El Gobierno de la oligarquía anuncia la retirada del subsidio de paro a los mayores de 61 años, forzando a quienes soliciten la ayuda para mayores de 55 años a jubilarse anticipada y obligatoriamente a los 61, con la consiguiente merma en el importe de la pensión. La imposibilidad de seguir cobrando la prestación una vez alcanzada esa edad, sumada a la reducción de la base de cotización y a la supresión del subsidio a las personas en paro cuyo cónyuge cobre 980 €, constituye un durísimo ataque a nuestros derechos conquistados en décadas de lucha obrera. Estas medidas aumentarán aún más la pobreza y la exclusión social, ya de por sí altísimas: las más elevadas de la UE, con una tasa de pobreza del 21'8% ya en 2010.

La comisión de expertos "independiente" (estrechamente vinculada al sector financiero y a las aseguradoras) que se reúne estos días para valorar la sostenibilidad del sistema de pensiones, pretende utilizar el miedo de trabajadores y trabajadoras para acometer una enésima reforma (la última fue negociada por Zapatero con CCOO y UGT en el marco del Pacto de Toledo) que, bajo la disculpa-chantaje técnico del aumento de la esperanza de vida o la bajada del PIB avance en la liquidación del sistema público de pensiones. Éstos son los nuevos parámetros que se manejan:

  • -aumento de la edad jubilatoria.
  • modificación de la fórmula de cálculo.
  • desvinculación de la revalorización de las pensiones, del IPC para vincularlas al PIB.

Mientras se subvencionan las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social.

El pacto de hace dos años privó a las generaciones futuras de una pensión pública digna: El paro, los contratos al límite de la subsistencia, la temporalidad, la salida y entrada al precario mercado laboral por las tareas de cuidados y crianza en el caso de las mujeres, hacen imposible que accedan a la jubilación. Ahora, a quienes trabajaron toda su vida, 30, 35, 40 años, el capitalismo en crisis estructural les reserva la miseria más absoluta.

Fabricar parados/as a amplia escala para prejubilar con pensiones de miseria, a quienes cotizaron toda la vida y arrojar a la indigencia a la inmensa mayoría que no tiene con qué pagarse un plan privado o un concierto con la SS, tendrá las más trágicas consecuencias para las personas afectadas de forma directa por la medida, pero también para las numerosas familias y millones de jóvenes que careciendo de un puesto de trabajo y/o de un techo, dependen de sus mayores para sobrevivir.

Si a finales de 2010 cerca de un 41% de los hogares, casi la mitad de la población, era incapaz de hacer frente a pagos imprevistos (ir al dentista por ejemplo), la supervivencia será imposible con las pensiones de miseria que nos van a dejar.

Esta nueva medida antiobrera forma parte de la estrategia de desmantelamiento del sistema público de pensiones, que alegando su insostenibilidad por falsas razones demográficas, no económicas ni políticas, acomete el gobierno de la oligarquía preparando su privatización y su transformación en un nuevo espacio de acumulación de capital. La caja de la Seguridad Social tiene cerca de 65.000 millones de € y éste es el objetivo de la oligarquía, quedarse con todo lo que ha aportado la clase trabajadora.

Desde la UE imperialista se promueve la privatización camuflada bajo el eufemístico nombre de "sistema mixto de pensiones", un robo descarado a la clase trabajadora.

La UE miente constantemente al pueblo trabajador. Según ellos uno de los objetivos de la “estrategia 2020” es reducir la pobreza, reducirla eliminando las pensiones y bajando salarios.

Mientras, el ala "izquierda" del capital, las opciones oportunistas y reformistas que predican el idealismo de un capitalismo de rostro humano, apuestan por un nuevo Pacto, por vender la falaz idea de que nuestras condiciones de vida y derechos mejorarán con una cogestión del sistema capitalista, planteando la imposible humanización de una UE y un capitalismo senil y agónico que, como fiera herida de muerte, multiplica los zarpazos dirigidos contra las rentas del trabajo y las condiciones de vida del pueblo trabajador.

No hay tiempo para más consenso social, nuestro pueblo cada vez es más pobre y vive peor. Debemos preparar una nueva Huelga General para demostrar que sin la clase obrera, nada se mueve. Ante este nuevo ataque, hace falta más unidad, más organización, más lucha de la clase obrera. Defendiendo cada conquista que nos sea arrebatada, en el marco de la lucha por el Poder obrero y el Socialismo. 

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