Quiero abrir mi voz al mundo
Que llegue al último confín
De Norte a Sur
Y de Este a Oeste
Y que cualquier hombre pueda
Gritar sus propias esperanzas
Sus heridas y su lucha
Cuando diga
Cuba va.....

Hace ya cuatro décadas que varios de los cantautores de la que entonces se denominaba como Nueva Trova Cubana, Silvio Rodríguez, Noel Nicola y Pablo Milanés cantaban aquel himno de amor y esperanza revolucionaria bajo el título de”Cuba Va”. Atrás quedaron aquellos discos del ICAIC en colaboración mutua entre la isla socialista y la URSS como sinónimo del internacionalismo proletario que existía en todos aquellos Países Socialistas que conformaban el CAME o COMECON.

Aquel 1 de Enero de 1959 supuso la llegada del socialismo al continente americano, convirtiéndose en la pesadilla de los EE.UU, que hasta entonces se había considerado el guardián de la economía de libre mercado de la zona y el imperialismo a través de sus diversos golpes de Estado e intervención de sus marines allá por donde se viese la amenaza del “peligro marxista” o de la “invasión soviética”.

Aquellos barbudos de Sierra Maestra con Fidel y Raúl Castro, Camilo Cienfuegos, Ernesto Che Guevara y otros muchos revolucionarios de aquel momento convirtieron a Cuba en una referencia del socialismo mundial por sus avances sociales en educación, sanidad, deporte y cultura . Todo ello pudo ser también gracias a la ayuda incondicional de la Unión Soviética, quién desde el primer momento frenó el avance de las políticas imperiales del demócrata  John F. Kennedy gracias a la famosa crisis de los misiles; además de la propia fortaleza del pueblo cubano en Playa Girón.

Aquellos duros años en los que la China de Mao atacaba todo aquello que fuese prosoviético, partiendo la lucha antiimperialista a nivel mundial, viendo con mejores ojos a un Nixon o Pinochet que al camarada Brezhnev. Gracias a la ayuda en formación militar de los famosos republicanos hispanosoviéticos, con apellidos tan sonados como García, Ciutat o Lister fueron también una referencia a tener en cuenta de los futuros mandos revolucionarios cubanos.

En sesenta años de Bloqueo puro y duro a la isla caribeña de los diferentes gobiernos tanto republicanos como demócratas en EE.UU la aportación de la URSS fue clave para el desarrollo y avance del socialismo cubano. También es cierto que tras la caída del bloque soviético entre 1989 y 1991 ,  el Comandante Fidel Castro Ruz junto con el pueblo trabajador cubano queda como uno de los pocos referentes a nivel mundial que seguía enarbolando el ideario revolucionario de los principios de la Gran Revolución Socialista de Octubre de 1917.

La referencia para el pueblo latinoamericano del socialismo cubano fue fundamental en la Nicaragua del FSLN, en El Salvador y la lucha del FMLN, en el Chile de Salvador Allende y la Unidad Popular, y posteriormente en otros países como Venezuela con el Comandante Hugo Chavez. Ahí siguen quedando los nombres y apellidos de los y las comunistas del mundo como Schafik Jorge Handal, o Gladys Marín que siguieron defendiendo desde sus países los principios de la Revolución Cubana. 

En pleno siglo XXI y tras el fallecimiento del Comandante en noviembre de 2016, ahí siguen esos avances de la Cuba socialista intentando reinventarse día a día en un entorno que siempre le ha sido hostil al ideario comunista y antiimperialista. Nunca se les ha perdonado ser los grandes inventores de los Países No Alineados; así como de las campañas de educación y sanidad desde su internacionalismo como pueblo soberano en otros lugares del planeta como El Congo, Angola, Granada, Nicaragua, Mozambique, Bolivia, Chile, incluso en la lucha contra  el apartheid en Sudáfrica. Cada vez que hablamos de los tratamientos médicos de los niños y niñas de Chernobyl; o las nuevas vacunas en la lucha contra el cáncer, nos viene a la mente la Cuba socialista.

En estos tiempos oscuros y de irracionalismo del imperialismo norteamericano de Donald Trump y del europeo,  la estrella solitaria cubana sigue siendo un ejemplo de lucha y solidaridad internacionalista para todos los trabajadores y trabajadoras del mundo.

Ginés Saura y Ángel Comonte.

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