Las trágicas consecuencias de la catástrofe que ha devastado Filipinas y en particular las zonas y barriadas pobres y populares contrastan con el escaso o nulo número de muertes que en países como Cuba han originado fenómenos meteorológicos de gran envergadura.

Las catástrofes naturales se ceban particularmente en la clase obrera y la población pobre, y los responsables son aquellos que se lucran de la  indigencia, de las condiciones miserables de habitabilidad de las viviendas obreras y populares, las infraestructuras ruinosas, y las nulas condiciones de seguridad existentes en la producción particularmente extractiva.? Responsabilizamos pues al gobierno y a la oligarquía filipina de la tragedia, de los miles de muertos y desaparecidos, y señalamos que las ofertas de "ayuda humanitaria" por parte de ?los estados y organismos imperialistas no tiene otro objeto que extraer más?beneficios a costa de la desgracia del pueblo filipino y su clase obrera.

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