La necesidad del frente mundial antiimperialista (FMA)

Unitario porque en el acuerdo político concreto fundamenta su unidad de acción y Plural porque considera la diversidad ideológica y organizativa como un valor y no como un escollo.

El respeto a la Soberanía e Independencia de cada uno de sus participantes, que excluye cualquier práctica injerencista o irrespetuosa con su organicidad, debe ser  identidad inequívoca de este proyecto sociopolítico internacional que, a nuestro juicio, debe asumir una Plataforma política acorde a los 6 puntos situados anteriormente.

Una Plataforma de acción para enfrentar al Imperialismo y desde la que tejer alianzas sostenidas en análisis compartidos.  Un proyecto con proyección de masas y voluntad de trascender los límites organizativos propios, mediante propuestas de intervención concretas en la que el pueblo organizado sea el protagonista.

Así es como desde el PCPE concebimos las bases de lo que aun hoy, pese a la gravedad de la situación que padece la Humanidad, sigue sin ser una realidad por los más diversos factores que bloquean su articulación práctica.

Socialdemocracia, oportunismo e izquierdismo, cada uno con su grado de responsabilidad, siguen siendo los factores políticos e ideológicos que, con fuerza y determinación, convierten este propósito en una quimera.

Es responsabilidad de las organizaciones comunistas [1] iniciar un proceso de intervención coordinado que propicie que el FMA se convierte en una realidad.  Además de impulsar con perfil propio, dinámicas colectivas del denominado movimiento comunista internacional fundamentadas en acuerdos prácticos concretos, convirtiéndolo en un referente político con capacidad de generar consignas e iniciativas trascendentales para la lucha de clases, las organizaciones comunistas, más allá de proclamas recidivantes, tienen que impulsar una amplia política de alianzas a favor del FMA que ayuden a que sea una realidad.

En ese sentido, es imprescindible caracterizar correctamente lo que significa la guerra de Ucrania y deslindar posiciones.

Cuando tantos son los posicionamientos incapaces de entender lo que sucede en la frontera oeste de Rusia y, aun es más, del eje comercial y político Euroasiático, conformado durante los últimos lustros por el impulso “omnidireccional”  de la RP China,  conforme a los acuerdos adoptados en los congresos del PCCh, es urgente caracterizarlo todo correctamente para no cometer errores estratégicos.  La trascendencia del momento político y la importancia de la coyuntura, obliga y no da margen ni a equivocaciones, ni indefiniciones.

Con la OTAN o frente a ella.  Contra el enemigo principal de la Humanidad o junto a él.  Consciente o inconscientemente, da igual por lo que sea, pero la Historia y el desarrollo de la lucha de clases no distingue entre unos y otros.  Entre tontos útiles y agentes de Gladio.

Las alianzas son muchas y exigen gran inteligencia política para interpretarlas correctamente y es posible cometer errores que se pueden corregir por su carácter táctico, pero, finalmente,  en la decisión estratégica de dónde y cómo situarse en la barricada, hay que saber que  solo se puede estar en un lado o en otro, nunca al margen ni en medio.

Para el PCPE es claro que

en el marco del imperialismo, entendido éste como la fase superior de desarrollo del capitalismo, la respuesta defensiva de Rusia a los planes de la OTAN, por darse en el contexto actual de violencia generalizada que desarrollan los EE. UU. y sus aliados a todos los niveles…, debe considerarse como un  frente de lucha en defensa de la soberanía de los pueblos y frente al impulso y blanqueamiento del nazi/fascismo en la UE [2].

La defensa de posiciones equidistantes son sobradamente conocidas y se sabe perfectamente donde acaban y a quien defienden. Los ejemplos de Serbia, Libia y Siria debieran ser suficientes para entenderlo y desconsiderar sin paliativos al conocido como movimiento “ni ni” que, hasta ahora, siempre lideraron las diferentes organizaciones troskistas.

Sin embargo, a esta corriente absolutamente útil al desarrollo práctico del diseño geoestratégico de los EE.UU y la OTAN para tratar de mantener su hegemonía a toda costa, se le han sumado nuevos participantes desde el campo revolucionario, abriendo nuevas vías de penetración de la ideología dominante entre la clase obrera, que es necesario denunciar.

Posiciones fundamentadas en una visión antidialéctica, maniquea y binaria de la realidad, absolutamente alejada de la consideración de las alianzas, la táctica  y los niveles actuales  de conciencia de las clases sociales, coloca a una serie de partidos  y organizaciones encabezadas por la actual dirección del KKE, en las antípodas de una política leninista y enfrente del esfuerzo unitario que reclama el momento político contra la OTAN y sus políticas.[3]

La simplicidad de un argumentario que, partiendo de la evidencia indiscutible de la universalización del imperialismo – propia de la fase de desarrollo actual del capitalismo-, convierte automáticamente, y sin más valoraciones,  todos los conflictos existentes en confrontaciones entre bloques y potencias imperialistas, no se sostiene.

Sumado a ello, la desconsideración del derecho a la autodeterminación de los pueblos del Donbass  y la legítima defensa de su soberanía y la de Rusia[4], como banderas propias del Internacionalismo, los suma al bloque de los ya suficientemente caracterizados “ninis”.

Un nuevo escenario multipolar en el que no se detiene la lucha de clases

No hay duda que la nueva etapa del desarrollo económico, político y social que ahora se consolida, viene determinada por una nueva realidad multipolar marcada por la quiebra de la hegemonía del capitalismo occidental, liderado por los EE.UU y nucleado/disciplinado en torno a la OTAN, las instituciones de Bretton Woods y el dominio comercial del Dólar.

