El pasado día 9 de noviembre fallecía en La Habana -después de una vida dedicada a la revolución- el camarada Raúl Valdés Vivó. Sin lugar a dudas uno de los puntales fundamentales del pensamiento revolucionario en la Cuba de Fidel.

Raúl Valdés había nacido en Cuba en el año 1929, y desde muy joven se incorporó a la lucha revolucionaria, asumiendo siempre puestos de primera fila, y sin temor a las represalias que una y otra vez se lanzaron contra él. Estuvo preso varias veces durante su etapa de estudiante a consecuencia de su incesante actividad política.

Como tantos miembros de su generación, inició su militancia revolucionaria en las Juventudes Socialistas, para más tarde incorporarse al Partido Comunista de Cuba, participando en los sucesivos Congresos del PCC con aportaciones siempre significativas.

Raúl Valdés jugó un papel decisivo en Vietnam, asumiendo la representación del gobierno revolucionario y jugando un papel de primera importancia en el apoyo al proceso histórico que estaba en marcha en esos años, hasta la derrota y expulsión del imperialismo. Si Valdés Vivó instaló la Embajada de Cuba en Vietnam, en plena selva, para cumplir con su tarea, hay que decir que ese espíritu de responsabilidad revolucionaria marcó toda su vida, y que sólo necesitó de austeros recursos materiales para mantener la defensa de sus convicciones en su práctica revolucionaria.

Su etapa de madurez la vivió -durante veinte años- al frente de la Escuela de formación del Comité Central del PCC “Ñico López”, donde desarrolló una muy importante tarea en la formación de los cuadros fundamentales de la revolución cubana.

Investigador incansable del desarrollo de la realidad de la lucha de clases internacional, analista de los distintos procesos sociales actuales, teniendo como herramientas los principios fundamentales del materialismo histórico, herramientas que conocía a la perfección y que utilizaba con una práctica guiada por la dialéctica más rigurosa. Nunca las argucias del sistema capitalista, en sus constantes maniobras de diversionismo ideológico, hicieron la menor mella en sus convicciones. Fue siempre un marxista-leninista consecuente, riguroso y brillante. Su inagotable capacidad conversadora le llevaba a participar en los debates con una posición abierta, de escucha de los argumentos contrarios y de contraargumentación apasionada pero siempre rigurosa.

En sus últimos años elaboró dos manuales para la Escuela Ñico López, en los que -con las herramientas del marxismo-leninismo- analizó el desarrollo del imperialismo de final del siglo XX y principios del XXI, bajo el título de “Especulación financiera contra economía real”. Materiales de fácil lectura y de profundo análisis, con una muy acertada orientación pedagógica. Raúl Valdés nunca escribió desde una superioridad distante, sino desde la cercanía del militante que trabaja para socializar sus conocimientos y transmitirlos a la nueva generación revolucionaria que está en fase de aprendizaje.

Su caracterización de la actual crisis capitalista fue premonitoria y de una lucidez extrema; como “crisis sin salida” caracterizó a esta situación, cuestión esta que determina la táctica y la estrategia del movimiento revolucionario hoy. El conocimiento y el estudio de la obra de Valdés Vivó, para la lucha revolucionaria en la actual situación, es un recurso de la mayor utilidad. Sus enseñanzas tendrán un largo período de vigencia para quienes, en el partido de vanguardia, seguimos en la brecha que él nos ayudó a abrir desde la selva de Vietnam y desde la Dirección de la Ñico López.

Una suerte haberlo conocido, y haber compartido con él algunas ocasiones.

Carmelo Suárez

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