Un nuevo ejemplo de patronal envalentonada nos hemos encontrado este verano en la isla de Gran Canaria a cuenta del conflicto laboral entre la plantilla de la empresa de helados Kalise y sus propietarios.

Todo arranca a finales de 2018 cuando el comité de empresa denuncia el actual convenio para negociar uno nuevo. Es en junio de 2019 cuando la plantilla presenta la propuesta de nuevo convenio a la dirección y esta dice que hasta el 17 de septiembre no se sienta a negociar. Hablamos del convenio actual que mantiene unos salarios miserables que no han cambiado desde hace diez años y que da pie a unas jornadas laborales interminables.

Vista la cerrazón de la directiva, la plantilla, afiliada en su mayoría al sindicato USO, decide dar un paso más allá y comienza una huelga el jueves 1 de agosto, en principio solo los jueves y los viernes de ese mes. La dirección de la empresa sigue en sus trece y los trabajadores y trabajadoras de Kalise acuerdan pasar a una huelga indefinida que comienza el lunes 26 de agosto. Aquí es donde de manera más descarnada la empresa comienza con el juego sucio.

Impide al comité de huelga entrar en la fábrica, varios directivos se sientan con algunos trabajadores para presionarles sobre si van o no a ir a la huelga, presentan expedientes de despido al comité de empresa al completo y a varios trabajadores y trabajadoras que están participando en la huelga, despidiendo en plena huelga a una compañera. Incluso llegan a enviar a los cuerpos de represión del estado a amenazar con sanciones a los huelguistas por el ruido (¡!) de los megáfonos y los pitos en los piquetes.

En todo momento se da la presencia y el apoyo durante el mes de agosto y septiembre de nuestro Partido en Gran Canaria así como de otros colectivos que han pasado a dar su aliento y solidarizarse en la puerta de la fábrica con la plantilla. Compañeros y compañeras de empresas como Correos, Cruz Roja, Dinosol, los Estibadores, Limpiadoras de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, de los Comités para la Unidad Obrera en Gran Canaria, del sindicato Convergencia Sindical Canaria, entre otros acudieron.

Finalmente tras más de 24 días de huelga, 24 días con la fábrica y la producción parada, la plantilla sin llegar a un acuerdo con la empresa decide finalizar la huelga y entrar a la fábrica. Los últimos huelguistas entran el lunes 16 de septiembre. Quedaba claro el mensaje de la plantilla a la empresa: si la plantilla se lo proponía la fábrica y la producción se paraba.

Lo que nadie se esperaba era que ese mismo lunes 16 de septiembre, la directiva consumara represalias contra cerca de 12 miembros de la plantilla. Ejecutó el despido inmediato del presidente del comité de empresa y dos compañeros más del comité, cuatro miembros del comité más sancionados con 60 días de empleo y sueldo, otro representante con 15 días de empleo y sueldo y ya fuera del comité cargan contra dos compañeras y un compañero con 7 días de empleo y sueldo.

Este abuso no va a quedar sin respuesta, la plantilla de Kalise con el apoyo del Partido en Gran Canaria y los Comités para la Unidad Obrera ya han comenzado a organizarse. El atropello que está sufriendo la plantilla atenta contra el derecho a huelga. Derecho fundamental para toda la clase trabajadora.

Porque Huelga no es delito. Unidad sindical, unidad obrera y unidad popular frente a los atropellos de la patronal.

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