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Editorial Marzo 2022

EL CAPITALISMO NO MUERE SI NO SE LE DERROTA

De un repaso rápido de la realidad del capitalismo en su fase de desarrollo imperialista solo se desprende hedor, decadencia, corrupción y violencia. Al nivel que sea y en el contexto que se elija, nada escapa a la crisis estructural de una formación socio-histórica que, objetivamente periclitada, se resiste a las pompas fúnebres que le den definitiva sepultura.

Nada nuevo pese a lo que se pueda pensar, pues en el complejo desarrollo de la historia de la Humanidad regido por la lucha de clases, siempre ha convivido -y seguirá haciéndolo- lo nuevo con lo viejo durante un tiempo incierto determinado, en lo fundamental, por la capacidad de la clase revolucionaria de articular como hegemónico su proyecto alternativo de sociedad.

En consecuencia, nada esperemos de las posiciones deterministas que se cruzan de brazos a la espera del Socialismo por la maduración exclusiva de las condiciones objetivas que nos conducen hacia él, pero tampoco de las que, desde análisis “milenaristas”, proclaman el próximo advenimiento del Socialismo sin consideración alguna de propuestas tácticas y alianzas sociales.

Solo un constante y preciso ejercicio de teoría y práctica, fundamentado en la coherencia analítica del materialismo histórico y dialéctico y en un creciente ejercicio práctico de dirección política de masas, puede situar la propuesta comunista como referencia inequívoca de la clase trabajadora y del conjunto de sectores populares crecientemente proletarizados.

En consecuencia, en el pasado Editorial abordamos las referencias de intervención (práctica) prioritarias del movimiento obrero y popular, señalando la necesidad de significarlas en la realidad material de las masas con propuestas que les supongan avances concretos en su día a día. Insistimos que este es el mejor método para vincularlas a la lucha y generarles sus propias e imprescindibles experiencias prácticas y que nada, ni nadie lo puede evitar o sustituir.

Este mes de marzo la magnitud de los acontecimientos que se suceden aceleradamente tanto a nivel internacional como estatal, nos obligan a interpretar el fondo y los intereses que se esconden tras la fachada mediática de los más trascendentales. Desentrañar las razones de lo que intencionadamente se nos sitúa como casualidad o inevitable es un deber que de ninguna manera podemos eludir.

CRISIS EN EL PARTIDO POPULAR. CRISIS DE ESTADO.

Interpretar lo ocurrido únicamente desde la sucesión de traiciones y navajazos mediáticos de la recua que conforman sus protagonistas, nos sitúa en la superficialidad del análisis que imponen los verdaderos poderes del estado burgués y nos impide profundizar en las razones reales de los sucesos que, en menos de 48 horas, han defenestrado a Pablo Casado y a todo su equipo.

La posición enfrentada del PP con la CEOE en cuestiones estratégicas como la Reforma Laboral pactada con CC.OO y UGT y la negativa de los indultos a los presos y presas del Procés como gesto hacia la progresiva recomposición institucional del Estado, expresan con claridad la irresponsable supeditación de las políticas del PP de Casado a las más efímeras tácticas electoralistas. Estos aspirantes a estadistas que, sin pasar de politicastros, no solo han hundido al dócil comodín de Ciudadanos, sino que con sus políticas estridentes y desnortadas, colocan a Vox como alternativa cierta de gobierno, han generado una inestabilidad institucional indeseada en estos momentos por la fracción dominante del bloque dominante oligárquico-burgués. Se avecinan momentos de profunda crisis económica y el fascismo es la alternativa que se tiene preparada frente a una hipotética reacción del movimiento obrero y popular, pero aún no toca abrirles la puerta de la gobernabilidad como sí está haciendo el PP. El sistema, que necesita estabilidad y confianza en una alternancia entre gobiernos socialdemócratas y conservadores, necesita cambios urgentes que se lo garanticen y todo lo ocurrido y la alternativa de poder que se prepare en el PP durante estos meses, así hay que interpretarlo. Lo sucedido en estos días –incluido el “error” que propició la aprobación de la Reforma laboral- es una clara demostración de ello y de la fortaleza institucional y estratégica que aun acredita nuestro enemigo de clase para marcar los ritmos políticos y situar a los actores necesarios en cada momento.

GUERRA UCRANIA Y SERVILISMO OTAN.

Se escriben estas líneas a la vez que los primeros misiles cruzan las fronteras y se abre el escenario más incierto de las últimas décadas.

Putin, Biden o Casado, Ayuso… es el mismo error de quedarse en la superficialidad de los hechos y no tener la capacidad de interpretar lo que realmente está ocurriendo.

La decadencia económica y geoestratégica del bloque imperialista occidental, nucleado en torno a la OTAN y los EE.UU, es la verdadera razón de la desesperada ofensiva general contra las potencias que cuestionan su hegemonía en todos los aspectos (economía, armamento, energía, suministros, transporte, informática, redes sociales, cultural…). Su belicismo lo sitúa como el enemigo principal de los pueblos y el mayor riesgo para la Paz en el mundo

Sin embargo, la agresión a Libia y el posterior cambio de rumbo que supuso la defensa de la soberanía de Siria, son hitos que definen una tendencia que se confirma con claridad en Ucrania y el Donbass estos días.

El reto principal que hoy enfrentamos se sitúa en el doble plano de levantar un amplio Frente Mundial Antiimperialista que se sea guía y referencia para toda la Humanidad comprometida con la Paz y, a la vez, levantar la bandera roja de la Paz y el Poder Obrero y el Socialismo, convirtiendo la crisis estructural del sistema en crisis revolucionaria. Proceso que requiere la máxima intervención de masas y la toda la inteligencia política para, desde la máxima flexibilidad táctica, tejer las alianzas sociales necesarias que empujen a favor del objetivo estratégico.

En España la denuncia de la Guerra Imperialista pasa por evidenciar el papel de la UE en el conflicto y, fundamentalmente, situar la crítica más radical a la belicosidad del Gobierno de coalición PSOE/UP (Podemos, IU, PCE) que se muestra como un agente activo en los planes de guerra de la OTAN.

Levantar un amplio movimiento por la Paz y contra la OTAN y las Bases, ahora más que nunca, pasa por la movilización contra la Cumbre de la OTAN que se realizará en Madrid en junio y contra la renovación del Tratado de Cooperación con los EE.UU para la continuidad de las bases militares de Rota y Morón.

NEGOCIACIÓN COLECTIVA

Sigue sin levantarse la lucha obrera y el movimiento obrero y sindical sigue pendiente de la cosecha que le puede reportar el poder ejecutivo. Darle la espalda de forma sistemática a la movilización sitúa un precedente muy peligroso por el que se anula, no solo la principal herramienta de lucha obrera –la huelga-, sino la experiencia unitaria de la asamblea y la negociación colectiva.

Se impone convertir cada sección sindical en un avispero en pro de la recuperación de derechos y poder adquisitivo. Toca ahora, no hay excusa, ni ratio, ni estadística que justifique no hacerlo en este momento. Con la unidad obrera es posible vencer y acabar con los graves retrocesos que acumula la clase obrera como consecuencia de las políticas de conciliación de clases y el pacto social.

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