La subida de precios tiene una clara expresión de clase. Con ello se produce una desvalorización de la fuerza de trabajo.

Cuando la inflación sube un 10%, la capacidad adquisitiva de la clase trabajadora baja en ese mismo porcentaje. Eso que parece de absurda lógica, no lo es tanto cuando oímos a los voceros de la patronal hablar de la imposibilidad de actualizar salarios sin hundir la economía o a representantes sindicales negociar a la baja para recuperar algo de capacidad adquisitiva, cuando es obvio que el aumento de los costes repercute en el consumo.

Sería impensable que se acordara una bajada salarial del 10 % a toda la población trabajadora sin que socialmente existiéramos a duras confrontaciones y movilizaciones, encauzadas por los “agentes sociales” o desbordadas por asambleas de trabajadores y organizaciones sindicales alternativas (menos institucionalizadas). Sin embargo, eso es exactamente lo que ha ocurrido. Curiosamente se mantiene una increíble “pax social” fruto de la manipulación hegemónica de las posiciones de la clase dominante.

La canción de Pepe Suero de 1978 no pierde vigencia.

Las elecciones al Parlamento Andaluz del próximo 19 de junio son una buena prueba de ello.

Hay que recordar que en las anteriores, destacó la presencia de Vox, ante lo cual, los “ultra izquierdistas” de otras zonas del país, llegaron incluso a insultar a los andaluces, tildándolos de catetos... no sabían lo que les venía encima y cómo el capital juega sus cartas en las elecciones burguesas. Así, los andaluces, pasaron de ser los “catetos” que habían votado a Vox, al termómetro que midió con anticipación lo que ocurriría en el resto del país.

Pero en estas nuevas elecciones, agotado el efecto sorpresa de Vox, el capital se ha sacado de la chistera (chisteria, si se me permite conjugar la palabra chiste con la palabra histeria) coaliciones de todos tipos y colores.

PP y PSOE serán los beneficiados, como siempre, de la ley D'Hont y del fraccionamiento del voto “de izquierdas”. Ciudadanos, encabezados por el camaleónico Juan Marín, va camino de su desaparición, como antes lo fue UpyD, el PA y tantos otros.

Esta es una de las sentencias más repetidas en las cinco temporadas de la serie. El diez de junio estrena la sexta y última temporada de esta serie tan adictiva como deficiente en varias cuestiones narrativas. Las tramas se sostienen en trampas de guión difícilmente verosímiles y que contradicen la construcción de los personajes. El trasfondo histórico, lo que podría haber sido el gran interés de la serie, sirve como una especie de croma inerte sobre los que se desarrollan dramas sentimentales poco elaborados. Ni la neurosis de guerra, el movimiento obrero, el recurso al sortilegio de Churchill o el auge del fascismo pasan de una cortina mal dibujada sobre la que ocurre la ambición y el melodrama familiar de tinte decimonónico. Los conflictos que la mueven, además, son idénticos temporada tras temporada, pero se reproducen en una escala ampliada como el capital, coincidiendo con el ascenso del protagonista, Thomas Shelby.

Hace unas semanas, se viralizó un video de dos hombres acosando a un grupo de jóvenes durante la feria de abril de Jerez de la Frontera. El suceso en cuestión era tan sencillo como perturbador, dos tipos que por su traje algo desarreglado tenían el aspecto de dos cuñados a última hora en una cena de empresa, con una postura inquietante y artificialmente estática, fijan una mirada obsesiva durante unos interminables minutos sobre un grupo de chicas jóvenes. Una de esas “bromitas” que las buenas chicas deben observar como una galantería natural si no quieren ser vistas como histéricas feminazis, a fin de cuentas, “cómo es posible que anden por ahí solas”, tendrán en la cabeza este género de personas.

Mucho habría que decir sobre este claro ejemplo de acoso machista cotidiano que se presenta bajo la forma de lo aparentemente inofensivo, y que sin embargo tan bien manifiesta las codificaciones de la opresión. Pero en este es ese el objeto de estas palabras, más bien el objetivo son los fenómenos que como este de repente se viralizan. La comunicación viral se refiere a los mensajes de rápida difusión, sin embargo, ahora que acabamos de pasar esta pandemia, podemos verla en un sentido más amenazador, como un mensaje altamente contagioso. Y del mismo modo que la información no es siempre formativa, puede también ser deformadora, la comunicación no siempre va acompañada de más conocimiento, también puede provocar lo contrario. Cuando la impresión supera la comprensión, la comunicación provoca desconocimiento, y esto ocurre con la comunicación viral, es el contagio de la impresión, pura agitación dirigida a las entrañas. A lo largo de la historia, las fuerzas reaccionarias han sido siempre especialmente hábiles en el manejo de esta agitación. Saben que la mejor manera de conservar sus privilegios es impedir que el descontento se convierta en conciencia y esta en compromiso. Así, la oligarquía, mediante la difusión viral de la impresión sin compresión, logra hacer masa social a su favor. El odio, el rencor, el miedo o la frustración usados de manera viral son la materia prima con la que el patrón anula la revolución.

¿Pero cómo abordar esta tarea que hemos definido como absolutamente prioritaria y urgente? ¿Cómo hacemos para que haya movilización y deje un poso organizativo sobre el que trabajar? No hay ninguna respuesta universal que dé soluciones generales, solo cabe iniciar un paciente proceso de acumulación de fuerzas que permita enfrentar a la ofensiva una realidad de creciente explotación, injusticia y violencia que, aun teniendo su origen y base material en la creciente crisis estructural del capitalismo, se desarrolla con altas cotas de consenso social en torno a la idea de esta sociedad como la única posible.

