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¡¡Órsay, órsay!! ¡Por expresar la intervención del Gran Capital con una metáfora futbolística si estuviésemos jugando un partido! La clase obrera protesta constantemente las decisiones injustas que los árbitros (los jueces) de turno sancionan a favor del equipo contrario, la oligarquía. En esta situación de la lucha de clases, las trabajadoras y los trabajadores juegan siempre “el partido contra doce” (y ahora con el VAR manipulando las jugadas, por seguir utilizando metáforas).

La desesperación de la oligarquía por obtener la plusvalía que necesita para recuperar la tasa de ganancia, provocó hace tiempo que el mundo del fútbol se viese intervenido a través del desembarco en los clubs de acérrimos seguidores de los equipos de la Primera División, que venían a “ayudar” a la gestión y mantenimiento de sus “equipos de toda la vida”. Eran tiempos complicados, y “honorables hombres” que habían obtenido pingües beneficios con sus negocios especulativos del ladrillo, venían a salvar de su desaparición segura a los clubs históricos de cada localidad (Núñez en el Barcelona, Gil en el Atlético de Madrid, Florentino Pérez en el Madrid; por poner los ejemplos más sonados). El fútbol, un deporte de masas en España, volvía a ser un catalizador económico, financiero y también social para el bloque dominante del régimen monárquico -burgués: ¡Espectáculo, distracción, pasión, populismo, beneficios, promoción y alienación! Todo lo que toca la burguesía perteneciente al pueblo, lo corrompe.

Como en el subtítulo del libro póstumo de Josep Fontana - “Cómo empezó este engaño” – el capitalismo y su democracia burguesa han utilizado un deporte popular en una fuente inagotable de concentración del capital, donde – cómo no – la intervención del sector financiero está detrás de estos populares personajes.

En un paso adelante, los capitales de distinta procedencia penetraron encubierta o directamente en distintos clubs de las ligas más destacadas del continente europeo. Los regímenes árabes lideraron hace tiempo su intervención, realizándola con distintos instrumentos. Sus “petrodólares” servían para financiar la construcción de nuevos estadios que, curiosamente, cambiaban su legendaria nominación y pasaban a utilizar sus nombres de procedencia (Emirates Stadium), o se mostraban publicitariamente en las camisetas (Qatar Foundation) o se convertían en presidentes de ambiciosos proyectos deportivos (Nasser Al-Khelaifi en el Paris Saint Germain; Mansour bin Zayed en el Mánchester City;). Otros orígenes no eran exclusivamente árabes, como, por ejemplo, la multinacional rusa Gazprom que lanza sus tentáculos a distintos destinos, siendo socio mayoritario del Schalke 04 alemán, o de Maximino Michel Suberville, millonario americano que ha situado a Tom Werner en la presidencia del histórico y laureado Liverpool, o el grupo Lindsell Train Limited y el BAMCO Inc, que juntos detentan el 60% de las acciones del Manchester United.

Los socios de los clubs han sido expropiados de sus pertenencias, ¡les han robado!, han llegado los “salvavidas” y les han condenado a ser los parias de lo que antes eran los “dueños”, los propietarios. Se repite constantemente el guión de la película “Luna de Avellaneda” donde se narra cómo un club de barrio es vendido, con todo su patrimonio de instalaciones, a un postor especulativo que se aprovecha de la deuda que ha ido contrayendo; se materializa así en un club popular, el proceso de expolio de la oligarquía a la clase obrera.

Dada la situación de negocio que ofrece el fútbol tal y como hemos descrito en esta rápida radiografía, de la intervención y apropiación comentada, se ha derivado al papel estelar que adquieren los fondos de inversión en el panorama futbolístico. José Luis Lanao, exjugador del Club Atlético Vélez Sarsfield de Argentina, ha buceado recientemente en esta intervención financiera a partir de la práctica que el neoliberalismo ha impuesto en el terreno fiscal con los “fondos buitre”. Lanao describe cómo se opera cuando se ha contraído una deuda por un producto adquirido que no se ha saldado. La deuda es comprada por un “fondo buitre” que interviene desde un paraíso fiscal, reclamando el pago de la deuda por el valor considerado por el “carroñero” fondo”.

El impago de este reclamo es denunciado en instancias judiciales que fallan (¡nunca mejor dicho!) a favor del demandante. Casos de este tipo se producen permanentemente, con lo que los “piratas” legalizan su robo. Los casos de la compra de inmuebles en España por estos grupos terroristas, están generando los desahucios de personas mayores que son sometidas al “abuso del mercado”, como algún alma cándida puede considerar.

Pero estos operadores de los intereses del Gran Capital, han puesto sus ojos en el fútbol.  

