Prestan un servicio esencial, son mayoritariamente mujeres y desde el inicio del estado de alarma han estado en primera línea de exposición y sin ninguna medida de protección para su salud. Han ido saltando noticias de su situación y desprotección.
De Las Palmas de Gran Canaria donde tuvieron que llevar a la empresa adjudicataria (Clece) a los juzgados para obligarla a poner a disposición de sus trabajadores mascarillas, gel desinfectante, guantes y batas desechables en un plazo de 48 horas. Hasta Madrid, donde se hacen llamar “ las nadie” y denunciaron su desprotección, con buena parte de la plantilla contagiada y de baja, sin material ni EPIs adecuados. Se reparten el suculento mercado en esta comunidad entre Asispa, que nació en los años 80 como una asociación especializada en el sector; Clece —del grupo ACS, que preside Florentino Pérez— y Sacyr Social —antigua Valoriza, del grupo Sacyr-Vallermoso, cuyo mayor accionista es el multimillonario Demetrio Carceller, nieto del ministro de Industria franquista del mismo nombre—.
Ellas lo tienen claro “Esto es un servicio público que tiene ese presupuesto ya aprobado (...) Nos han dejado en manos de los empresarios, sin equipos preventivos ni sueldos. Hay un virus peor que el coronavirus: el capitalismo egoísta”.
Como también lo tienen claro las compañeras de la Plataforma Unitaria de Auxiliares de Ayuda a Domicilio en Gijón, cuyo vídeo de denuncia reproducimos.
Redacción UyL y Plataforma Unitaria Auxiliares Ayuda Domicilio.