Si de lo que se trata es de hablar del programa electoral que presenta IU a las elecciones europeas , poco más podemos añadir a lo ya dicho en el análisis realizado en las páginas de UyL sobre las 7 Revoluciones de esta organización. La propuesta que presenta a estos comicios, no es más que una repetición de los análisis realizados en ese otro documento que, a su vez y es muy importante recordarlo, se constituyó en el cuerpo político de la nunca cerrada ni concretada Cumbre Social promovida por la formación de izquierdas y que, en unos pocos meses y por la vía de los hechos, ha pasado de propuesta estelar de confluencia política a olvidada compañera de viaje de la izquierda “plural”.

Por tanto y en resumen, estamos ante un compendio de formulas keynesinas y socialdemócratas presentadas como alternativa para salir de la crisis e iniciar un nuevo ciclo histórico favorable a los intereses de “la gente” haciendo de esta categoría indefinida e interclasista de “la gente” el lema central de su campaña.

Bienintencionadas propuestas todas ellas que, ajenas a la existencia de la lucha de clases y al desarrollo histórico del capitalismo, pretende tirar la Historia para atrás volviendo al periodo del llamado estado del Bienestar, haciendo de este periodo histórico paradigma de su proyecto social. La evidencia recogida en las Tesis de nuestro 9 Congreso de que “el Estado del Bienestar , con sus regulaciones financieras y sus leyes laborales favorables, fue un momento extraordinario de la lucha de clases: la existencia del socialismo a escala mundial obligó a un retroceso del capital en Europa occidental”, no es asimilada por IU y se mantiene en una propuesta acientífica asentada plenamente en el idealismo.

Su batalla no la libra contra el capitalismo real –el existente- sino contra el neoliberalismo usurpador de la “democracia”. Su programa convierte al denominado neoliberalismo en algo ajeno al desarrollo económico del capitalismo y lo presenta como el resultado del desarrollo y aplicación de los postulados ideológicos del “bipartidismo”. Pobre argumento para justificar una de las ideas centrales del programa: El golpe de estado neoliberal perpetrado desde Maastricht contra la esencia social de la UE y “que hace que hoy la UE sea sentida más como una fuente de problemas que de soluciones cuando antes no pasaba esto”

Y como alternativa global a esta “dictadura de los mercados” que permita, como aprobó el PCE en su último Congreso “romper la con la Europa del Euro, sin romper la Europa del Euro”, el mantra conocido desde hace años del desarrollo social y ecológicamente sostenible, la tasa Tobyn, auditoría de la deuda, fiscalidad y legislación laboral comunitaria, control parlamentario del BCE, renta básica, apoyo a la I+D+i, 0,7%, Objetivos del Milenio de la ONU… hasta llegar a proponernos , en un arrebato identitario europeo, la necesidad de “proteger la artesanía tradicional europea”, para, junto al desarrollo de la una Asamblea Constituyente Europea, “construir la alternativa desde un bloque político y social en el que como consecuencia de los cambios de las estructuras productivas, sean los movimientos sociales quienes lideren el proceso”. Palabras por las que justifican que hoy la contradicción principal ya no es la existente entre capital y trabajo y que, consecuentemente, tampoco es ya la clase obrera el sujeto político del cambio social y le corresponde coger el testigo de ese papel histórico que los marxistas atribuimos a la clase obrera, a los “movimientos sociales”. Duro golpe al marxismo por parte de una IU que, imbuida del espíritu pequeñoburgués del 15M, deja aparcada la lucha de clases y abraza entusiastamente la de las plazas.

Y hasta aquí lo que se puede decir del programa de IU si no se quiere ser reiterativo e incidir en las mismas ideas una y otra vez, pero sin embargo, releyéndolo por si nos dejábamos algo interesante que evaluar, encontramos que hablando del derecho a la vivienda proponen literalmente la “ disolución de herramientas pensadas para garantizar la tasa de ganancia de la oligarquía a costa del expolio del pueblo” y entonces nos preguntamos: Amigos y compañeros de IU ¿por qué sólo usáis esa categoría para hablar del “banco malo” y no la hacéis extensiva al resto de vuestros análisis y, sobre todo, a la caracterización de la propia UE? ¿Qué es lo que os lo impide? ¿Acaso es vuestra vinculación orgánica con el sistema o simplemente es vuestra renuncia teórica y práctica a construir una sociedad diferente fuera del capitalismo y sus instituciones lo que os impide hacer extensivo ese análisis al resto de vuestro programa?

Por ahora dejaremos las preguntas simplemente enunciadas para que con el criterio último de la verdad que es la realidad, el electorado pueda evaluar el grado de implicación y compromiso con la UE –la real, la existente - que adquieren los diputados de IU e IC durante su mandato parlamentario mediante su participación en el PIE y en el grupo parlamentario de los Verdes

Julio Díaz

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