A modo de orientación general para desarrollar de forma creativa y dialéctica en realidades concretas y abrir un debate práctico sobre cómo dar los primeros pasos, situamos unas ideas estructuradas en los que, encabezados por la contradicción Capital-Trabajo, son algunos de los frentes de lucha que se dan.

MOVIMIENTO OBRERO. Es imprescindible recuperar la afiliación sindical y la participación activa en la sección sindical y asamblea obrera, pues sin este previo, poco se puede hacer para invertir la realidad actual. La defensa de las posiciones de clase, en oposición a las políticas de conciliación y pacto social, han de ser las señas distintivas de la recuperación práctica de un sindicalismo que permita avanzar y no retroceder constantemente. La búsqueda de espacios para la Unidad de clase, que se generan principalmente en los momentos de movilización, son una oportunidad para el desarrollo práctico de los Comités para la Unidad Obrera, como propuesta para superar la división sindical.

INTERNACIONALISMO. En la denuncia del Imperialismo se abre un espacio de trabajo amplísimo desde el que generar estructuras de masas. La solidaridad con Cuba, Sáhara, Palestina,… y con las organizaciones revolucionarias que luchan en las más complejas situaciones, permite desarrollar espacios estables de participación popular desde los que denunciar los constantes crímenes del Imperialismo contra la Humanidad.

Érase una vez un reino donde los súbditos lo son por un alzamiento militar, donde el dictador del Ferrol coronó al campechano del 23-F, que reinó malversando, defraudando, robando… mientras el pueblo las pasaba canutas por la explotación y la crisis capitalista. La Francocracia siguió en el poder, diseñó una constitución para los franquistas, los ricos y el rey.

La inviolabilidad que le reconoce el artículo 56.3. de la regia Constitución española al ex-Jefe del Estado Oligárquico-Burgués le protege hasta el punto de que el emérito huido, seguro de sí mismo, ha vuelto; dicen que “para participar en una regatas”, escondiendo con esta visita la normalización de su situación de blanqueo legal de sus delitos que el galimatías de prescripciones y leyes a la carta de sus privilegios le conceden. Mientras tanto, el gobierno más progresiste de la historia de Españe muestra un gran dominio del blanqueo mediático del anti-popular “Régimen del 78”.

Hacer soportar más de 40 años de monarquía parlamentaria emanada de las entrañas del franquismo es una función que cumplen muy bien los lacayos del capital de este ejecutivo y los diferentes gobiernos de corte conservador o progresista, que hemos sufrido la clase obrera desde que Franco dejara “todo atado y bien atado”.

La obra del maestro Serguei Prokofiev se ve manchada cuando el tal Pedro hace las funciones de ambos personajes, aunque no llega al majestuoso lobo, quedando como un perrillo faldero con pocas pretensiones y ladrando en inglés.

El último capítulo de esta comedia lo ha representado “Mascota” Sánchez en Davos, hablando en inglés de academia y estudios caros de escuela de negocios… no sea que hablar en castellano rebaje su caché.

Este zolomotroco ha inventado la cuadratura del círculo y ha propuesto la capacidad regasificadora y gasística del sur de Europa, y en especial de España, como alternativa a la dependencia del gas ruso. 

Ojo, que dice regasificadora, pero que el gas lo aportarán Argelia (que está a punto de hacernos un corte de mangas) y su amo. Aunque al parecer el que ofrece su amo es un 40% más caro.

  Foto: Tomada de El Mundo

Quien lea los titulares de los medios de comunicación internacionales de las últimas semanas encontrará, en abundancia, noticias como estás: «EE. UU. intervendrá si China intenta invadir Taiwán», «EE. UU. está preparado para “cualquier acto” de Pyongyang».

Miles de toneladas de armas estadounidenses fluyen hacia Ucrania, otras van a parar a manos de sus aliados y no pocas toman rumbo desconocido.

La guerra es un negocio redondo, diríamos que el más apetecible y duradero de los negocios del sistema capitalista, sostén del andamiaje político y económico del imperio estadounidense, que no sabe, o no puede, ya sobrevivir sin él.

¿Cuántas veces se ha regenerado la economía en crisis de ese país gracias al sufrimiento de las víctimas de las guerras?

El sistema económico de EE. UU. se construyó en función de sus presupuestos militares, especialmente desmedidos durante la Guerra Fría.

La alianza entre el Estado federal y las empresas de armamentos es operacional, coordinado e indivisible, en el seno de lo que se conoce como Complejo Militar Industrial.

¿Dónde estamos?, ¿en la tercera década del siglo XXI o del siglo XX?, ¿han transcurrido 100 años o sólo ha sido un suspiro de tiempo?

Las preguntas son retóricas y obedecen a la decisión final de prohibición en Ucrania del Partido Comunista, es decir, de las ideas, del pensamiento y de la praxis comunista. Ante la primera decisión de un tribunal ucraniano ocurrida en 2015 de prohibir al Partido Comunista de Ucrania, 7 años después y en pleno conflicto militar en territorio ucranio, la última sentencia del Sexto Tribunal Administrativo de Apelación de Kiev, ha ratificado la prohibición. Ahora podrán llevar a cabo la persecución, cárcel, tortura, aislamiento y clandestinidad de las y los camaradas ucranianos., con argumentos jurídicos y legalidad represora, en el estado español tenemos ejemplos, ley anti-terrorista del PSOE y ley mordaza del PP por nombrar algunas. Ahora tocan desapariciones y silencios. Las desapariciones a cargo de los cuerpos de represión ucranianos, los silencios cómplices de los medios. Sin ir más lejos, continúan en paradero desconocido los hermanos Mijail y Alexandre Kononovich, miembros de la Juventud Comunista, que fueron detenidos por su condición ideológica.

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