervenir en ese conflicto y alimentar la guerra, es la afirmación de que Rusia es el agresor contra un estado inocente y mas débil y que además, es el primer paso para la conquista de Europa.

La condena a Rusia, que aparece por dos veces en el texto de una pagina del comunicado en cuestión, refuerza la propaganda belicista de la OTAN, cuyo eje argumental central es que Occidente y la OTAN siempre actúan en defensa propia y para proteger a los más débiles. Ese argumento, que no se sostiene por si mismo, necesita la criminalización de sus victimas, para lo que dispone del complejo comunicacional, un equivalente al complejo industrial militar en el campo de la guerra cognitiva, lo que comúnmente conocemos como propaganda de guerra.

DECLARACIÓN DEL COMITÉ EJECUTIVO DEL PCPE

Sin tiempo para tomar aliento tras las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo, a media mañana del lunes 29, en una comparecencia de apenas unos pocos minutos, sin ningún tipo de argumentación política, Pedro Sánchez anunció la convocatoria de Elecciones Generales para el próximo 23 de Julio.

Un golpe de efecto audaz, una treta demoscópica, una huida hacia adelante de un Presidente agotado… son algunas de las muchas consideraciones superficiales del hecho en que andan enredados los voceros mediáticos del capitalismo español. Nadie sitúa las claves que realmente están detrás de esta decisión nada improvisada por parte de quien, como ha quedado bien demostrado durante los 5 años de su gestión de gobierno, ha sido un leal representante de los intereses y necesidades del Capital.1

Resulta imposible encontrar un análisis que entre en las verdaderas razones estructurales y de fondo de esta decisión que, mucho más allá de lo que deja ver, responde claramente a la imperiosa necesidad del Estado burgués de recomponer, de forma urgente, el bloque de poder que le garantice la estabilidad institucional necesaria, para la gestión de los intereses oligárquicos que representan el Ibex35, la UE y el Banco Central Europeo, en el contexto de la crisis general del capitalismo.

Tras cumplir en gran medida su función, las herramientas políticas creadas tras el 15M2 por los aparatos de poder para gestionar el ciclo de la crisis iniciado en 2008, ya no son útiles. Antes del próximo estallido financiero, que haga pequeño al anterior, es necesario recuperar el bipartidismo,3 situándolo en el centro de la gobernabilidad del Estado con el mínimo de ataduras posibles, para desarrollar todas y cada una de las nuevas medidas de recortes y ajustes sociales y laborales que impone una gestión de la crisis a favor de los intereses del Capital y, lógicamente, en contra del mundo del Trabajo.

Una crisis que, como bien saben los millones de familias trabajadoras a las que ya les es imposible llegar a final de mes con la nevera llena y todas las facturas pagadas, no es ni un mal augurio de quienes distorsionan la realidad, ni un escenario lejano, porque es la realidad que padecen a diario como consecuencia de la creciente desvalorización de la fuerza de trabajo que los convierte en trabajadores y trabajadoras pobres, al margen de tener o no empleo. Salarios bajos, aumento de los tipos de interés y carestía de la vida, son sinónimos de la pobreza y exclusión social que nada cuenta para los cálculos del adelanto electoral.

El pasado 1 de mayo, día internacional de la clase obrera, perdíamos precisamente a una de esas trabajadoras por las que levantábamos y seguimos levantando el puño y la voz. Y es que ese día tuvo lugar un accidente en el que falleció una trabajadora, y treinta y nueve resultaban heridas, tres de alta gravedad.

Las trabajadoras eran trasladadas desde sus municipios al centro de trabajo a las 6:35 de la mañana, en un autobús de la empresa, cuando éste colisionó, ocasionando el fallecimiento y las heridas de las trabajadoras, todas ellas, por cierto, mujeres, y muchas de ellas marroquíes. Las investigaciones del accidente aún no han sido publicadas, desconocemos si la trabajadora fallecida estaba dada de alta en la seguridad social, si tenía contrato o si se están respetando las incapacidades temporales del resto de trabajadoras accidentadas, pero la verdad es que no sería una sorpresa que nada de esto se diese. Pues es habitual encontrar estas crueles realidades en todos los ámbitos empresariales, en especial en el campo, la construcción y la hostelería.

Las relaciones de clase no son únicamente un dato que se define por la relación de cada sujeto con los medios de producción, no. Son mucho más, de hecho ver solo números donde en realidad hay personas es el gran problema. Las prácticas sociales hacen que la clase social quede codificada, impresa, interiorizada e incorporada en la cultura, en la conducta, en la mentalidad y en nuestros sufridos cuerpos. La pertenencia a una clase social conlleva una esperanza de vida distinta, una salud distinta, un cuerpo distinto, una perspectiva de vivir distinta, y una manera de entender la cultura distinta. Todo ello es la base de esa alienación cosificadora que llamamos enajenación. Estar desposeídos de aquello que define nuestra existencia, esto es, de nuestro trabajo, nos ha puesto históricamente en esta inhumana y esquizofrénica forma de subsistencia, en la que por un lado somos una mercancía mientras que por otro soñamos formas de vida inalcanzables, vendemos nuestra vida a la par que compramos estilos de vida. Lo más real de nuestras vidas es la manera en que perdemos nuestro ser al producir, y lo más irreal de nuestras vidas es la manera que creemos ser al consumir.

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