La crisis de poder que impera en el estado español obligó a la población a votar una vez más el pasado 10 de noviembre buscando desesperadamente el desbloqueo de esta situación.Ya conocemos los resultados, caracterizados especialmente por el auge de la ultraderecha más reaccionaria y el pacto entre la socialdemocracia (ni tan social ni tan demócrata). Y… ¿ahora qué?

La realidad es que para las y los comunistas las elecciones no son precisamente un hito como significa para los partidos políticos que juegan al capitalismo. Somos conscientes de que es una herramienta útil que no debemos dejar aparcada, pero, no cabe duda, que no cambiarán nuestra realidad. Porque lo único que puede hacer que cambie todo, que nuestras condiciones de vida mejoren, que la clase obrera no solo intente sobrevivir, sino que viva, es la organización.

La organización contra el fascismo en aumento, al servicio del capital, que derechiza a la población con un discurso populista y embustero, creando falsos enemigos y ocultando a los reales. Un fascismo que no duda en amenazar incluso nuestra integridad física. Frente a ello es necesario dotarnos de un movimiento que desde posiciones antifascistas combata la línea ideológica más reaccionaria y no se convierta única y exclusivamente en un discurso contra VOX, que al fin y al cabo no es más que un perro distinto con el mismo collar, capitalismo. Es necesario organizarnos contra las políticas racistas, machistas, xenófobas y ultranacionales que expresan a viva voz y que, por desgracia, cala cada día más dentro de la sociedad.

Desarrollar un movimiento antifascista debe ser un pilar fundamental de nuestro trabajo, un movimiento que huya de posiciones sectarias partidistas, de herramientas de lucha anticuadas y donde tengan cabida las posiciones honestas de lucha desde distintos prismas.

Es una obligación también la organización contra el imperialismo despiadado que asola el mundo. Venezuela, Bolivia, Brasil, China, Siria, Cuba, Yemen y un largo etcétera de países atacados por intereses económicos sin piedad alguna. Desestabilizan cualquier avance social por el mero hecho de conseguir lo que el capital quiere sin importar en absoluto las consecuencias nefastas para los pueblos. Es necesaria una organización de lucha antiimperialista, por la solidaridad internacionalista y por la paz.

Es imperante también la organización en torno a la lucha feminista. Nos siguen matando, nos siguen maltratando, nos siguen explotando sexual y laboralmente. Las mujeres seguimos siendo las grandes protagonistas del paro, del empleo parcial, de las pensiones irrisorias. Es fundamental que organicemos un feminismo de clase, capaz de destruir el patriarcado y que plante cara a las medidas machistas que hoy en día continúan en esta sociedad y que marque la diferencia con el feminismo vacío e institucional que caracteriza al defendido por la socialdemocracia.

Luchemos también para organizarnos en defensa de la memoria histórica. Tan necesario es pensar en el futuro como en el pasado, para recordar lo que un día fue, aprender de lo acontecido y recordar a aquellos y aquellas que lucharon incansablemente por un mundo mejor.

Hace unos días veíamos como el último gobierno del señor Pedro Sánchez, desenmascaraba la ideología a la  que defiende permitiendo sacar a hombros a un dictador asesino, utilizando la memoria histórica para intereses meramente electoralistas. Los y las comunistas debemos hacer nuestra la lucha para que el hilo rojo de la historia siga vivo, por los que fueron y los que vendrán.

Debemos organizarnos en nuestros centros de trabajo, por una lucha sindical de clase que defienda los intereses de la clase obrera. El movimiento obrero es un pilar fundamental y lo único que mejorará nuestras condiciones laborales y materiales. Organicémonos por unos derechos laborales dignos, para que sus beneficios  no salgan de nuestro sudor y sangre.

El "Partido del Señor Iglesias" ya ha dicho que nada puede hacer contra la reforma laboral, que es inamovible. Nosotros y nosotras decimos que de inamovible un carajo, pero solo podrá tumbarse con lucha obrera, con movilizaciones, con huelgas, en definitiva, con la unión de toda la clase obrera en un único puño.

Y por último, pero no por ello menos importante, defendamos nuestro planeta. Organicemos la lucha por el medio ambiente. Otra lucha copada por la socialdemocracia que los y las comunistas debemos reivindicar. El capitalismo necesita extraer del planeta todo lo que pueda para su mísero  beneficio y desde luego, por muchas niñas “espontáneas” que nos intentan meter hasta en la sopa, el sistema no puede y no quiere dar solución a la trágica situación a la que ha llevado a nuestro mundo.

Votamos una vez más, sí, pero luchemos por aquello que necesitamos. Los partidos que participan en el  gran juego del capital, vistan de morado, verde, naranja, azul o rojigualdo rosadito, no van a hacerlo por nosotros ni por nosotras.

Alba AK

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