Imagina que alguien amenaza con hacer daño a tu familia. Imagina que, para evitarlo, te fuerzan a salir a la calle, exponiéndote al calor, al frío y a la lluvia. Piensa que debes exhibir allí tu cuerpo semidesnudo, como reclamo de unos espectadores dispuestos a pagar por él. Y cuando, al fin, llames la atención de un desconocido, imagínate dando gracias y rezando al mismo tiempo para que todo acabe rápido. Imagina ser un esclavo y que te miren con desdén en vez de tenderte la mano. Imagina ponerte en la piel de una prostituta.

Es imposible saber con exactitud cuántas mujeres en el mundo son objeto de explotación sexual. En España se calcula que hay unas 100.000 prostitutas y que el 80% son víctimas de trata. Además, se da un hecho muy preocupante: los consumidores de prostitución son cada vez más jóvenes. Hace dos décadas, el perfil de cliente habitual era un hombre mayor de 40 años; en 2005, la edad media había descendido hasta los 30 años. Ahora es más frecuente que antes encontrar en los prostíbulos chavales veinteañeros que acuden en grupo como forma de ocio o por su cuenta a mantener sexo con mujeres a cambio de dinero.

Ya son pocas las familias obreras a que les es ajena la problemática de la emigración al extranjero en España. Hijas, un sobrinos o nietas que ante las alarmantes cifras del paro juvenil, que duplica a la media europea, toman la decisión de partir del país para no volver. Trabajadores y trabajadoras, los cuales no han tenido la mas mínima oportunidad de tener un trabajo digno que les permita empezar un proyecto de vida digno.

 

Gráfica: valores absolutos relativos a la inmigración desde España

Si miramos a los datos, podemos observar que la mitad de los españoles que emigran han adquirido la nacionalidad española sin haber nacido en el territorio español, siendo los nacido en España el 33% del total; el 59,1% son nativos de su punto de residencia actual y solo el 7,6% nacieron fuera de España y han emigrado a un país diferente del de origen. Del total de emigrantes en el extranjero, que según las estadísticas aproximadas rondan los 2.406.611 de personas, ante la falta de perspectivas tras la crisis de 2009 han tenido que seguir moviéndose haciendo uso de la nacionalidad española y la relativa facilidad para viajar a países de la Unión Europea. 

La burguesía tiene numerosas maneras de alienar y dividir a la clase obrera, una de ellas es conseguir eliminar el carácter de clase de cualquier tipo de lucha. Uno de los mayores ejemplos de esto, en la actualidad, es la lucha de las mujeres trabajadora de la que la burguesía intenta apropiarse, recordemos las manifestaciones del pasado 8 de marzo, jornada que en origen se dedicaba a las reivindicaciones de la mujer trabajadora, pero que el capitalismo ha conseguido convertirla en el “Día de la Mujer” a secas.

 

Europa, y más España particularmente, atraviesa una Crisis de Superestructura. La clase dominante ya no puede continuar haciéndolo como hasta ahora y debe modificar su aparato de dominación para hacerlo. El descontento social y las expresiones populares de éste, así como las propias contradicciones internas del capitalismo, alcanzan, en algunos casos, niveles inasumibles por la burguesía. La clase dominante propone sus soluciones para solventar las crisis. En España esto lo estamos viendo con la regeneración política, especialmente por el lado derecho, con Ciudadanos tomando cada vez más protagonismo mediático y posiblemente el discurso más reaccionario que haya tenido ningún partido desde el fin de la dictadura.

Los próximos 14y 15 de Julio tendrá lugar en la localidad cordobesa de Aguilar de la Frontera, la II Escuela de Formación del PCPE “Trifón Medrano”, un evento de gran transcendencia para el Partido y su Juventud.

La formación del conjunto de la militancia del PCPE y de la J-PCPE es uno de los pilares fundamentales en el desarrollo del proyecto revolucionario en el estado español. La formación teórica entendida en relación directa con la formación práctica, es decir, con la intervención directa de una o un comunista en cada uno de los espacios donde el capitalismo ejerce la explotación y la violencia sobre la clase trabajadora.

Dentro de la sociedad capitalista en la que vivimos, nos encontramos ante la constante intoxicación y desinformación de los grandes medios de comunicación, unos medios de comunicación en los que participan a través de los consejos de administración las multinacionales y los grandes bancos. Pensar que existe neutralidad en la información que recibimos sería igual de ingenuo e idealista por nuestra parte que pensar que el gobierno también es neutral y que está por encima de cualquier tipo de interés ajeno al bienestar de todos los “ciudadanos”.

