El capitalismo requiere para su supervivencia otra vez el servicio de los fascistas y de la extrema derecha. En la Alemania actual el racismo y la violencia fascista campan a sus anchas.

El 2 de junio 2019 fue asesinado un político conservador en la pequeña ciudad de Kassel por defender la inmigración. El asesino planifica el crimen durante cuatro años y no fue una reacción individual ni aislada, más bien un acto demostrativo dirigido tanto a los grupos fascistas como manifestación, así como a los políticos burgueses advirtiéndoles “que tengan cuidado”. Dos días más tarde un neonazi mató a un joven migrante por motivos puramente racistas. Tampoco un acto espontáneo: fue el 8º aniversario del ataque fascista en el campamento juvenil en la isla de Utöya Noruega. Desde 1990 se han registrado más de 200 personas víctimas de violencia neonazi y unos 100 casos que la justicia no quería clasificar como crímenes políticos a pesar de los indicios de origen fascista. Pero las fantasías de la derecha radical y del neofascismo en Alemania van mucho más allá de los asesinatos.

Un colectivo de periodistas investigador descubrió que una élite de la extrema derecha (AfD Alternativa para Alemania, aristócratas, personas adineradas, empresarios, etc.) junto con neo-nazis y políticos del partido conservador se reunió el año pasado en un exclusivo Hotel en las afueras de Berlín , en las orillas de un lago para planificar la deportación de todos los migrantes no asimilados, independientemente de su nacionalidad – incluido la alemana. En la Alemania contemporánea (85 millones de habitantes) hay 21 millones de personas con una historia de migración, unos 8 millones de ellos con nacionalidad alemana. El plan maestro de deportación se pretende realizar cuando la extrema derecha llegue al poder. Hablaron incluso de un “estado modélico” en el norte de África al que trasladar los migrantes. Y cualquier persona que abogue o ayude a los refugiados podría irse allí con ellos, dijo el conferenciante principal del encuentro, Martin Sellner, líder austriaco del Movimiento Identitario (grupo de la extrema derecha). El proyecto recuerda al plan de los nazis de 1940 de deportar a cuatro millones de judíos a la isla de Madagascar. Además, el lugar – un lago en las afueras de Berlin y un hotel lujoso – llama a la memoria la Conferencia de Wannsee (un lago muy cerca de la reunión de los neonazis) en 1941, en ella los líderes del nazismo acordaron y planificaron el exterminio de los judíos.

Por una parte, fueron las publicaciones en la prensa alemana sobre el encuentro neonazi del 2023 y el “plan maestro para deshacerse de los inmigrantes” motivo e impulso para las manifestaciones y protestas contra la derecha; incluida la patronal, pues las grandes empresas necesitan la inmigración cualificada.

Por otra parte la prensa alemana lleva años preguntándose quién vota a los partidos de extrema derecha, sobre todo la “Alternativa para Alemania”. Hay cantidad de estudios que llegan casi todos al mismo resultado que la opinión corriente de que son las clases más bajas y desfavorecidas las que dan su voto a la derecha es equivocada. Es la llamada clase media y media alta que tiene miedo de perder su estatus por la inmigración. Pero el racismo no es una cuestión personal, es un elemento sustancial del sistema capitalista. Un ejemplo es la explotación de los migrantes con salarios muy bajos y condiciones de trabajo inhumanas en casi todos los países de la UE.

El capitalismo global del siglo XXI domina ya casi todo el planeta; ha engullido todos los espacios que todavía no se rigieron según sus reglas y con las ideas neoliberales se han extendido las principales características – la represión y la explotación, el patriarcado y el racismo a casi todos los países del planeta.

Marx describió de forma magistral como el fascismo (o su antecedente el bonapartismo) llegó al poder cuando en la lucha de clases se da una equilibro de fuerzas, la clase burguesa está debilitada y la clase obrera todavía no tiene el poder de erigirse como clase dominante1. Es la situación en la UE y en Alemania, dónde la extrema derecha coge fuerza y ya elabora los planes para después de tomar el poder.

Los neonazis campan a sus anchas

 

Drahreg

1Karl Marx, El 18 de brumario de Luis Bonaparte.

uyl_logo40a.png