La hegemonía occidental desaparece y nuevos centros de desarrollo económico capitalista aparecen con fuerza conformando una alternativa diferente en la que no es posible hablar de un modelo único y en el que, en los diversos marcos económicos y políticos en los que se articulan [5], hay experiencias diferentes.

Desde una economía  como la China, planificada y con un 39% de su PIB de titularidad estatal , incluidas las mayores empresas  y el sector energético, a modelos de economía mixta como la iraní profundamente determinados por las sanciones y bloqueos, a otros bajo control absoluto de una oligarquía nacional celosa de su mercado e influencia regional.

Una situación que para el PCPE, en absoluto, puede concebirse como una meta, pero tampoco como una etapa intermedia, ni nada parecido. Simplemente una nueva realidad en la que, quebrada la hegemonía del Bloque Occidental –insistimos del enemigo principal de la Humanidad- hay un nuevo escenario para el desarrollo de la lucha de clases y en el que el movimiento obrero y las fuerzas revolucionarias no pueden dejar de intervenir. Junto a la defensa de los intereses y necesidades de la clase obrera en la lucha por el Socialismo, en este contexto de multipolaridad armada en el que la OTAN 360º amenaza globalmente la convivencia pacífica de los pueblos, la lucha por la Paz es también necesariamente una bandera del movimiento obrero.

No una Paz de los cementerios, ni de la ausencia de conflicto social; para nada.  Una  bandera blanca, que cada día necesariamente tiene que ser más roja porque  solo en el avance y consolidación de las posiciones  internacionalistas y antifascistas del movimiento obrero y popular, están las bases de una Humanidad desarrollada y en Paz, que camina hacia el poder obrero y el Socialismo.

Cambia el liderazgo, cambia el paradigma de las relaciones internacionales

Tras siglos de dominación colonial y neocolonial de las potencias occidentales en los que la soberanía de los pueblos ha sido papel mojado, un nuevo paradigma de las relaciones internacionales se abre camino ensayando un modelo.

El avance de las posiciones políticas e intereses económicos estatales, fundamentalmente de China en África[6], Latinoamérica y Asia, demuestran en la práctica que hay alternativas al clásico neocolonialismo que históricamente ha sometido y  sojuzgado a sangre y fuego a los pueblos, en interés exclusivo de las multinacionales occidentales.

El cambio de epicentro mundial del Pentágono y Wall Street a los acuerdos adoptados por los congresos del PCCh ya determina un nuevo escenario que es imposible obviar.

Intervenir en esta nueva realidad con la posición ya expresada de hacerlo con la necesaria flexibilidad táctica, en multitud de alianzas puntuales, limitadas y temporales, acordes a los objetivos estratégicos  y a los principios, es una necesidad imperiosa para las fuerzas antiimperialistas y el movimiento comunista.

Definir cómo hacerlo, evitando el riesgo de conducirnos al pantano, tanto por el lado de la colaboración fáctica con el enemigo de clase, como de la mano del sectarismo estéril y antidialéctico del izquierdismo, es el gran reto que enfrentamos.

Si se hace a la ofensiva, con vocación inequívoca de salir de la caverna incapacitante de los, ya señalados riesgos del teoricismo y el oportunismo, los procesos de adquisición de conciencia y protagonismo  creciente de las grandes masas populares encabezadas por la clase obrera, avanzarán aceleradamente y quebrarán la tendencia de retroceso iniciada con la desaparición de la URSS y la derrota temporal del Socialismo en Europa.

Esa es la gran oportunidad que enfrentamos y que nos coloca ante la oportunidad de tomar, con todo el impulso que la causa de liberación de la clase obrera y la Humanidad merece.

El testigo de la compleja carrera de obstáculos iniciada en 1871 por el proletariado de París que alcanzó sus mayores éxitos a partir de 1917, sigue ahí y ahora se trata de ver quiénes están dispuestos a cogerlo y quiénes no.

 

Notas:

[1] Incluye este llamamiento también a las organizaciones y partidos comunistas que, por las más diversas razones, no forman parte del Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros (EIPCO)

[2] ML 55 Boletín Interno del CC del PCPE

[3] https://www.unidadylucha.es/index.php?option=com_content&view=article&id=5121:otro&catid=9&Itemid=102.

Sumado a ello el hecho de la incapacidad de entender el  Socialismo como una fase intermedia entre el Capitalismo y el Comunismo,  en el que conviven aun elementos de la vieja sociedad con otros propios del poder obrero que lo caracteriza, convierte en mero izquierdismo sus posiciones.

[4]“ La OTAN y Rusia están dividiendo la Tierra, con la sangre del pueblo están tallando las fronteras, sin sacrificio para los imperialistas”. Este es el lema usado en las manifestaciones convocadas por el KKE y el PAME el pasado 17 de noviembre de 2022.

[5] BRICS, la Organización para la Cooperación de Shangai, Comunidad Económica de los Estados de África Central (Ceeac), CELAC, Ruta de la Seda, Foro de Cooperación China África…

[6] https://www.unidadylucha.es/index.php?option=com_content&view=article&id=4981:la-presencia-de-china-en-africa-disputa-la-hegemonia-colonial-en-el-continente&catid=14&Itemid=117

uyl_logo40a.png