La empresa concesionaria del servicio de gestión del aeropuerto militar de la base de Rota, la firma norteamericana  Louis Berger Aircraft Services, que se hizo con la adjudicación del aeropuerto con una oferta a la baja, con un ahorro de cuatro millones de euros para la administración norteamericana, y un aviso a los trabajadores nada más llegar: pasaron de proponer el despido de 45 empleados a 15, siempre y cuando el resto de la plantilla aceptase una rebaja salarial del 26.5%.

Desde el año   2016 los trabajadores en su mayoría españoles que trabajan en la base están enfrentados a las intenciones de la empresa concesionaria que pretende reducir la plantilla y, podríamos afirmar que despedir a la totalidad de esta si no se presta a las exigencias salariales e intereses de la empresa la cual manifiesta que está pagando salarios un 100 % más caros que la media de los trabajadores que trabajan fuera de la base naval, estos cifran en 15.564 euros anuales el salario medio de los/as obrera/os o trabajadoras/es Roteños  y ella paga entre 30.000 y 36.000, para el intento de esta bajada de salarios, manifiestan que los trabajadores tienen un alto nivel de absentismo y que no cumplen con el trabajo encomendado.

El origen de este conflicto está en la intención de la marina yanqui de eliminar toda la plantilla civil, la cual en su día aceptó, para poder firmar los acuerdos con los diferentes gobiernos del sistema, esta empresa es la que se encarga de hacer el trabajo sucio a la administración yanqui, por lo que recibe pingües beneficios. Para que se consuma la violación del convenio colectivo y esta pueda despedir incluso al secretario del comité de empresa, cuenta con el silencio, por tanto, con el apoyo de los gobiernos de la monarquía parlamentaria, que una vez más rinde pleitesía al imperialismo yanqui y se posiciona en contra de los intereses del pueblo trabajador.

Hay que recordar que algunos de estos trabajadores llevan más de 20 años trabajando en la base, que algunos de estos cuando se les aseguraba que la base yanqui en territorio andaluz no producía riqueza ni eran fuentes de empleo estable y prolongado, se manifestaban en un apoyo incondicional a la presencia de estas en nuestro territorio. Este conflicto laboral que hoy enfrenta a los trabajadores de la base contra la empresa concesionaria y el gobierno yanqui, quizás no esté contando con el apoyo de otros colectivos obreros debido al lugar, base militar extranjera, en el que este se está llevando a cabo y también  a una cierta actitud de apatía y desidia mantenida por estos trabajadores hoy en conflicto con el resto de la clase obrera gaditana cuando ha tenido que confrontarse con la patronal.

La clase obrera no podemos ser indiferentes ante la agresividad con la que se manifiestan y aplican las leyes de la patronal. No podemos mirar para otro lado como si no nos afectaran las condiciones de explotación o alta precariedad en la que viven otros sectores obreros en los que no estamos directamente incluidos, los que a través de una mirada superficial no parecen conectados, pero que debemos comprender que, en la estructura de producción, económica y social del capitalismo todos están entrelazados.

Estos trabajadores de la Base Militar yanqui de Rota, hoy sufren en primera persona la violencia de las relaciones capital-trabajo, estos han sido abandonados a su suerte  por el gobierno burgués de turno, estos que llevan en lucha varios años en defensa de su puesto de trabajo necesitan del apoyo del reto de la clase obrera, pero estos deben de comprender que esta misma clase obrera que hoy les prestará su apoyo seguirá manifestándose, exigiendo que estas Bases militares propiedad del imperialismo criminal yanqui sean desmanteladas  y entregadas al pueblo soberano de Andalucía.

Juan J. Sánchez  

 

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