¿Pero cómo abordar esta tarea que hemos definido como absolutamente prioritaria y urgente? ¿Cómo hacemos para que haya movilización y deje un poso organizativo sobre el que trabajar? No hay ninguna respuesta universal que dé soluciones generales, solo cabe iniciar un paciente proceso de acumulación de fuerzas que permita enfrentar a la ofensiva una realidad de creciente explotación, injusticia y violencia que, aun teniendo su origen y base material en la creciente crisis estructural del capitalismo, se desarrolla con altas cotas de consenso social en torno a la idea de esta sociedad como la única posible.

A modo de orientación general para desarrollar de forma creativa y dialéctica en realidades concretas y abrir un debate práctico sobre cómo dar los primeros pasos, situamos unas ideas estructuradas en los que, encabezados por la contradicción Capital-Trabajo, son algunos de los frentes de lucha que se dan.

MOVIMIENTO OBRERO. Es imprescindible recuperar la afiliación sindical y la participación activa en la sección sindical y asamblea obrera, pues sin este previo, poco se puede hacer para invertir la realidad actual. La defensa de las posiciones de clase, en oposición a las políticas de conciliación y pacto social, han de ser las señas distintivas de la recuperación práctica de un sindicalismo que permita avanzar y no retroceder constantemente. La búsqueda de espacios para la Unidad de clase, que se generan principalmente en los momentos de movilización, son una oportunidad para el desarrollo práctico de los Comités para la Unidad Obrera, como propuesta para superar la división sindical.

INTERNACIONALISMO. En la denuncia del Imperialismo se abre un espacio de trabajo amplísimo desde el que generar estructuras de masas. La solidaridad con Cuba, Sáhara, Palestina,… y con las organizaciones revolucionarias que luchan en las más complejas situaciones, permite desarrollar espacios estables de participación popular desde los que denunciar los constantes crímenes del Imperialismo contra la Humanidad.

DEFENSA DE LO PÚBLICO Y LAS PENSIONES. Enfrentar el proceso imparable de penetración de las empresas en la gestión y titularidad de los servicios sociales es una prioridad absoluta del trabajo de masas. Elementos sensibles que ayudan a incorporarlas a la lucha, desde propuestas sencillas que desarrollan conciencia y demuestran la necesidad de organizarse . El ejemplo de la ILP de CAS y las asambleas de base del movimiento pensionistas marcan el camino, con reivindicaciones concretas muy claras, como el rechazo a la Ley 15/97 y la jubilación a los 60, pensión mínima de 1,200€ y el rechazo al Pacto de Toledo y los planes privados.

FEMINISMO DE CLASE. Junto al de pensionistas, el otro gran movimiento de masas en el que es necesario confrontar en todos sus ámbitos de desarrollo: tanto con el machismo y la reacción, como con el feminismo burgués y el oportunismo, para poder reforzarlo y evitar su instrumentalización para los más inconfesables intereses. Más allá de discursos interclasistas y postmodernos, la transformación de la realidad de doble esclavitud de las mujeres trabajadoras es la base del trabajo a realizar.

POR LA PAZ. OTAN NO, BASES FUERA

Recuperar un amplio movimiento contra la OTAN y las bases exige volver a situar estas dos reivindicaciones en el centro del programa del movimiento obrero y popular. Vinculado a la denuncia del gasto militar y a la necesidad de una España neutral, que no participe en ninguna misión militar en el extranjero, es necesario quebrar la posiciones pro-atlantistas, mayoritarias en la sociedad.

DEFENSA DEL MEDIO AMBIENTE.

Si no es rojo, no es verde. La única defensa coherente del medio ambiente está ligada al cuestionamiento del capitalismo, al fin de la mercancía y a un modelo socialista de sociedad. Posicionarse a la ofensiva en contra de todo el medioambientalismo que no denuncia el capitalismo, permite organizar colectivos ecologistas y enganchar a toda la juventud que busca su espacio de protagonismo social en la defensa del planeta.

TRABAJO VECINAL

Una fuente inagotable de demandas y de marcos de confrontación con el Estado (gobierno central, autonómico, diputaciones, ayuntamientos, juntas de distrito). Denunciar la creciente segregación social de las ciudades y hacerlo desde AA.VV. o desde plataformas ad hoc, permite hacerlos protagonistas, elevar su nivel de conciencia y generar referencialidad social de la militancia comunista.

Julio Díaz

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