Genocidio militar fascista con el apoyo de la iglesia y los terratenientes contra la clase obrera y el campesinado. Desde la propaganda fascista burguesa siempre se nos ha vendido la historia de lo ocurrido en la Segunda República y que dio origen a la guerra nacional revolucionaria, como a ellos les ha interesado, falsificando los hechos y creando mitos para tergiversar lo ocurrido, así de ese modo ocultar la verdad de los acontecimientos y poder seguir manteniendo el poder. La República con la victoria del Frente Popular en las elecciones, causo un auténtico estado de euforia y esperanza para el pueblo trabajador que veía con ello la oportunidad de mejorar sus condiciones de vida y salir de la miseria en la que históricamente les habían sumido los terratenientes con la ayuda del clero y los militares.
Sin embargo, pronto sus esperanzas quedaron diluidas con aquel golpe de estado fascista. Las clases reaccionarias que habían ostentado el poder no estaban dispuestos a perder sus privilegios en beneficio de la clase obrera, para quien la miseria y el hambre eran su día a día. Con aquel golpe de estado fascista contra la República devino una agudización extrema de la lucha de clases, algo que siempre han intentado tapar y a día de hoy aún siguen haciendo a través de su maquinaria propagandística, tergiversando la verdad de aquella guerra que los fascistas, terratenientes y el clero provocaron al ver peligrar sus intereses de clase.
Y así lo hicieron, un auténtico genocidio contra el pueblo trabajador con la ayuda de la Alemania Nazi y los fascistas italianos. Los militares fascistas españoles bombardearon y arrasaron toda ciudad y todo pueblo a su paso, dejando con ello cientos de miles de hombres, mujeres, niños, niñas y ancianos muertos sin contemplaciones de ningún tipo, un exterminio fatal por el simple hecho de ser de izquierdas o simpatizar con la República, a su paso dejaban un escenario dantesco de muertes y dolor. No conformes con ello, tras el final de la guerra, pensando que por fin se acabaría con tanto horror, vendría quizás si cabe, algo peor para la clase obrera, la posguerra. Miles de personas comenzaron a llenar las cárceles y campos de concentración, represión, tortura, hambre, enfermedades y muerte es lo que les esperaba a las víctimas del genocidio fascista, que además veían como las democracias burguesas del entorno daban la espalda a la República, dejándoles abandonados ante el terror fascista más sanguinario y despiadado, durante los siguientes cuarenta años de dictadura. Luego llegó la actual dictadura del capital, por medio de la "conciliación nacional" entre aquellos genocidas fascistas que ganaron la guerra y los cuervos que vendieron a la clase obrera, para repartirse el pastel del capital español en forma de estado monárquico burgués, con todas las instituciones y aparatos de represión intactos, sin depuraciones y con el parásito de Juan Carlos I a la cabeza, dejando de nuevo a la clase obrera vendida, explotada y oprimida a merced del capital.
Por ello cuando desde el PCPE reivindicamos una república socialista de carácter confederal debemos de dejar claro que no se trata solo de no tener una monarquía corrupta y parasitaria, ni tampoco queremos una república burguesa que siga perpetuando sus intereses de clase, si no la oportunidad de poder crear una sociedad donde todas y todos tengamos por igual los mismos derechos y oportunidades, con la clase obrera organizada en el poder, libre de la explotación y la opresión capitalista. La única alternativa que tiene la clase obrera para ello es luchar por el socialismo y el comunismo, crear una República socialista de carácter confederal donde todos los pueblos de España puedan decidir libremente respetando su identidad, sin la opresión del yugo capitalista.
Dani Torres