Ataque contra el Hospital Infantil Al-Durra de Gaza (Fuente: web Resumen Latinoamericano)

 

El ejército de ocupación del ente sionista, así como las bandas de colonos armados, no solo continúan, sino que últimamente aceleran, su barbarie de violencia y asesinatos contra el pueblo palestino. "Genocidio incremental (gradual)", en palabras de Ilan Pappé, historiador antisionista de origen israelí. O no tan gradual. La brutalidad de las cifras habla por sí sola: desde el inicio de 2023 hasta mediados de abril, iban contabilizados 101 palestinas y palestinos asesinados por la bestia sionista, casi todos (96) en Cisjordania. Al menos 19 eran menores de edad. En solo 3 meses y medio ya casi han alcanzado los macabros registros de 2021 y 2022, que acabaron respectivamente con 111 y 109 mártires por la causa de la liberación de Palestina.

En mitad de una crisis interna de legitimidad del Gobierno del ente sionista, los sectores más racistas y ultraderechistas (aún más que el propio Netanyahu, si cabe), representados por Ben-Gvir y Smotrich, han estado azuzando a los colonos de Cisjordania a asesinar al pueblo palestino. Por si fuera poco, en la noche del 6 al 7 de abril, el ejército de ocupación bombardeó con aviones de guerra el Hospital Infantil Al-Durra (en Gaza), causando importantes daños materiales y violando de manera atroz los más básicos principios del derecho internacional humanitario, que prohíben atacar instituciones sanitarias. Además, en Jerusalén se han sucedido múltiples agresiones de las fuerzas de represión sionistas contra lugares religiosos de alto valor simbólico: la mezquita de Al-Aqsa y la iglesia del Santo Sepulcro durante la celebración de los cultos y en una época de especial importancia para los creyentes de aquellas dos religiones: Ramadán para los musulmanes, Pascua para los cristianos. Es una acción más enmarcada dentro del plan sionista de "judeizar" la sociedad.

Con motivo del Día Internacional de Al-Quds (Jerusalén en idioma árabe) el pasado día 14 de abril, diversas organizaciones políticas del Eje de la Resistencia (palestina, siria, libanesa, yemení, iraní, etc.) han llamado a fortalecer la lucha contra el ocupante sionista de todas las maneras posibles: también mediante la vía de la ofensiva militar. Para las mujeres y los hombres de toda Palestina (ya sea que vivan en Jerusalén, en Cisjordania, en Gaza, en los territorios bajo el control directo israelí o en el exilio), la única forma de garantizar su subsistencia colectiva como pueblo —su independencia, su libertad y su derecho al retorno— es vencer al sionismo, que es el ariete del imperialismo en la región de Asia occidental y en el mundo árabe. Por eso, ante la actual escalada de agresiones sionistas, el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) reafirma su proyecto estratégico de cohesionar y unificar las luchas de los distintos sectores de la resistencia palestina, para fortalecerla entre el pueblo y dar un paso cualitativo adelante en la liberación.

Como analizábamos en el número anterior de este periódico, la nueva fase de agresiones sionistas bien podría ser un signo de la fragilidad del enemigo: la bestia herida que ataca. Así pues, a las organizaciones revolucionarias del resto del mundo nos corresponde seguir ejerciendo la solidaridad internacionalista con Palestina y con el FPLP y continuar denunciando el sionismo ligándolo de manera clara con el resto de facetas del imperialismo.

Fernando

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