Nuevamente la comedia de las elecciones en EEUU ha mostrado la verdadera faz de la primera potencia imperialista del planeta. Lo acontecido en esta “novela por entregas” ya lo conocíamos; son un plagio de otros de su misma especie que llegaron a configurar un país a través de la ambición, del individualismo, del consumismo, de la utilización de la fuerza, del militarismo, de las guerras, de la especulación, de la corrupción, del asesinato, de la imposición, de la ocupación, de la mentira, del oportunismo miserable, de la amenaza a la divergencia, del racismo, de la homofobia, del machismo, de la xenofobia, es decir, de una sociedad putrefacta en sus raíces y violenta desde sus orígenes que ha generado muerte, hambre, miseria, desnutrición, destrucciones, migraciones, discriminación, sufrimientos… etc, a su propia población y a los pueblos del planeta, más allá de la propaganda oficial burguesa. En resumidas cuentas, hemos asistido a otra manifestación elocuente de la descomposición y degeneración del capitalismo, sumido en crisis general.

Por tanto, el Comité Ejecutivo del PCPE DECLARA que:

  • Las recientes elecciones de EEUU celebradas en el marco de la crisis general del capitalismo que ya se expresó en el 2007/2008, y que ha estado siendo ocultado macroeconómicamente con un crecimiento económico obtenido con más explotación, precarización, disminución notable de los salarios y pérdida de derechos de las/los trabajadores, convirtiéndose de hecho en la penúltima expresión de la decadencia de un sistema que nada puede ofrecer a la humanidad salvo miseria y sufrimiento, teniendo cada vez mayores dificultades para mantener el falso consenso social en el que fragua su legitimidad.
  • Las elecciones de EEUU han ocupado a sus voceros (los medios de comunicación y propaganda) en un circo mediático con el que, “predicando” las “libertades” de la democracia burguesa, tratan de mantenerlo y legitimarlo, con una presunta confrontación derecha/izquierda, inexistente entre los dos candidatos que representan intereses oligárquicos.
  • Todas las elecciones en este país están basadas en las millonarias donaciones de las grandes corporaciones multinacionales que, con sus “ayudas”, van fijando las posiciones de todos los candidatos que concurren bajo las organizaciones del sistema.
  • El Partido Republicano y el Partido Demócrata sólo representan los intereses del gran capital. No son, por tanto, organizaciones antitéticas, sino que conforman el eje del bloque de poder norteamericano.
  • Uno y otro candidato expresan sólo tendencias políticas del proteccionismo o el liberalismo, derivadas de la coyuntura en la que se mueven las relaciones financieras, económicas y comerciales en el mundo y sobre la base de determinados sectores de la producción nacional. Ambos, pues, se mueven dentro de la lógica del capitalismo, y las diferencias devienen de los sectores oligárquicos, a los que beneficiará la administración del vencedor.
  • El “trumpismo”, ha sido la manifestación de un personaje que ha representado su papel extravagante en una clásica película hollywoodiana que asigna roles maniqueos estéticos en guiones donde la clase obrera está ausente del protagonismo que le corresponde, no siendo ninguna anécdota o error del sistema, sino más bien una expresión del mismo. En este contexto, cuando la “fachada democrática” no les sea útil o suficiente para sus intereses, pueden recurrir a otras expresiones políticas, incluido el fascismo.
  • Con el triunfo del candidato demócrata, los pueblos del mundo no tienen garantizada la paz y el respeto a su soberanía e independencia. Históricamente, los presidentes elegidos a través del Partido Demócrata han mantenido una política de intervención, amenazas y guerras. Ya incluso, el presunto nuevo inquilino de la Casa Blanca, ha manifestado que “independientemente de su procedencia, actuará como presidente de los EEUU, en defensa de los “intereses generales”, es decir, ¡de los intereses del gran capital!
  • Por tanto, no se espera ningún movimiento positivo para eliminar el Bloqueo contra Cuba, contra la República Popular Democrática de Corea, o contra la República Bolivariana de Venezuela, entre otros. De la misma forma que, con seguridad, mantendrá incautados ilegalmente los fondos pertenecientes a la República Bolivariana de Venezuela, y hasta impulsará golpes de estado contra los gobiernos que no se someten a sus dictados, a modo y manera del golpe perpetrado en Bolivia.
  • Tampoco se espera que el nuevo presidente aborde la reducción de armamentos, la lucha por la Paz, el desmantelamiento de las bases militares, el respeto al Derecho Internacional y a sus resoluciones. El pueblo palestino deberá continuar con su lucha contra la entidad sionista de Israel; el pueblo saharaui será también ignorado en su justa causa de referéndum de autodeterminación; el pueblo portorriqueño será menospreciado en su legítima reivindicación de independencia…, etc.
  • La pandemia del imperialismo, con los norteamericanos a la cabeza, se expande en el plano ideológico y cultural en las sociedades capitalistas, principalmente en sus aliados de la OTAN y la UE.
  • En el plano nacional, el gobierno de la coalición socialdemócrata PSOE/Unidas Podemos de Pedro Sánchez ha declarado su respeto y reconocimiento a unas elecciones que tiene formatos y patrones decimonónicos reñidos con las posibilidades que facilita el desarrollo informático y tecnológico. Nada hace pensar que el gobierno encabezado por Pedro Sánchez vaya a poner sobre la mesa el mantenimiento de las bases yanquis en el estado español, bases que son estratégicas para el desarrollo de la política imperialista estadounidense sobre el continente africano y Oriente Medio.
  • En este sentido, el gobierno de Pedro Sánchez mantiene su mutismo con respecto al reconocimiento de las elecciones a la Asamblea Nacional que se van a celebrar en Venezuela el próximo 6 de diciembre, pero que, en la práctica, fija de hecho su posición al recibir públicamente a Leopoldo López, fascista, golpista y sentenciado por 23 asesinatos cometidos en las guarimbas desatadas contra el pueblo bolivariano de Venezuela.
  • En el plano del polo imperialista europeo que representa la UE, las instituciones y organismos de la misma se pliegan a los intereses del gran capital, más allá de las propias contradicciones que se puedan dar entre los distintos sectores oligárquicos nacionales.
  • En este vetusto ambiente dominado por el gran capital financiero, urge levantar el Frente Mundial Antiimperialista que tenga un amplio respaldo popular, antifascista, antirracista, y que organice, primero la resistencia y después el avance a una sociedad justa que abola el uso de la fuerza y la represión.

El PCPE entiende que la solución es el Socialismo, opuesto a la Barbarie del capital en su fase imperialista que, ejerciendo un mayor grado de violencia por su senilidad y agotamiento, no puede ofrecer mejores respuestas a las mayorías trabajadoras de todos los pueblos del mundo, incluido el propio pueblo norteamericano; el nuevo presidente norteamericano, evidentemente, tampoco.

Comité Ejecutivo, PCPE

Madrid, 8 de noviembre de 2020