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Editorial Febrero 2022

Apuntamos un término para situar el objetivo estratégico y la apuesta vital colectiva que marque un punto de inflexión en la realidad que nos circunda y determina. Proponemos una referencia discursiva para empezar a aglutinar toda la capacidad social y política que, desde su propia experiencia confronta en lo concreto con el status quo. Otros términos (libertad, solidaridad, cultura, justicia, derechos…) los disputamos con la infinita maquinaria de manipulación ideológica del sistema, pero Ruptura no. Objetivamente la burguesía, al contrario que la clase obrera, no necesita un cambio de rumbo. Vamos a usarlo.

Romper con la Explotación, Romper con la Dominación, Romper con la Alienación

Determinado por estas tres circunstancias de creciente presencia social, el escenario de la lucha de clases exige nuevos planteamientos para cambiar los resultados. Son muchos los años de retrocesos objetivos determinados por la menor capacidad política, organizativa e ideológica de las organizaciones del movimiento obrero, por lo que, para empezar, la tarea más prioritaria es desarrollar la herramienta más avanzada de la clase obrera: El Partido. En pura lógica dialéctica, el debilitamiento de un polo fortalece al contrario y las consecuencias son palpables.

El empobrecimiento creciente de la clase trabajadora (precariedad, temporalidad, paro, desvalorización de la fuerza de trabajo, desregulación de las relaciones laborales…) requiere una respuesta que, fundamentada en su protagonismo soberano, dé una vuelta de 180º a las dinámicas de organización y participación basadas en la delegación a unos representantes cada vez más alejados y desvinculados de cualquier rendición de cuentas1. Romper con el Pacto y la Paz Social es la primera exigencia para empezar a recuperar derechos.

Con una inflación del 6.5 % en 2021, necesariamente la acción sindical debe estar volcada en la voluntad de recuperar poder adquisitivo. Ningún acuerdo que no esté por encima del IPC y permita empezar a recuperar el poder adquisitivo perdido durante estos últimos años; ya basta de aceptar el “mal menor”. Esta es una línea clara de Ruptura y un punto de encuentro en el seno del movimiento obrero y sindical entorno al que trabajar su unidad.

Destaca el Informe Foessa (Cáritas) que “la precariedad laboral durante la crisis sanitaria se ha duplicado y alcanza a casi 2 millones de hogares” y sigue colocando una serie de datos alarmantes que no dejan lugar a la duda sobre la pobreza en España. No será la Iglesia Católica, pero tampoco las ONG laicas, ni menos aún las empresas que hacen negocio con la pobreza mediante la gestión de recursos públicos, quienes den la vuelta a esta realidad. Depende del desarrollo de la lucha obrera y popular y la consecuente conquista de derechos que se desprenda de este nuevo escenario de organización protagonizada por las masas. Todo se ganó luchando y todo lo perderemos si no luchamos.

Pasados los meses del confinamiento, parece olvidada la consigna del Plan Urgente de Emergencia Social y, sin embargo, hoy es más necesario que nunca. La recuperación la necesita el pueblo y no los monopolios, como nos sitúan los Fondos de Recuperación de la UE (Next Generation EU).

Esta es otra referencia de Ruptura en torno a la que, desde la realidad material más inmediata, aglutinar fuerzas y experiencias de organización obrera y popular –semilla del Frente Obrero y Popular por el Socialismo (FOPS)-. Más allá del asistencialismo que no nos corresponde realizar, hay todo un campo de reivindicación y denuncia vinculado a la vivienda, sanidad, educación, alimentación, suministros…desde el que generar conflicto político con el Estado. Exigir la nacionalización de las eléctricas y denunciar lo absolutamente inasumible de la situación que se vive en la Cañada Real es un ejemplo de cómo intervenir desde la realidad material del pueblo. También, es ese sentido, comprometerse con la recogida de firmas de la ILP propuesta por CAS es una oportunidad única para esta intervención directa de masas y para establecer espacios de trabajo coordinado con otras organizaciones desde la que incidir con nuestra reivindicación de una sanidad pública, gratuita y universal y la anulación de los conciertos. Solo el pueblo organizado salva al pueblo.

