María de los Ángeles Cano Márquez (Medellín, 1887 - abril 26 de 1967), La Flor del Trabajo.
Dirigió la lucha por los derechos civiles fundamentales de la población y por los derechos de los trabajadores asalariados; encabezó la convocatoria y agitación de las huelgas obreras, colaboró en la difusión de las ideas socialistas y participó en forma decisiva en la fundación del Partido Socialista Revolucionario.
María se vinculó al movimiento literario a principios de los años veinte. Entre 1921 y 1923 publicó escritos en la revista Cyrano, con el seudónimo de Helena Castillo y con su propio nombre. Luego, en El Correo Liberal, junto con María Eastman y Fita Uribe, propició concursos de literatura y poesía femeninas. En enero de 1924, con el título "Los forzados", publicó una protesta contra la educación militar que se impartía a los jóvenes reclutados. Publicó el libro Horizontes.
El 1 de mayo de 1925 fue proclamada por obreros, artesanos, contratistas y maestros de obra, Flor del Trabajo. Como tal, con una "junta asesora", analizó las condiciones laborales de fábricas y trilladoras, las quejas presentadas por trabajadores acerca de su situación y las comunicaciones enviadas a los empresarios y a las autoridades acerca de problemas que afectaban a la población trabajadora; fomentó "la unión del obrerismo" a través de conferencias y ayudó a reorganizar el periódico El Rebelde y a recolectar fondos de solidaridad.
Inició su activismo político y sindical directo en las minas de Segovia y Remedios, y a partir de ahí recorrió prácticamente todo el país defendiendo los derechos de la clase trabajadora y los de las mujeres. Con motivo del traslado a la cárcel de Medellín de un grupo de obreros de la Tropical Oil Company, presos desde hacía ocho meses por la huelga de Barrancabermeja, María Cano pronunció una oración pública dirigida al juez de la causa.
Junto con el ex presidente de la República Carlos E. Restrepo, llevó la palabra en una multitudinaria movilización contra la pena de muerte y en defensa de las libertades públicas; allí, con su aguerrida intervención, María Cano irrumpió ante la opinión pública nacional.