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Editorial Enero 2022

Empezamos un año cargado de tareas cruciales para el futuro. ¿Y por qué hacemos esta afirmación; acaso es solo una fórmula recurrente para empezar el año, o es algo más?

Efectivamente, podría ser solo un título más o menos acertado o la conclusión a la que llegáramos tras valorar intuitivamente algunos de los datos de la realidad social, económica y política que nos circunda y que profusa y tergiversadamente nos ofrecen los medios de información del sistema a diario, pero no, no es así. El análisis que situamos, parte del conocimiento de la situación de las clases sociales y su subjetividad y pretende dar respuesta a los retos que enfrentamos como clase y como organización revolucionaria. La realidad será la que sitúe lo acertado de nuestras conclusiones alcanzadas desde la amplitud interpretativa de la sociedad que ofrece el materialismo histórico como herramienta científica para ello, pero mientras llega ese momento, nuestra responsabilidad es empujar con todas nuestras capacidades y el máximo compromiso para que llegue a ser así.

CONTRA EL PACTO SOCIAL.

Venimos insistiendo en la idea de nuclear toda la lógica de análisis e intervención del movimiento obrero y de la lucha de masas en general, en la propuesta central de rechazar el Pacto Social. Lo contrario – el Pacto Social- es la idea fuerza de la burguesía y de todos los agentes políticos y sociales que actúan bajo la lógica de negar la lucha de clases y situar al Estado, no como un instrumento al servicio de la clase dominante, sino como la herramienta necesaria para la conciliación de intereses en la sociedad. Siendo la primera1 de las posibles alternativas con las que cuenta la fracción más avanzada de la oligarquía para enfrentar la Crisis y, además, la propuesta estrella de la gestión del gobierno de coalición socialdemócrata PSOE/UP y, muy especialmente de la líder de Podemos, IU, PCE, no es de extrañar que en su derrota nos estemos jugando una parte muy importante del futuro que construimos cada día en el presente.

No se trata solo de denunciar los acuerdos generales alcanzados en la Mesa de Diálogo Social; es mucho más. Necesitamos confrontar la Paz Social – clara posición de clase burguesa- en cualquier espacio de actuación política y social y situarle en frente la referencialidad de la confrontación –posición de la clase obrera- como el mejor instrumento para defender coherentemente los intereses y necesidades de la mayoría social, ante las pretensiones de una minoría crecientemente exigua y explotadora que juega con la dominación ideológica para, desde la lógica del mal menor, ir consolidando su dominación.

Es la realidad de una sociedad en permanente desarrollo y conflicto en la que, si cometemos el error de intervenir con fotos fijas hechas con un solo objetivo; bien asumiendo el discurso de la burguesía o haciéndolo desde la autocomplacencia idealista de charlatanes que tienen la receta para todo, cometeríamos el imperdonable error de incumplir con nuestro deber como Partido Comunista.

Pero no es suficiente con denunciarlo, menos aún con limitarnos a la crítica en las redes sociales, es imprescindible intervenir decididamente a favor del protagonismo de las masas obreras y populares, propiciando su organización y participación en la confrontación de clases. En la progresiva fusión del Partido “con las masas proletarias, pero también con las masas trabajadoras no proletarias”2 mediante una acertada estrategia y táctica expresión de una correcta dirección política, está el reto fundamental que seguimos enfrentando como Partido que, muy lejos de concebirse como un fin en sí mismo, se sabe como la herramienta más útil de la clase obrera cuando cumple con su misión histórica.

La creciente pobreza que sitúa a 11 millones de personas en riesgo de exclusión social, expresión del paro, la precariedad y la desvalorización de la fuerza de trabajo que azotan a la clase trabajadora con la cobertura de la legislación laboral y la complicidad judicial y de las autoridades de Trabajo, no se frena con una Reforma Laboral pactada por el Gobierno con la Patronal y CC.OO y UGT. Solo en nuestras manos está cambiar esta realidad impulsando una creciente agenda de lucha obrera y popular contra la precariedad y por la recuperación del poder adquisitivo de los salarios. Como se ha demostrado en Cádiz, en la exigencia de un Plan de Emergencia Social que aborde la pobreza que azota los barrios populares y en una Negociación Colectiva a la ofensiva, es posible generar experiencias en las que la confluencia de la lucha obrera con la movilización popular, impulsa la conciencia de clase y hace crecer el conflicto político con un Estado que, como ha quedado demostrado, no duda en usar la violencia de sus cuerpos represivos para defender los intereses de la Patronal.

UNA NUEVA FORMA DE PRIVATIZAR

Acorde con la gravedad de la crisis estructural del capitalismo y de la mano del Gobierno PSOE/UP, la gestión de los Fondos de Recuperación Europea abren la puerta definitivamente a una nueva forma de privatizar fundamentada en el recurso de lo que eufemísticamente denominan colaboración público privada. Hasta ahora los monopolios pagaban – poco, pero pagaban- por quedarse con el sector público progresivamente privatizado por los gobiernos del PSOE y del PP; ahora no, ahora se les regala el negocio o se les paga por asumir la gestión. El incremento de la Deuda Pública que se sitúa ya por encima del 120% del PIB, augura recortes sociales y subidas de impuestos indirectos (IVA fundamentalmente) que requieren una fuerte respuesta. La oligarquía representada por los grandes monopolios es la única favorecida por un Estado a su servicio, por lo que solo a ella le corresponde hacer frente a una deuda que no se debe pagar por ser absolutamente ilegítima. Desde el PCPE exigimos por ello la anulación total de una deuda que la clase trabajadora no hemos generado.

EN JUNIO DIREMOS NO A LA CUMBRE DE LA OTAN

Porque asume con “ardor guerrero” la organización de la Cumbre Anual de la OTAN y también porque detiene a obreros en Cádiz, decimos que este gobierno plegado a los monopolios e inmerso en las dinámicas del capitalismo, no es progresista. Albergar a los dirigentes de la mayor organización criminal de la Historia es un Rubicón que sitúa a sus anfitriones del lado de quienes masacran pueblos y asesinan impunemente. Igual que nada justifica hacerlo, nada permite a quien lo hace seguir reclamando un espacio en el campo antiimperialista. La hipocresía y el grado de contradicciones asumibles tiene un límite.

Nuestro deber ahora es levantar con la máxima inteligencia política y con toda la flexibilidad táctica que sea precisa, la más amplia unidad de acción del conjunto de fuerzas antiimperialistas, internacionalistas y antimilitaristas, frente a la OTAN, las bases y la renovación del Tratado de Cooperación con los EE.UU. Articular estas estructuras unitarias de base con voluntad de trascender lo más posible la unidad de acción frente a la Cumbre de la OTAN, sacándolas a la calle y convirtiéndolas en un movimiento de masas, con propuestas tales como la exigencia del cese inmediato de la venta de armas a Marruecos o a Arabia Saudita, o la reducción del gasto anual en armamento en los PGE, es un compromiso al que el PCPE y la JCPE destinarán todas sus capacidades.


1 Las otras formas de expresar la misma dictadura de clase son las alternativas más autoritarias y/o fascistizantes que representan políticamente el PP y Vox

2 Lenin. Izquierdismo, enfermedad infantil del Comunismo

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