Del SOC al SAT, o cómo organizar desde el campo a la ciudad

Lo que en el estado español se llamó crisis (12 % de desempleo) en Andalucía era algo habitual antes de 2008. El Medio Rural andaluz vivía en una precariedad que se extendió al sector terciario, de la misma manera en la que ya lo sufría el mundo rural con los jornaleros: Sufrimos la jornalerización del empleo.

Estas líneas se escriben a escasos diez días del primero de mayo de 2020. La fecha más importante del año para la clase obrera internacional va a tener este año en el estado español unas condiciones especiales.

No nos encontraremos en las calles, ya que el gobierno de la oligarquía intentara evitar que la clase obrera pueda manifestar su posición de clase ante la situación de opresión y sobreexplotación que padecemos. La mayoría lo vamos a pasar en nuestras casas, en confinamiento por las medidas de restricción de movimiento que se pusieron en marcha el pasado 14 de marzo. Unas medidas puestas en marcha por el gobierno al no poder controlar la expansión del coronavirus. Un virus que ha puesto en jaque al sistema capitalista y nos ha enseñado de una manera más clara todavía las contradicciones de este sistema criminal. Nos ha mostrado la verdadera fuerza de la clase trabajadora que es la que crea realmente la riqueza y que si se queda en casa la economía de un país colapsa irremediablemente. Motivo por el que este gobierno gestor del capital nos envía al trabajo al tiempo que nos mantiene confinados. Nos ha mostrado la situación criminal de muchas de las residencias de mayores que se han convertido en un negocio al que poco le importan las vidas humanas. Nos ha mostrado la importancia de nuestra sanidad pública.

El milagro del campo español tiene un secreto a voces, la explotación de la mano de obra jornalera. Sol a sol y luna a luna hombres y mujeres, con salarios irrisorios y sin derechos laborales, riegan con su esfuerzo las fincas e invernaderos que han hecho  inmensamente ricos a los amos y patronos. Del oro rojo de Huelva, a la aceituna de prácticamente toda Andalucía, pasando por frutas y verduras de Almería y Murcia, vendimia o ajos en Castilla la Mancha, naranjas en el País Valenciano…, nos podemos encontrar con unas condiciones laborales terribles, por no hablar del hacinamiento y las zonas de viviendas (por llamarlas de algún modo) donde vive la población temporera. De nada sirven leyes ni convenios, en las fincas agrícolas se  vive mayoritariamente al margen de todo ello. La connivencia de los organismos que debieran evitar que eso suceda, hace que se acaben normalizando esas situaciones de sobreexplotación y, que únicamente nos enteremos de los casos más graves.  

No lo tendrá fácil la Ministra de trabajo si de verdad quiere abordar un cambio en la actual legislación de autónomos y no se queda en una venta de humo como nos hicieron con los despidos en situación de baja, donde han aumentado la indemnización en lugar de prohibirlos, como deberían haber hecho. Pero sin duda tienen muy buenos comunicadores, nos han vendido que ya no puedan despedir. Esperemos que con los autónomos no vuelvan tomar el pelo a miles y miles de trabajadores que hoy deben prestar su relación laboral en situaciones “alegales”.

Traemos aquí, a esta sección de Unidad y Lucha, un ejemplo que debería figurar en cualquier manual de formación de un sindicato decente que pretenda formar a sus cuadros, a sus delegados y delegadas y representantes. Para ilustrar de manera clara cuál es la labor de un sindicalista de verdad, de alguien que da la cara en la defensa de los derechos de sus compañeros y compañeras, único objetivo este de toda persona que un día decide presentarse a unas elecciones sindicales en su centro de trabajo. Cosa básica que desgraciadamente se debe  volver a recordar de vez en cuando.

Los acontecimientos se desencadenan a toda prisa, y ante las distintas luchas y reivindicaciones de trabajadores y trabajadoras de reparto a domicilio (“riders”) en distintos países del mundo por las duras condiciones de trabajo, colectivos de riders de distintos países han convocado un paro mundial para el próximo día 22 de abril, exigiendo unas condiciones adecuadas en materia de prevención de la salud en el trabajo y una subida del pago de tarifas de reparto a los y las riders por parte de estas grandes empresas.

El vertedero de Zaldibar es un caso de ejemplar gestión vasca, nada que ver con la gestión que hicieron desde Madrid con el Prestige. Desde un primer el momento el Gobierno Vasco, con su Lehendakari al frente se pusieron a trabajar en ello, y a decir toda la verdad sobre este asunto. Hay que darles gracias por la campaña que han hecho en ETB en contra de los bulos que circulan sobre Zaldibar, quedando patente su intención por dilucidar Zaldibar.

UyL: Buenas, Nieves, bienvenida a Unidad y Lucha.

Por poner a nuestros lectores/as en contexto, tenemos que explicar que el conflicto del que vamos a hablar tiene varios protagonistas. Por un lado el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria en el que gobierna el PSOE, Podemos y Nueva Canarias, “Pacto de Progreso” le han llamado.

El Real Decreto 1620/2011, de 14 de noviembre, reguló la relación laboral de carácter especial del servicio del hogar familiar, entrando en vigor el 1 de enero de 2012. En dicho RD se considera relación laboral especial del servicio del hogar familiar la que conciertan el titular del mismo, como empleador y la empleada que, dependientemente y por cuenta de aquél, presta servicios retribuidos en el ámbito del hogar familiar. Fue un salto importante, ya que hasta esa fecha, era la trabajadora la que debía pagar su cotización. Esta ley podía parecer que era el punto de partida para regular y equiparar el trabajo de las personas empleadas de hogar y cuidadores, pero no ha sido así. 

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