Este año 2016 se ha convertido en uno de los más importantes en cuanto a movilizaciones obreras en las calles de Bilbao. Un total de 6.000 trabajadoras del sector privado de residencias vizcaínas se encuentran en este momento en una nueva huelga de tres semanas (del 24 de Octubre al 11 de Noviembre). Además de los 32 días que ya llevan parando desde el inicio del conflicto social que las ha conducido a esta situación actual, donde ni las tres patronales que representan al sector, ni la Diputación Foral de Bizkaia, gobernada por el PNV y el PSOE en coalición, acceden a las peticiones legítimas de este colectivo. Incluso se llegan a planteamientos más retrógrados que en la Huelga de 1890 en las minas de La Arboleda y Gallarta, al negarse la parte política a sentarse en las mesas de negociación, representada por Isabel Sánchez Robles, diputada foral de Acción Social del PNV,haciendo caso omiso a los varios despidos de trabajadoras del sector tras las jornadas de lucha.

Garantías en sus salarios, ampliación de las plantillas para que el ratio de empleadas y el número de ancianos sea racional y humano, no interesan a la burguesía vasca representada por el diputado foral nacionalista Unai Rementería, el cual va a sufragar 10 millones de euros para 700 marquesinas de la compañía de autobuses Bizkaibus.

El sindicato ELA mayoritario entre las empleadas está siendo el referente en esta lucha, que también apoyan los enlaces sindicales de LAB; pero que tristemente ni las direcciones de UGT ni de CC.OO apoyan al haber firmado estos dos últimos sindicatos un acuerdo de colaboración con la patronal vasca y la lehendakaritza del señor Inigo Urkullu. (Aquel mismo que dejase en la calle a 130 trabajadores en 1990 al cerrar el Parque de Atracciones de Archanda, desde ese mismo organismo foral).

Movilizaciones semanales por la capital vizcaína hasta la sede de la Diputación Foral de Bizkaia, y la sede del Gobierno Vasco son ya parte de la historia del Movimiento Obrero de Vizcaya gracias a las reivindicaciones más sonadas, como: “Rementería no más mentiras”, “Nosotras les cuidamos, vosotros les robáis”, “No hay manos para tanto trabajo”, “Sueldos millonarios, nosotras en precario...” Pitadas, pitidos frente al Museo Guggenheim, así como la concentración frente a la sede de las tres patronales han formado parte de la lucha de clases de todas estas mujeres cocineras, auxiliares y de la limpieza que quieren dignidad y una vida justa, como en el cuadro del Novecento de Pelliza di Volpedo.

Poco a poco se van movilizando los mayores residentes junto a las trabajadoras. Y lo más importante es que las familias de los usuarios se han organizado en una plataforma que apoya las justas reivindicaciones laborales de un colectivo obrero que está consiguiendo dar un giro más a la izquierda y con contenido de clase a una central nacionalista como es STV. Un colectivo embrionario, pero que va creciendo y que lo principal debe ser que todos los obreros y obreras que lo conformen se sigan uniendo independientemente de su filiación sindical; y que sirva de ejemplo a otros sectores.

Seguiremos informando de estas luchas obreras en las próximas ediciones del Unidad y Lucha, despidiéndonos con el lema principal de la lucha: “Erresidentziak Borrokan!!”

EK-PCPE

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