Igualmente, y como consecuencia de la reacción organizada ante la realidad material que situábamos en las líneas anteriores, se impone la necesidad de un punto y aparte que enfrente la creciente, y cada vez más elaborada, dominación ideológica a la que está sometida la clase obrera y el conjunto de sectores populares con la consecuencia dramática de un nivel extremo de alienación fundamentado en una bajísima cultura política.

Más allá de algoritmos, la inteligencia artificial, el big data o el metaverso que nunca dejarán de estar determinados en su existencia por la clase social que sea su propietaria y, consecuentemente, a favor de quién se gestione, es más necesario que nunca una contraofensiva que cambie el paradigma del desarrollo social y que la Clase, el interés colectivo, sustituya al Individuo. Pasar del idealismo del éxito particular y el chovinismo, al materialismo de la realidad determinada por la venta de la fuerza de trabajo y la posición respecto a la propiedad de los medios de producción y cambio, es el referente de Ruptura desde el que, nuevamente, se abre un espacio concreto para enfrentar la alienación y la subsidiariedad que deja inerte a quien la sufre y debilita la capacidad colectiva de la clase.

Construir nuestros propios referentes y valores exige organizarnos como clase para sí. En la fuerza y vigencia de la defensa exclusiva y colectiva de los intereses y necesidades de clase, está la base de la cultura y la libertad del pueblo trabajador.

La tarea es organizar la respuesta popular a cualquiera de las contradicciones que se expresan en esta sociedad y saber tejer las alianzas necesarias para, conforme a una táctica determinada, lograr convertirla en confrontación política. El compromiso de la militancia con este proceso de protagonismo de masas es la mejor garantía para su desarrollo.

En mayo se renovará el Convenio de Defensa de España con los EE.UU, por el que se legalizan las bases militares norteamericanas de Rota y Morón

Y lo hará el mal llamado gobierno progresista que no es más que un correcto gestor de los intereses del imperialismo y que, por eso, también ejercerá en su totalidad (PSOE-UP (IU/PCE-Podemos)) de perfecto anfitrión de la Cumbre Anual de la OTAN, que se realizará en Madrid en el mes de junio de 2022.

Es urgente levantar las más amplias alianzas territoriales para enfrentar a la OTAN y las Bases y que, a su vez, éstas alcancen el mayor nivel de coordinación posible. Una respuesta acorde a la magnitud de la provocación y amenaza para la Humanidad que supone la reunión anual de la mayor organización criminal de la Historia, debe sentar las bases organizativas y políticas mínimas que recuperen el Movimiento por la Paz y del Desarme en el Estado Español. Con este propósito, que incluirá la exigencia de la reducción drástica del gasto militar y la retirada de la presencia militar española en el extranjero, intervendrá la militancia del PCPE en todas las convocatorias y reuniones que al efecto se vayan realizando.

Acabando de redactar este Editorial se está desarrollando la teatralización de las excusas para justificar la incorporación de Ucrania a la OTAN y posiblemente una agresión indirecta a Rusia a través de una posible intervención en el Donbass. La agresividad del imperialismo norteamericano es proporcional a la decadencia económica y política de una sociedad en absoluta descomposición que refleja la realidad de la “vanguardia” del capitalismo mundial en su última fase de desarrollo. Igualmente, la incapacidad de la UE para situar una posición independiente de los EE.UU, expresa claramente su subsidiariedad geoestratégica y su incapacidad para articular un marco de relaciones de cooperación que, acorde a sus necesidades más concretas, facilite el comercio y las relaciones económicas y políticas con Rusia.

Del papel que juega España en este escenario, solo cabe destacar la continuidad lacayuna del PSOE en relación a la OTAN y sus políticas belicistas, y la completa asimilación a ese discurso de todos los partidos que forman la coalición de gobierno, desde el momento en el que una situación como la que estamos viviendo no provoca su salida inmediata del Consejo de Ministros.do y alcanza a casi 2 millones de hogare


1 Desconvocatoria sin asambleas de la huelga de OTIS o la firma de una Reforma Laboral sin consultar siquiera a la afiliación de las dos centrales sindicales firmantes.

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