La llegada de pateras y cayucos sigue constante y cotidiana en Canarias. El continuo tráfico de inmigración ilegal se ha convertido en un fenómeno “normalizado” pero que, dado su volumen, desvela la existencia de todo un entramado social, político y económico, que lo explica. Por poner cifras, que ayuden a dar proporción real al problema, hay que señalar que en Canarias han llegado desde el inicio del año 2021 hasta el uno de septiembre 9.260 inmigrantes, lo que supone un incremento con respecto al año pasado del 135%. Estamos hablando de 243 embarcaciones que, en las fechas anteriormente señaladas, llegaron a las costas canarias desde África.

Estamos ante un fenómeno que tiene una enorme dimensión; que envuelve todo un entramado de intereses en lo económico, social y político, que evidencia que el estado marroquí utiliza este elemento como presión constante hacia el Estado Español, y la UE, en una suerte de diplomacia, que en función de sus relaciones imperialistas, condena a cientos de personas a la muerte, en un tráfico de seres humanos originado por intereses económicos y de presión política. Contrasta esta realidad, y la manera de afrontarla, con la reciente crisis humanitaria en Afganistán a raíz de la entrada de los talibanes en su capital. Mientras que allí se despliega todo una campaña mediática, política y económica para organizar el tráfico y el flujo de refugiados hacia países europeos, principalmente España, el tratamiento de la corriente migratoria de África hacia Canarias es radicalmente opuesta a esta “humanitaria” visión. Y esto es así porque ambas situaciones están en relación directa con los intereses imperialistas de EE.UU., y de la OTAN. La destrucción como estado de Afganistán, y el reconocimiento de los talibanes como fuerza política aliada (en el fondo), hace posible la justificación de toda esta campaña que con una apariencia “humanitaria” sirve estructuralmente al imperialismo.

En cambio la situación de Marruecos, como eje principal de la geoestrategia imperialista en África, obliga al tratamiento distinto con respecto a la problemática migratoria en Canarias. Aquí la situación, totalmente subsidiaria del gobierno español hacia Marruecos y la OTAN, convierte este fenómeno migratorio en la excusa que genera todo un proceso de contradicciones agudas en la sociedad canaria y que coloca a ésta en un auténtico polvorín social; el pueblo canario está objetivamente confrontado a los intereses imperialistas, que sitúan a Canarias como elemento débil y subsidiario en el tablero geoestratégico de la zona. Esto hace necesario la articulación de una organización amplia y profunda del pueblo trabajador para revertir esta situación en función de unos elementos que se colocan como imprescindibles en esta etapa política; la solidaridad internacionalista con los migrantes africanos, la lucha por un Estatuto de Soberanía para Canarias, la desmilitarización de las islas y el rechazo a la OTAN. Canarias tiene que convertirse en un sujeto político que obligue al Estado español a activar una política realmente soberana con respecto a los intereses nacionales de Canarias. Y eso sólo lo puede realizar un bloque popular cohesionado y unido en torno a las necesidades de construcción de Canarias como sujeto político soberano y autodeterminante. Le corresponde, por tanto, al Partido Comunista jugar ese papel de impulsor, dinamizador y concienciador de este necesario proceso de autoorganización y poder popular.

Alexis Dorta

uyl_logo40a.png