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DESTACADO
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Atletismo. Una cuestión de estado
En las sociedades capitalistas la práctica del deporte tiene relación directa con la clase social. La edad, el sexo y los ingresos son determinantes. El tiempo y dinero resultan imprescindibles y la clase trabajadora no anda precisamente sobrante de ninguno de ellos.
Las cada vez más horas diarias que pese a los supuestos controles horarios hay que dedicarle a todo tipo de trabajo, cada vez más precarios y, la concatenación de ellos incluso en una misma jornada, para poder sobrevivir , suponen un agotamiento físico que imposibilitan que ni concebido como parte del ocio ni aun considerando el deporte como mejora de la salud esté entre las actividades de trabajadoras y trabajadores.
De un estudio realizado por La Caixa sobre “deporte, salud y calidad de vida” se desprende que hay una relación directa entre la situación laboral, el tipo de ocupación y el hacer o no deporte. De dicho estudio se concluye que la causa de no realizar ninguna actividad deportiva , incluso siendo conscientes de los beneficios de la misma, es la falta de tiempo, el trabajo y las cargas familiares (un 52% de quienes no lo realizan lo motivan por dichas causas). Aun disponiendo hipotéticamente de tiempo, las actividades deportivas requieren de instalaciones y dotaciones así como de equipamiento que tampoco nos podemos permitir.
Hay que pagar por todo y cuando incluso trabajando se está en el umbral de la pobreza, no es posible elegir entre cubrir las necesidades básicas de la vida y pagar por usar instalaciones deportivas. No hay elección. Por eso no es extraño que en ese mismo estudio el 70 % de las personas que no practican deporte tienen un nivel de ingresos por debajo de los 1000 €, ese porcentaje baja al 50 % entre quienes ganan más de esa cantidad y 4 de cada 10 son cuadros medios o altos. La práctica del deporte concebido como salud está sujeta a condicionantes de clase, pero también de carácter sexista. Solo 2 de cada 10 mujeres que no tienen trabajo remunerado realizan alguna actividad deportiva.
Desde luego no parece que los recursos públicos se destinen a fomentar y facilitar de modo masivo el deporte entre la población. Nada de deporte para todos y todas. Nada de gratuidad. Nada de deporte base como servicio público que generara la cantera de deportistas de calidad de la que saldrán deportistas y atletas de record.
Los recursos públicos y la financiación, desde una concepción elitista del deporte, acaba en federaciones, asociaciones y clubes privados orientados al deporte de competición y profesional, al deporte como mercancía y del que obtener beneficios.
Si hay un deporte, fuera del futbol (seguro que alguien frunce el ceño y piensa ¡hasta cuando no hablamos de él acaba siendo nombrado!) que mueve bastante dinero y en el que podemos encontrar dos concepciones antagónicas de entenderlo y practicarlo, hablamos de atletismo.
Para hablar de atletismo como deporte de masas, practicado de modo general por la población, y a la vez de alta competición y grandes marcas, podríamos hablar de Cuba, pues evidentemente esa práctica del deporte en general y del atletismo en particular que combina ambos elementos, sólo se da en un modelo social distinto, en el socialismo. Pero con tanta machacona propaganda a cuenta del 30 aniversario de la "caída" del Muro Antifascista de Berlín, merece la pena hablar del atletismo en la RDA. Deportistas cuyas marcas siempre eran y son puestas en cuestión, sin prueba alguna, pero propagandísticamente con un uso, una y otra vez, de la acusación de lo que denominaban “doping de estado” (todavía hoy se usa con respecto a países como China o Rusia). Esa propaganda anticomunista se hace incluso en jornada de reflexión electoral (vaya, la prensa capitalista no da puntada sin hilo) y en el Telediario del sábado 9 de noviembre se anuncia que el espacio de deportes mostrará “las trampas “y el uso de sustancias no autorizadas como política de estado en más de 10.000 deportistas de la RDA. El propagandista que hace la sección de deportes es el mismo que hace pocos meses, como enviado especial en Venezuela, arremetía contra el presidente Maduro y apoyaba impúdicamente al golpista Guaidó.
Cuando finalmente llega el publireportaje anticomunista todo lo que muestran son opiniones, imágenes de un supuesto pinchazo de no se sabe quién, cuándo o dónde y, como única y exclusiva "prueba" los innegables y apabullantes éxitos del deporte, fundamentalmente natación y atletismo femeninos, de la RDA. Sitúan bajo sospecha el récord de la histórica Marita Koch en 400 metros, por el simple hecho de que fue establecido en el Mundial de Atletismo de 1985 en Canberra y todavía no ha sido batido. El mismo 6 de octubre de 1985 las alemanas occidentales de 4x100 metros establecieron el récord mundial de la prueba, tampoco ha sido batido desde entonces pero, al parecer, nadie lo cuestiona.
La difamación y descalificación si es política de los voceros capitalistas, que no toleran los triunfos del atletismo de los países socialistas, al que saben superior pues con el acceso mayoritario de la población al deporte, no solo generan mayores estándares de bienestar y salud, sino que además encuentran los talentos y prodigios que harán historia deportiva.
María Luna
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- Escrito por María Luna
- Categoría: Deportes