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Editorial Septiembre 2019

El XI Congreso del PCPE, que se celebrará los días 10, 11 y 12 de julio de 2020 en Madrid, se desarrollará desde este momento con un plan de trabajo que ocupará, de una forma central, la actividad de la militancia del Partido hasta esa fecha.

Es un Congreso cuyo punto de partida arranca de una clara comprensión de cuál es la fase concreta por la que transita la lucha de clases en España hoy, y el mismo proceso de emancipación de la clase obrera. Su correlato histórico se puede resumir en los siguientes hitos fundamentales:

  • Proclamación de la II República, en la década de los años treinta del siglo XX, agudización de la lucha de clases, con importante influencia comunista en la guerra nacional revolucionaria.
  • Golpe de Estado y Fascismo, como forma de dominación de la burguesía, seguidos de cuatro décadas de clandestinidad y resistencia. Heroicidad comunista y fuerte impulso a la lucha de clases
  • Transición política del 78, Pactos de la Moncloa, en un contexto de avance de las posiciones oportunistas que terminan catalizando en el eurocomunismo. Santiago Carrillo.
  • Monarquía parlamentaria como nueva forma de la dictadura del capital, e impulso a la socialdemocracia como mejor instrumento de la burguesía para socavar la influencia comunista entre la clase obrera y el movimiento popular. Felipe González.
  • Recomposición e internacionalización del capitalismo español. Integración en la actual UE y en la OTAN. Fuerte represión del movimiento obrero, y progresiva cooptación de las estructuras sindicales.
  • 1984, Congreso de Unidad Comunista. Se funda el PCPE, y se inicia la recuperación ideológica del proyecto comunista en España
  • 1990, procesos contrarrevolucionarios en el Este europeo, con fuerte impacto organizativo e ideológico en las filas comunistas en nuestro país.
  • Recomposición táctica de los mecanismos de legitimación de la burguesía, con la llamada “nueva política”, Podemos-Ciudadanos. Proceso que se da dentro de una crisis general del sistema de dominación. Crisis de la monarquía, de la unidad territorial, del sistema de Partidos, corrupción, etc. Al tiempo se dan episodios procesos masivos de movilizaciones sociales en diversos frentes (mujer, solidaridad internacionalista, ambiental, pensiones, etc.), todavía de carácter en buena medida episódicos, en los que se da una dura batalla ideológica por su control y dirección, entre liberalismo, socialdemocracias diversas y las posiciones revolucionarias.
  • Brutal aumento de la explotación, en buena medida como consecuencia de la acelerada concentración y centralización del capital, tanto en España como a nivel internacional. Empobrecimiento de la clase obrera y deterioro de sus condiciones de vida. Aumenta un importante sector en riesgo creciente de marginalidad social.
  • Agudización de las pugnas entre las grandes potencias, migraciones masivas como consecuencia de la violencia imperialista, guerras y nueva carrera de armamentos. Agresiones y bloqueos caracterizan la práctica internacional del imperialismo yanki, acompañado en esa estrategia por el imperialismo europeo.

Es en este contexto, que define de una manera sucinta el escenario, en el que se convoca el XI Congreso del PCPE. Exactamente cuatro y años y un mes después de celebrado el X Congreso (10, 11 y 12 de junio de 2016).

DEBATE COMUNISTA, Y ENTRE COMUNISTAS

El anterior X Congreso fue un acontecimiento que significó un nuevo avance en la elaboración de la línea política estratégica del PCPE, y donde, una vez más, se constató la fortaleza ideológica y política de su base militante ante el ataque liquidacionista, protagonizado por una cuadrilla de trepadores y farsantes pequeñoburgueses, y su alianza internacional. La miserable maniobra que pretendía destruir más de treinta años de trabajo del PCPE fue bloqueada y acorralada por una militancia muy consciente de lo que representa este Partido en la lucha de clases hoy. Un año después la casa quedó limpia.

Por ello la convocatoria de este XI Congreso se hace en unas condiciones donde la unidad del Partido cuenta con las mejores condiciones para un buen debate comunista entre comunistas, con lealtad, claridad e intensidad en el contraste de ideas y propuestas.

Un Congreso de un Partido Comunista se ha de entender como el tiempo político en el que todas las capacidades de la organización se activan para profundizar los análisis de la lucha de clases, revisar lo realizado hasta el momento, en lo positivo y en lo negativo, y concluir ese debate con ideas y propuestas para mejorar la capacidad del Partido para conducir a la clase obrera al poder, e iniciar la construcción del socialismo en nuestro país.

