El 1 de junio empezaba en Cantabria la huelga del metal, para renovar un convenio  vencido un año y medio antes.

Comenzaba una huelga de 19 días seguida por el 95% del sector y a pesar de ello sin repercusión más allá de Aguilar de Campo.

Sin entrar a valorar el acuerdo, donde se garantizan derechos conquistados previamente y subidas salariales que nada tienen que ver con las pretendidas previamente.Queremos ensalzar el enorme esfuerzo de las 20.000 familias del metal, firmes durante 19 días, donde se han visto muestras de apoyo y solidaridad  sin importar afiliación unidos en la seguridad de luchar por algo justo y   abandonados tanto por el gobierno de Cantabria, Revilla se atrevió a llamar a los trabajadores/as irresponsables, calificando el conflicto de grave y acuñando la frase “no es momento para huelgas” y el autodenominado “ gobierno progresista” silenciando la huelga en los medios de comunicación bajo su control porque tienen miedo a una clase obrera unida y organizada luchando por sus derechos, están más interesado en garantizar “la paz social” que en la defensa de los trabajadores/as. Por eso mandan para mediar y cerrar el acuerdo a Verónica Martínez Barbero, mano derecha de Yolanda Díaz, reclutada de la Xunta donde trabajó para Feijóo. 

Pero no podemos caer en el error de culpar de esto solo al gobierno como señalan “otras organizaciones comunistas” la mal llamada paz social también le interesa a las cúpulas sindicales que firmaron con el gobierno reformas laborales antiobreras. Los derechos se conquistan en la calle unidos y organizados y para ello tenemos los CUO, nuestros soviets.

Además de saludar la lucha del sector en general  queremos defender los piquetes, reprimidos con antidisturbios llegados de todo el estado y con multas a los trabajadores/as que han formado parte de ellos, aplicando la ley mordaza esa que también iban a derogar pero que les sirve de comodín para reprimir cualquier protesta.

De esta gran movilización debemos sacar una lección; Nada tenemos que ganar en los grandes despachos, todo con unidad, organización y lucha. Si el sector no se hubiera movilizado el acuerdo hubiera sido peor, si los grandes sindicatos tuvieran cajas de resistencia para que los trabajadores/as aguantarán el día 19 como el primero, los que todo los producimos haríamos temblar a los que viven a costa de nuestro trabajo, pero se acabaría la paz social que a todos los que se sientan en las grandes mesas negociadoras les interesa.

 

 



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