Durante los últimos meses, en todo el estado español se están llevando a cabo luchas y movilizaciones continuas para reclamar un aumento de las pensiones que permita vivir con un mínimo de dignidad en el marco capitalista actual. El nivel medio de las pensiones hoy equivale de media al 82% respecto del salario mínimo interprofesional, lo que supone una pensión media de 677 euros al mes, pero su cuantía varía dependiendo de muchos factores, como muestra el gráfico1. Podemos ver aquí como no todos las/os pensionistas son jubilados/as, sino que la orfandad, la viudedad o la discapacidad son causas comunes. La conclusión es clara, en un sistema donde lo único que importa de la clase obrera es la capacidad de producir ganancia a su jefe/a, aquellas personas que no pueden producir no merecen vivir.

El sistema bajo el que vivimos es un sistema dual: patriarcal y capitalista. Las influencias sociales que suponen estos sistemas a la población son infinitas, y más claras cuando se analizan adecuadamente. Las mujeres trabajadoras vivimos bajo el doble yugo que este sistema perpetúa y nuestra experiencia viene marcada por sus efectos.

Los último caso viralizados en el mundo de las redes sociales es una de las muchas evidencias de cómo ambos sistemas consiguen ejercer su influencia en la sociedad a todos los planos. Cómo las mujeres por nuestro género, incluso dentro del mundo laboral, somos víctimas directas de ésta. Desde claras y más comúnmente conocidas evidencias como son la brecha salarial de género, hasta el plano más íntimo y encubierto que es el acoso sexual.

Si queremos saber cuál es el máximo de horas que puede figurar en nuestro contrato laboral, como horario de trabajo, debemos irnos a la sección V del Texto Refundido del Estatuto de los Trabajadores. Aunque está sujeta al convenio, la jornada laboral ordinaria será de un máximo de 40 horas semanales alo largo del año, aunque la empresa podrá distribuir mediante pacto con los trabajadores estas horas de forma desigual, siempre que el cómputo sea de 40h/semana. De no haber pacto, la empresa podrá distribuir solo el 10% de las jornadas laborales al año. Las diferencias que podría ocasionar la distribución de las horas de forma irregular o desigual se subsanarán mediante el convenio, o pacto entre trabajadores y patronal. Algo muy importante, que debemos tener en cuenta, es que entre el final de una jornada laboral y el inicio de la siguiente deben pasar 12h.

Es muy importante, también, tener en cuenta que, salvo que el convenio diga lo contrario o haya pacto entre trabajadores y patronal, no se podrá superar la jornada de 9 horas diarias. Para los más jóvenes (menores de 18) la jornada no podrá exceder de 8 horas al día, contando ahí dentro el tiempo que la empresa dedique a su formación. Otro punto a tener en cuenta, muy importante, es que para jornadas de más de 6 horas tenemos derecho a un descanso de 15 minutos, y, en caso de ser menores de edad, de 30 min, tal como viene regulado en el artículo 35 del Estatuto de los Trabajadores.

Si todo marcha según lo previsto, dentro de unos pocos meses tendremos en nuestro Estado una nueva ley que regule e intente combatir el consumo de alcohol entre la juventud. Y es que, como apunta la FAD (Fundación de Ayuda contra la Drogadicción), España es un país cuyos menores tienen unas tasas de consumo de alcohol elevadas, con cerca de 500.000 menores emborrachándose mensualmente. Esta ley, textualmente, tiene como objetivo retrasar la edad de inicio de consumo a los 18 de años, en ningún caso frenar su consumo al conjunto de la población. Muchas de las medidas que esta nueva ley propone -regulaciones horarias a tiendas, prohibición de la venta a menores o sanciones a quienes las incumplan- ya se aplican con otros productos como el tabaco, con escaso éxito a la hora de alejar a la juventud de este hábito. Otros países, como Estados Unidos o el Reino Unido, tienen leyes similares o incluso más restrictivas, sin embargo su población adulta consume alcohol de forma totalmente patológica y tóxica, y sus medios de comunicación idealizan la juerga -con la bebida y las chicas como eje central y necesario- como el objetivo al que debe aspirar cualquier persona que desea salir de una vida de tedio y aburrimiento. Sin olvidar que son los ciudadanos de estos países quienes vienen a nuestras playas con turismo de sol, playa y borrachera.

uyl_logo40a.png