En momentos así se ha de activar con toda su potencia la iniciativa de cada militante y de cada organización de base, se han de colocar las ideas propias con energía y firmeza, huyendo tanto de la autocomplacencia como de la crítica simplista. Al final hay que entender que es esa capacidad colectiva, que se materializa a través del centralismo democrático, la que construye una elaboración superior a la de cada individualidad, y que es la fortaleza fundamental de un Partido Comunista para ejercer de vanguardia.

AVANZAR EN LA CAPACIDAD DEL PCPE PARA DIRIGIR A LAS MASAS

La clase obrera, y el movimiento popular, necesitan de un Partido Comunista capaz de revertir los tiempos de derrota y resistencia por los que han tenido que transitar durante tantas décadas. Hace falta un Partido capaz de levantar las más amplias y combativas luchas obreras y populares, y llevarlas a la victoria.

El PCPE trabaja, desde su fundación, para ocupar ese espacio con la mayor ambición, y aspira a convertirse en la fuerza política determinante en la lucha de clases en España.

Uno de los retos principales para avanzar en esa dirección es el de hacer crecer la capacidad de las organizaciones del Partido, y sus militantes individualmente, para ocupar ese espacio de dirección de las luchas de masas, en la práctica más concreta del día a día.

Una idea fundamental, en torno a la cual hay cierta confusión y en la cual hay que insistir, es que la revolución la hacen las masas. Y al Partido lo que le corresponde es orientar y dirigir esas luchas de las masas. Si esto no se entiende así no se conseguirá que esas masas revolucionarias reconozcan al Partido Comunista como su vanguardia natural, pero eso solo se dará si el Partido está organizado en el seno de esas masas y sí quiénes juegan el papel de liderazgo de esas masas se incorporan a las filas del Partido, porque confían en él.

Ello requiere que la acción del Partido no se puede desarrollar “desde el púlpito”, sino en el mismo seno de las masas. Haciendo realidad el principio leninista de “fusión del Partido con las masas”. Décadas de influencia eurocomunista en nuestro país debilitaron esta intervención de masas del Partido, por falta de confianza en el papel revolucionario de las mismas, y del papel dirigente que le corresponde a las mimas teniendo como elemento central a la clase obrera.

En coherencia con esa concepción de luchas de masas se ha de articular un amplio bloque de alianzas sociales, que sea el instrumento que facilite la influencia política e ideológica del Partido como organización de vanguardia. El marxismo-leninismo se materializa mediante esa práctica política, y de una manera natural se convierte en la ciencia y en la ideología de la clase obrera.

En enero de 1984 se conjugaron toda una serie de factores que hicieron posible cambiar el rumbo de las cosas y dar un salto cualitativo en el proceso de construcción del Partico Comunista en nuestro país. Ahora toca recuperar las mejores condiciones para hacer avanzar al PCPE en el papel dirigente que la lucha de clases necesita hoy.

NUEVO PROYECTO HISTÓRICO

El imperialismo extiende la barbarie por todo el planeta. Ha llegado ya el tiempo de iniciar un nuevo proyecto histórico, internacional, y también en España.

Se ha creado ya, dentro de la formación capitalista, la base material necesaria para la construcción de la sociedad socialista. Ello implica una situación de fuerte agudización de las contradicciones en el interior del sistema de dominación, por el empuje de unas fuerzas productivas que hoy el capitalismo no deja desarrollarse. Esta agudización se ha de convertir en germen para el desarrollo de la conciencia revolucionaria. Pero eso no se dará de una forma natural, la clase obrera llega a la conciencia de la necesidad de la revolución y del socialismo a partir de la intervención dirigente del Partido de vanguardia.

Por ello el Partido ha de representar de una forma rotunda los valores de la vanguardia, en los más diversos campos. Porque es necesario revolucionar la totalidad de la sociedad, y que el impulso revolucionario del sujeto histórico tenga la fuerza suficiente para ahogar y anular las fuerzas conservadoras que tratarán de las formas más dispares, pero siempre violentas, de impedir el proceso del cambio social revolucionario.

El Partido Comunista ha de asumir/representar los valores más innovadores y orientadores en la construcción de la nueva sociedad que ha de venir. Lo conservador es lo contrario de lo revolucionario, es necesario destruir la vieja sociedad burguesa y sus valores “del sentido común”, para dar nacimiento a nuevas identidades/valores que han de configurar el mundo que está por venir. La revolución lo cambiará todo, y abrirá un horizonte de progreso social, igualdad, humanismo, dentro de unas relaciones sociales determinadas por la justicia social.

En estas coordenadas enfrentamos el reto de desarrollar el XI Congreso del PCPE.

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