El pasado 8 de Febrero, fallecía en La Habana nuestra camarada Isabel.

Su vida por tres continentes,  ha constituido un importante aporte a la historia de nuestro pueblo,  acogiendo tres etapas que marcaron acontecimientos necesarios para recuperar la memoria y el legado de militantes comunistas.

Con un año de edad, en 1924, partió para la Patagonia (Argentina), formó parte de la inmigración que esos años buscaba una vida menos dura. 

Nueve años después regresaría toda la familia a su lugar de origen, en Roces (Asturias).

Isabel recordaba la anécdota de su padre, cuando,  con una recomendación fué a buscar trabajo a la finca del conde de Canga, trabajo que tuvo que rechazar porque un requisito imprescindible era inscribirse en Falange Española, corría el año 1934 y había estallado la Revolución de Asturias.

El 22 de Septiembre de 1937 Isabel embarcaba, como una niña de la guerra,  junto a su hermana, rumbo a  Burdeos, en la travesía hubo que cambiar el rumbo, ya que los fascistas tenían previsto hundir el barco en alta mar, con  1.200 niños/as junto a profesores. En un buque soviético llega a la URSS en 1937. Pushkin fue su destino, los soviéticos/as que se hicieron cargo de los niños/as los trataban como hijos/as, ese recuerdo siempre acompañó a Isabel. 

Allí la sorprendió el cerco de Leningrado,  900 días, en los que defendió con trabajos de enfermería,  a la patria que la había acogido como a una hija. Leningrado resistió el ataque fascista de 700.000 soldados, 1.500 tanques, 1.200 aviones, en los últimos meses en una situación que sorprendía al mismo enemigo, sin luz, sin agua, sin alimentos.

El lago Ládoga era la única vía para el paso de suministro a Leningrado, a finales de año se congeló y se abrió el llamado “Camino de La Vida”.

El Soviet Supremo de la URSS condecoró a Isabel con la medalla por la defensa de Leningrado. 

Ante la llamada de solidaridad a la URSS del gobierno revolucionario de Cuba, Isabel llegó a La Habana para trabajar de traductora ruso-español.

A partir de 1964, la vida de Isabel se unió a la del camarada Moncho,  militantes comunistas con experiencias diferentes, pero unidos por su ideología, su fortaleza en la construcción del partido comunista.

El camarada Moncho, guerrillero hasta la última etapa en España junto a Marita, guerrillera, compañera  y madre de su hija, había sido localizado por el fascismo en París,  su compañera Marita quedaba enterrada en París, donde no sobrevivió a un cáncer. 

Moncho llegaba a Cuba desde Francia, con su hija Lina. 

Isabel y Moncho resistieron a las derivaciones ideológicas eurocomunistas del PCE,  su firmeza  les llevó a militar en el PCPE desde su inicio.

La riqueza humana de dos vidas cómo la de los camaradas Moncho e Isabel han sido un aporte extraordinario a la construcción del PCPE, también han formado una familia de militantes comunistas, su hija y sus nietos son fieles defensores de la revolución cubana.

Teresa Pantoja

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