Por proletariado se entiende: la clase trabajadora asalariada moderna que, sin poseer medios de producción propios, depende de la venta de su fuerza de trabajo para poder vivir.

En esta categoría de productores sin propiedad sobre los medios de producción están jornaleros/as o peones agrícolas, personas que trabajan a cambio de un jornal por horas o día de trabajo desempeñado.

Hoy una nueva-vieja corriente revisionista que vuelve a ocupar las portadas de la prensa mal llamada progresista y con doble intención en ocasiones revolucionaria. Esta corriente de opinión política pretende situar el análisis y por consecuencia la posición teórica en la negación de la existencia del proletariado agrícola, caracterizando el papel de este, de esclavo ante los medios de producción y su relación de propiedad. Definamos; un esclavo es un individuo que ha sido comprado por el patrón por el cual solo pagó una vez y que mantendrá de alimento y cama hasta que le sea útil. El proletariado es un individuo que libremente vende su fuerza de trabajo (no su trabajo, ni a sí mismo), al mejor postor capitalista que hará uso de la fuerza de trabajo de este hasta agotar lo pactado entre productor y explotador, de este contrato entre partes el capitalista se apropia de la plusvalía producida por dicho proletariado, lo que se enmascara como beneficios legítimos.

El capitalista pondrá todo su empeño en conseguir que las condiciones del contrato entre las partes le sean lo más favorables posible, menor salario; aumentará los ritmos de trabajo hasta el límite del agotamiento y vida del productor, no cumplirá si las hay, con las obligaciones legislativas en materia laboral, no dudará en abandonar a su suerte a las jornaleras y jornaleros contratados si aparece una dificultad o situación extraña.

Los asalariados fabriles o campesinos no viven en un estadio político-jurídico de esclavismo, viven en la fase superior del capitalismo: el imperialismo. En el cual, las condiciones de desarrollo de las fuerzas productivas están manifiéstamente en contradicción con la propiedad de est

La muerte de un jornalero recogiendo sandías en los campos de Murcia, consecuencia de la sobreexplotación a la que son sometidos los jornaleros por la patronal agrícola, demuestra el carácter criminal de la burguesía, la cual no duda en someter a las condiciones laborales más extremas al conjunto del proletariado, con el objetivo de mantener o aumentar su tasa de beneficios. Este acto criminal de un patrón, que no dudó en dejar tirado en una acera a un obrero al que había sometido a condiciones de trabajo sobrehumanas, se puede afirmar rotundamente que no es un hecho aislado, si puede que en la forma, pero no en su génesis, en la economía capitalista del estado opresor de España en el año 2019 murieron 621 asalariados/as y 74 autónomos/as, un total de 695 mujeres y hombres a los que se les considera una estadística fría por parte de la burguesía y sus necesarios colaboradores.

Cada vez que se da un caso como el que ha sucedido en Lorca- Murcia con la muerte del obrero Eleazar Blandón, son muchos los sujetos políticos y sociales que aparecen vociferando, clamando al divino estado redentor justicia, pero una vez el cadáver del obrero ya no es noticia estos vuelven a su espacio de confort en el que las condiciones de vida jornaleros y asalariadas les son indiferentes. Estos adoradores del estado como ente superior y divino olvidan o tergiversan como hicieran los Kautsky y cia. el papel del estado, Lenin nos orienta ante la posición revisionista-oportunista de estos.

-“Teóricamente”, no se niega ni que el Estado sea el órgano de dominación de clase, ni que las contradicciones de clase sean irreconciliables. Pero se pasa por alto o se oculta lo siguiente: si el Estado es un producto del carácter irreconciliable de las contradicciones de clase, si es una fuerza que está por encima de la sociedad y que “se divorcia más y más de la sociedad”, resulta claro que la liberación de la clase oprimida es imposible, no sólo sin una revolución violenta, sino también sin la destrucción del aparato del poder estatal que ha sido creado por la clase dominante y en el que toma cuerpo aquel “divorcio”. -

En el estado capitalista español las condiciones contractuales de cientos de miles de obreras y obreros son fraudulentas, en muchos casos y principalmente en el sector agrícola la mayoría de quien desempeña el trabajo de producción lo hace en absoluto fraude contractual, éstos son empleados por la patronal sin ningunas garantías ni contrato legal, desempeñan su labor sin sujeción alguna a convenio o ley laboral. Y ante esta realidad objetiva de fácil demostración, ¿qué hacen los gobiernos de turno? En el mejor de los casos amenazan con enviar a las inspecciones de trabajo, en la práctica, legislan para favorecer que la patronal pueda mantener a millones de obreras y obreros en las condiciones mencionadas agravadas estas en el caso de jornaleras y jornaleros migrantes como Eleazar Blandón, que debido a las leyes de extranjería de este estado opresor, son situados en manifiesta indefensión social y laboral.

¿Podemos esperar que esta situación de explotación y opresión cambie en el capitalismo?

En el capitalismo el proletariado y capas asalariadas solo pueden esperar el agravamiento de su situación, que, por la crisis estructural y superestructural del sistema, en la que la oligarquía ve, como consecuencia de su modo de producción, que sus ganancias decaen estrepitosamente, obligando a esta a destruir millones de fuerzas productivas, enviándolas al paro y la miseria.

Hoy podemos afirmar que el ciclo de desarrollo del capitalismo ha tocado su fin, el capital ya no encuentra salida a sus crisis, e incapaz de resituar sus ¨dineros¨ creando nuevas fuerzas productivas que le generen suficiente plusvalía para mantener su modelo económico y político, intenta con extrema violencia que ésta situación la pague la clase obrera y capas populares.

Es en el sector primario, agrícola, consecuencia de una menor organización de clase, poca sindicalización y menor participación política a través de partidos revolucionarios, donde este grado de explotación y opresión está más acentuada. Las jornaleras y jornaleros necesitan organizarse en sindicatos de clase y en el Partido Comunista de los Pueblos de España. Es a través de un mayor grado de organización, como el proletariado agrícola podrá situarse con toda independencia de clase, unidos al proletariado fabril y sectores asalariados en situación de confrontación con el capitalista, confrontación de clases, que dirigida por el Partido de la clase obrera, el PCPE, y organizaciones revolucionarias, hará posible que el conjunto de la clase obrera tome el poder político, derrotando con este al capitalismo e iniciando la construcción del estado socialista.

Juan J. Sánchez

 

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