Durante los últimos meses, en todo el estado español se están llevando a cabo luchas y movilizaciones continuas para reclamar un aumento de las pensiones que permita vivir con un mínimo de dignidad en el marco capitalista actual. El nivel medio de las pensiones hoy equivale de media al 82% respecto del salario mínimo interprofesional, lo que supone una pensión media de 677 euros al mes, pero su cuantía varía dependiendo de muchos factores, como muestra el gráfico1. Podemos ver aquí como no todos las/os pensionistas son jubilados/as, sino que la orfandad, la viudedad o la discapacidad son causas comunes. La conclusión es clara, en un sistema donde lo único que importa de la clase obrera es la capacidad de producir ganancia a su jefe/a, aquellas personas que no pueden producir no merecen vivir.

La importancia de luchar por un sistema de pensiones que permita vivir con dignidad a quienes no puedan trabajar o que tras toda una vida de trabajo han alcanzado su merecida jubilación, no es una lucha final del PCPE o su Juventud pero es una lucha que debemos unificar con otras en las que participamos como puede ser la antirracista, pues todas nuestras compañeras y compañeros inmigrantes que están explotados en los campos, las mantas o en casas como internas sin contrato laboral y demasiadas veces en situación de ilegalidad, no percibirán más que una pensión de 300 euros en caso de no tener contrato y nada más que persecución policial en caso de estar en situación de ilegalidad. Esta lucha engloba dos puntos clave:

  1. El primero es el de reivindicar el derecho al descanso remunerado como un aspecto fundamental de la cultura proletaria frente al trabajo de arado que impone la moral burguesa a las/os trabajadores, obligándonos a trabajar horas extras o en festivos. Por tanto, la lucha de las pensiones dignas es la de defender como un bastión los derechos de jubilación y descanso que hemos conquistado en el capitalismo. Esta no es una lucha solo de resistencia, sino que debe unirse con otras como el cierre de comercios los festivos y por la constitución de una conciencia proletaria que comprenda que en este sistema nos tratan como a ganado sin ningún derecho más que el de servir al patrón en su objetivo de almacenar capital.

  1. El segundo es el reivindicar una vida con dignidad a aquellos/as que sufren de enfermedad o discapacidad, muchas veces provocada por la falta de seguridad y medios apropiados en el puesto de trabajo, para mostrar que este sistema depredador no duda en condenar a la miseria y a la muerte a quienes no pueden producir sus riquezas.

Nuestro papel como Juventud Comunista combativa es el de organizar a la clase obrera juvenil por la dignidad de nuestros abuelos/as en el presente, por la de nuestros padres y madres en el futuro y por último por la nuestra, pues todo derecho al que renunciemos hoy será un derecho que no podremos disfrutar mañana.

Costa


1 https://elpais.com/elpais/2018/03/17/media/1521294048_288616.html

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