“José Luis Lanao – Club Atlético Vélez Sarsfield

La realidad siempre es más compleja que los papeles que la explican. Detrás de tanto ruido y polvareda se edifican los lenguajes que excluyen, los lenguajes que simplifican, los lenguajes de la conspiración. Todo lo cotidiano se ha vuelto inaugural, y a veces es bueno que una catástrofe nos despierte del letargo: si nos despierta. “Mi secretaria paga más impuestos que yo, hay algo en el sistema que no funciona”, declaraba hace unos años Warrent Buffet, el cuarto hombre más rico del planeta, según Forbes. La ya célebre Debbie Bosanek pagaba al fisco de su país un 34% de sus ganancias, el “Oráculo de Omaha”, con una fortuna estimada en 62.000 millones de dólares, tan solo el 14%. Hace tiempo que el neoliberalismo viene haciéndose rico y el mundo concediéndole el deseo. Se acostó sobre el primer millón, y terminó acostándose sobre todos. La redención es inútil, no se reencarnan los ricos, se reencarna su dinero: por lo general en los paraísos fiscales. Las Islas Vírgenes británicas son expertas en rentabilizar cambios de realidad a golpe de talonario y evasiones de capital, es parte de su espíritu insular de pirata con parche en el ojo y dos balas de cañón atadas al tobillo. Hace unos años, la sociedad Donegal Internacional, domiciliada en las islas, adquirió por 3,3 millones de dólares una deuda que Zambia había contraído con Rumania por la compra de unos tractores. El señor Michael Sheenan, presidente del “trust” Debt Advisory Internacional, abogado y asesor del Fondo Monetario Internacional, reclamó al país africano 55 millones de dólares por renunciar a ejecutar la deuda contraída por el país africano. La Corte Suprema de Londres obligó a Zambia a pagarle 40 millones de dólares, es decir casi todo el principal más los intereses. Como diría el actual preso, ex presidente del FMI, el español Rodrigo Rato: “Es el mercado, amigo”.

El miedo es un arma peligrosa, solo el hambre lo supera: entre el miedo y el hambre se amasa el dinero, el “gran” dinero, el dinero negro y el blanco. Los fondos de cobertura de alto riesgo especializados en la compra de fondos soberanos de países en default han decidido diversificar su indecencia financiera. Los fondos “buitres” sobrevuelan el universo del fútbol internacional: el “trust” que denunció a Zambia por impago, Debt Advisory Internacional, ha desplegado una garra sobre las finanzas del Liverpool Football Club. La web inglesa Pro-Football Reference.com, lo filtró y la noticia fue recogida por el medio británico The Guardian, que estima el posible acuerdo en una cuota de participación del 20% por parte del fondo “buitre”.

El club inglés esquivó la suspensión de pagos el 15 de octubre de 2010 de la mano de New England Sports Ventures, más tarde llamado Fenway Sports Group (FSG), de John W. Henry, dueño del equipo de béisbol Boston Red Sox. El multimillonario inversor desembolsó 300 millones de libras esterlinas. Los fondos de capital riesgo han olido la pieza del fútbol internacional. El Mafre AM Behavioral Fund ya cuenta con el 5% del Ajax, y el 4,5% del Olimpique de Lyon, generando esta temporada excelentes plusvalías con la venta de De Jong y De Ligt al Barcelona. El texano Dan Friedkin, CEO de Gulf States Toyota Distributors, deslizó 800 millones de dólares en la Roma a través del fondo ATT management perteneciente al Grupo Friedkin. El magnate californiano Egon Durban, CEO de Silver Lake, se hizo con el 10% del City Football Group, dueño del Manchester City de Guardiola, junto al fondo MSK Fidelity. El CVC Capital Partens, filial europea de Citicorp capital riesgo, muy cercano a la FIFA y a Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, aparece en todas las quinielas para quedarse con una parte de la tarta del club “merengue”. Luis García, gestor del Mafre AM Behavioral Fund, manifestó que en cinco años ya se podrá ver un equipo español cotizando en bolsa.

El fútbol que recordamos ha desaparecido. Los fondos “buitres” ya están aquí. Mientras agitamos el árbol unos pocos se van comiendo las nueces. Las emociones nos definen: una reposera, la sombra de un limonero, un buen libro, una copa con los amigos, y el fútbol del domingo, vagabundo y pordiosero, que ya “fue”. Argentina resiste; en Europa el corazón está en otro sitio, languidece: lo van troceando, comprando y vendiendo, como trocitos de nostalgia. “Estoy saciado de tanto espanto”, decía Macbeth: y nadie responde. ¿No seremos nosotros el virus de este planeta?”

Víctor Lucas

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