Ponérselo difícil.

Hoy mismo leemos que el ilustrísimo ratero Sr. Rato, ex ministro, cobraba por despachar una conferencia 50.000 €. Gracias a eso nos ha podido defraudar una considerable cantidad de millones. Sigue en su casa, sin problema. Ojalá falte poco para que el PP. le rinda el mismo homenaje que a Rita, otra preclara descuidera.

Estos ejemplos, Rato y Rita, muestran el régimen político vigente. Por más que quiera disfrazarse, evidencia su servicio a una clase específica, en su beneficio y en el de sus mayordomos y criados. Muestran también que la clase del capital desde cualquier ángulo está en permanente posición bélica contra la clase trabajadora. Sin descanso.

Por ejemplo, consideremos un asunto de actualidad política: los presupuestos generales del estado (pge). Demostración plena de política económica al servicio de una clase determinada. Basta contemplar la partida destinada a los intereses de la deuda, "lograda" en base a la adquisición de morralla bancaria y rescatar bancos de la quiebra.

Además, una vertiente de la situación política actual respecto a los pge reclama atención, pues muestra una relativa dificultad de la oligarquía para conservar intacta su dominación (dictadura de clase). Se encuentra obligada a cambiar elementos de sus formas de gobierno para que nada cambie.

Por ahora, no se sabe si los presupuestos se presentarán, ni cuándo, ni si serán aprobados o no. Cualquier decisión reviste importancia. Si los pge se presentan y no se aprueban, salvo ingeniería jurídicopolítica del estado burgués, tras el plazo correspondiente alegremente cogidos de la mano deberíamos ir por la senda de unas nuevas elecciones.

En esta coyuntura el llamado psoe muestra dudas. Apoyar de una manera u otra la aprobación de los pge significa desprenderse de los últimos pingajos de su disfraz de izquierda, regalando una patata envenenada a la nueva ejecutiva. De no apoyar, e ir a unas nuevas elecciones, dejarían a esa misma ejecutiva escaso tiempo para afrontar las elecciones.

El pp también maneja dilemas y hasta trilemas. (Quizá siga las dudas e incertidumbres de la coyuntura actual del capital de más proteccionismo o más "mundialización"; más regulación o desregulación bancaria; más intervención estatal o no; hacer más guerras; ….. ). Lo que dijo ayer no sirve hoy y menos para mañana, aunque sea lo mismo. Dicen que presentarán los pge si hay acuerdo que garantice su aprobación; que los presentarán sin acuerdo; que si no lo hay, vamos a elecciones; o prorrogarán los actuales, guste o no guste, y multe la U.E. o no multe. La oligarquía, ni ellos, quieren una situación de bloqueo político como el que supuestamente se dió en 2016. En las instituciones no se cuestiona que derecha (ppsoe-C') e izquierda (nombres y siglas a gusto propio) unidas jamás serán vencidas, pero es posible el no acuerdo y haya que asistir pronto a la maravillosa "fiesta de la democracia". Pues inconvenientes tienen.

Por ello hemos de tener en cuenta una afirmación teórica importante y experiencias políticas contrastadas advirtiendo de que un aspecto de una situación revolucionaria consiste en la dificultad para la clase dominante de seguir viviendo, mantener su dominación, como antes. Por supuesto, no hay ahora una situación revolucionaria evidente y la clase dominante vive como antes, pero hay síntomas de verse obligada a cambios, también internacionalmente, en su forma de gobierno.

En España se da también esta situación y hemos de intervenir procurando poner piedrecillas, o palancas, en la rueda de su dominación y en el ejercicio de su forma de gobierno. La solución a esta sociedad está en emprender la construcción de una nueva, la comunista; pero eso comienza ahora, dificultando desde ya el ejercicio de su gobierno y dominación.

Ir a la clase trabajadora y popular, a centros de trabajo, presentarse en los conflictos, en los barrios… Ofrecer explicaciones políticas de sucesos y de hechos reales: ejemplos sobre pensiones, educación, desahucios, beneficios, precariedad, jóvenes sin futuro; ejemplos locales…….,etc. Actividad política para transformar la indignación y conducir el cabreo, la protesta social al ámbito de lo político. Poner piedrecillas.

No es hora de esperar, ES HORA DE LUCHAR.

Julio Mínguez

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