Las distintas opresiones que se generan en una sociedad basada en la explotación no son algo meramente simbólico como algunos autores pretenden decir. Autores como Daniel Bernabé nos pueden hacer caer en la trampa. Autor que hace un llamamiento a la izquierda en abstracto para que haga un giro al obrerismo mientras va de la mano de partidos que niegan la lucha de clases. Alguien que equipara a Stalin con Hitler no es coherente que nos de lecciones a los y las comunistas.

La sociedad capitalista que vivimos puede ser bien entendida a partir del estudio de la misma sociedad desde la teoría marxista de la crisis. El mismo materialismo dialéctico bien entendido nos impediría hacer excesivamente dogmático el estudio dado que las categorías teóricas están en la realidad. El estudio concreto de la realidad concreta hará que nuestro análisis de clase sea diferente en cada momento y lugar.

La explotación es un intercambio desigual de valor. Es una relación puramente económica o productiva. La extracción de valor de los dueños de las empresas a los obreros y obreras de las empresas. Es decir, la explotación es netamente clasista y atraviesa toda la sociedad. Sin embargo, la opresión es un intercambio desigual de poder. Es una relación política. Opresión es impedir la valorización. Las distintas opresiones o dominaciones, aunque normalmente afecten con mayor virulencia a la clase obrera, son interclasistas. Hay multitud de opresiones que se intercalan.

La futura clase obrera en centros de estudios, los jubilados/as, los parados/as, la opresión de género, la opresión étnica, opresión sexual, opresión nacional etc. No son simbólicas ni compiten por diferenciarse, son muy reales y tratan de reivindicarse. Las opresiones no necesariamente fragmentan y alejan del conflicto capital-trabajo, así como tampoco son necesariamente individualistas. También el conflicto capital-trabajo se puede ver de manera individualizada.

Es vital construir alianzas entre los explotados y los distintos grupos de oprimidos. Es necesario comprender que las opresiones son heterogéneas, hay batallas de ideas, hay guerras ideológicas, hay lucha de clases en su seno. Es imprescindible conseguir que las posiciones revolucionarias sean hegemónicas en cualquiera de las opresiones.

O tenemos clara nuestra defensa de explotados y oprimidos o cualquier socialdemócrata con buena retórica nos puede desviar de la defensa sin prejuicios de todos los oprimidos y oprimidas. Que nadie nos desvíe de la construcción del Frente Obrero y Popular por el Socialismo.

MANU

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