El 14 de noviembre de 1975 con el dictador Franco agonizando, el gobierno del Estado Español contraviniendo la Resolución de la ONU que le conminaba a llevar a cabo la descolonización del Sáhara Occidental y garantizar la independencia de dicha colonia, firma el llamado Acuerdo de Madrid.

Mediante este acuerdo España violando dicha resolución y traicionando al pueblo saharaui, hace entrega a Marruecos y Mauritania del Sáhara repartiéndose ambos países el territorio.

Hay que resaltar que en la negociación de dicho acto de traición, formaba parte de la delegación española el entonces príncipe Juan Carlos , vinculado por lazos de amistad con el monarca marroquí Hassan II, padre del actual rey de Marruecos Mohamed VI.

Aquel acto de vileza y traición del gobierno español de la época en los estertores finales del franquismo no tiene precedentes en los anales de la historia de la descolonización.

Tras la invasión de Marruecos, el pueblo saharaui huyó masivamente de las ciudades al interior del desierto ante el régimen de terror establecido por el ejercito de ocupación marroquí mientras el Frente Polisario brazo armado de la RASD (República Arabe Saharaui Democrática ) hacía frente a las tropas de ocupación estallando un conflicto armado entre la resistencia saharaui y los ejércitos ocupantes de Marruecos y Mauritania.

Las sucesivas derrotas de las tropas mauritanas ante el Frente Polisario que llego incluso a atacar en varias ocasiones en acciones audaces la capital de este país Nuakchot obligaron a Mauritania a firmar la paz en agosto de 1979 y evacuar la parte del territorio del Sahara que ocupaba, tal situación fue aprovechada por Marruecos para hacerse también con esta porción del territorio saharaui.

El ejército marroquí impotente para derrotar la resistencia armada del pueblo saharaui recurrió a los métodos mas brutales y despiadados de represión: detenciones masivas, asesinatos, torturas, desapariciones y un largo etc. que se haría muy prolongado enumerar, llegando en su impotencia a construir un muro a lo largo de todo el territorio que separaba el conocido como Sahara útil que albergaba las ciudades más importantes, del extenso desierto bajo control del Polisario y donde se hallaban los campamentos de refugiados que albergaba al grueso de la población que había huido del terror marroquí.

Hay que destacar que Marruecos ha contado a lo largo del conflicto con el apoyo del imperialismo Norteamericano y otros países de Occidente sobretodo Francia, país con múltiples intereses en la zona y principal proveedor de armas al ejército marroquí.

Finalmente en la primavera de 1988 bajo los auspicios de la ONU que hasta entonces había mantenido una actitud pusilánime, se inicia un proceso de negociaciones que se prolongará a lo largo de los años siguientes, culminando con un acuerdo de Alto el Fuego el 6 de septiembre de 1991. El acuerdo establecía la condición de la celebración de un referéndum sobre la autodeterminación.

Marruecos mantendrá una actitud hostil torpedeando la celebración del citado referéndum que nunca llegará a celebrarse. La situación se ira deteriorando progresivamente mientras Marruecos no cesa en la represión del pueblo saharaui, produciéndose múltiples actos de violencia contra este pueblo a la par que los saharaui protagonizan innumerables levantamientos populares brutalmente reprimidos.

El incumplimiento de los acuerdos de Alto el Fuego entre ellos la no celebración del referéndum conducen a una situación insostenible que culmina a finales del 2020 con la ruptura del citado Alto el Fuego y la reanudación de las hostilidades.

Tras el reinicio del conflicto armado la represión y brutalidad del ejercito ocupante ha alcanzado límites insospechados con el silencio cómplice de la comunidad internacional y la inhibición de la ONU.

Hoy mas que nunca el pueblo saharaui precisa del apoyo y solidaridad de todos los democratas y personas progresistas y sobre todo de los pueblos del Estado español que no pueden eludir la responsabilidad histórica de una descolonización nunca cumplida.

Hay que dejar constancia que los acuerdos de Madrid y la ocupación posterior del Sahara por Marruecos, desde el punto de vista de las normas que rigen el derecho internacional es ilegal y España aun sigue siendo la potencia colonial.

Juan Manuel Hernández Legazcue

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