Parece una obviedad, pero no lo debe ser, ya que para recortar gastos (la administración) y aumentar beneficios (la empresa adjudicataria), lo primero que se hace cuando se renueva una contrata de limpieza en un área de salud es reducir el personal.

El caso del Hospital de la Vega Baja no es distinto. La Generalitat Valenciana, muy "progre" cuando se trata de hablar, pero igual de liberal cuando toca gestionar, redujo fraudulentamente el tamaño del hospital en más de 3000 metros, lo que supuso que la empresa adjudicataria dijese que le sobraba plantilla. Pero la reducción de personal ha sido constante durante años, pasando de más de 80 limpiadoras hace diez años a 65 en la actualidad, y ahora Ferrovial pretendía despedir a 14 trabajadoras, entre otros motivos, por la ficticia reducción del tamaño del hospital.

Para la Administración la evidencia científica no cuenta, lo que cuenta es la cuenta, y a pesar de estar constatado que los recortes presupuestarios y la contratación con empresas externas de los servicios de limpieza contribuyen al aumento de la incidencia de graves infecciones hospitalarias, no varían su postura, nos venden la recuperación de la gestión pública para inmediatamente sacar la licitación servicios.

Esta actuación ha llevado a conflictos en el Hospital General de Alacant, con restructuración del servicio e incremento de los ritmos de trabajo e intentos de despido de un 10% de la plantilla, y en el Hospital General de Elx donde el Comité de Empresa recientemente denunció la actuación de Ferrovial desde que consiguió la adjudicación con intentos de reducir la plantilla y no sustituir las ausencias, intensificando los ritmos de trabajo.

En el Hospital de la Vega Baja, que da servicio a toda la comarca, el problema venía de lejos, la reducción de plantilla ha sido paulatina, como el cuento de la rana, que se mete en un cazo y se pone al fuego, hasta que cuando empieza a hervir ya no puede saltar. Eso están haciendo con las plantillas, nos quitan recursos poco a poco, vamos asumiendo hasta que llega un momento que es tan insoportable que no podemos más. La pérdida de más de 15 puestos en la última década, el aumento de ritmos de trabajo y metros a limpiar, pero la gota que colmó la paciencia de la plantilla fue la actual amenaza de despedir a 14 compañeras.

Cuando es una evidencia que los problemas son iguales en todos los hospitales, sólo los Comités para la Unidad Obrera hacen un trabajo de solidaridad y de unificar los conflictos. Para los CUO la unidad en las luchas es una herramienta que debemos saber gestionar, y ya que los sindicatos del sistema no lo hacen, lo tendrán que hacer las plantillas. Los CUO han repartido una octavilla en los diferentes hospitales y tienen previsto volver hacerlo también en los centros de salud.

Después de 13 días de huelga, con unos servicios mínimos abusivos, las trabajadoras han conseguido que no se despida a nadie, que como dice la Presidenta del Comité, no es poco, a pesar de dejar por el camino las reivindicaciones de mejoras laborales y paliar el déficit de personal. Nos tememos, que seguirán los efectos sobre la salud laboral de la plantilla derivados del incremento en los ritmos de trabajo, y en la salud pública por los recortes en la limpieza.

Para el PCPE, a pesar de todo, es una victoria de la lucha obrera y como tal la tenemos que tratar, pero no podemos más que denunciar a un gobierno “progresista” que se vanagloria de recuperar para la gestión pública los hospitales privatizados por el PP, y no duda en continuar con el desmantelamiento de la sanidad pública, nada menos que reduciendo limpieza en pandemia. Tampoco olvidamos la responsabilidad de un sindicalismo burocrático que está perdiendo visión global de clase y estrategia en las movilizaciones y se sienten enamorados de los derechos conquistados, justo cuando acaban de sancionar con su firma los graves ataques sufridos por la clase trabajadora durante los últimos diez años.

Comisión de MOS

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